03 A Terra Chá: invitación a una viva y sorprendente Galicia profunda

A Terra Chá
A Terra Chá.
La comarca de A Terra Chá en realidad no es un mero lugar de paso; casi ni siquiera un destino de visitas, sino un destino para vivirlo con detenimiento.
03 A Terra Chá: invitación a una viva y sorprendente Galicia profunda

A Chaira tiene todos los ingredientes para encarnar lo que podría llamarse la “Galicia profunda”. Pero ya hemos visto cómo, desde casi todos los puntos de vista (el económico y social, el cultural, el tecnológico…) sus gentes luchan cada día para mantener viva su tierra, para que esa llanura, escenario de sus vidas, trate de tener la vista puesta en algo más allá del horizonte.

Sus multiplicadas aguas coadyuvan al nacimiento de ríos de la vertiente cantábrica, como el Eume, y de la vertiente atlántica, como el Miño, y mientras tanto discurren por toda la comarca, o se estancan en lagunas, o surgen en fuentes -curativas o no- contribuyendo a generar vida y diversidad, enriqueciendo el medio ambiente, animando el paisaje, e invitando al disfrute de múltiples y variadas experiencias: capaces de convertir a los turistas en viajeros o visitantes, y a los profanos en atentos observadores de las plurales manifestaciones de la naturaleza.

Una llanura circundada al Este -Serra de Meira y Cordal de Neda-, Norte -Serra do Xistral, Montes de A Toxiza y de A Carba- y Noroeste-Oeste -Serra da Loba y Serra da Cova da Serpe- por montañas (las del norte más ariscas y elevadas, como cerrando el paso a la costa), que permite amplios espacios para pastizales y para siembra.

La Serra do Xistral, espacio natural protegido, toca A Terra Chá en Abadín y Muras. Un macizo montañoso de la vertiente cantábrica, que alcanza alturas de hasta 1040 metros, con precipitaciones constantes, donde habitan caballos salvajes, y abunda la planta del buño. Recoge las brumas cantábricas y potencia el viento frío, el Xistral, que recoge su nombre. Forma parte del límite de las provincias de A Coruña y Lugo. La Serra da Loba también hace de separación entre A Coruña y Lugo, desde la depresión de As Pontes y el nacimiento del río Mandeo.

Campos de labor/ Web Mancomunidade de Municipios

Campos de labor/Abadín.

La Serra da Cova da Serpe se sitúa entre Guitiriz y Friol, también en Lugo. La Serra de Meira, donde nace el río Miño, y el Cordal de Neda, marcan los límites orientales de A Chaira.

Caballos en el monte/ Mancomunidade da Terra Cha

Caballos en A Chaira.

Reserva de la biosfera Terras do Miño

La Comarca de A Chaira, en su conjunto, queda incluida en las más de 363.000 hectáreas declaradas por la UNESCO Reserva de la Biosfera Terras do Miño. Muchos de los espacios incluidos en esta Reserva de la Biosfera (la segunda en extensión de España) forman parte de la Red Natura 2000.

El río Miño nace en las estribaciones de la Serra de Meira, en el Pedregal de Irimia. Aunque en versiones anteriores, y en polémicas actuales, se le sitúa alumbrando en la Lagoa de Fonmiñá, en el municipio de A Pastoriza: una laguna de unos 350 metros cuadrados, formada por manantiales subterráneos, que se supuso que eran los Ollos do Miño.

Lagoa de Fonmiñá, A Pastoriza/Mancomunidade Terra Cha

Laguna de Fonmiñá/A Patoriza.

En la deriva de su curso alto -en la Terra Chá-, el Miño primero va hacia el Noroeste, volviéndose después hacia el Suroeste. Atraviesa por los municipios de A Pastoriza, Castro de Rei y Cospeito, y prácticamente se nutre de todas las aguas de A Chaira, básicamente a partir de sus dos afluentes en esta comarca: el Támoga, que procede de la Serra do Xistral y atraviesa por Abadín y Cospeito, y el Ladra, que nace de la confluencia de los ríos Madalena y Trimaz, y que antes de desembocar en el Miño recoge las aguas de los ríos Parga y Labrada. De esa forma, cuando el río Miño abandona la Terra Chá, en la linde entre Cospeito y Outero de Rei -tras haber recorrido alrededor de 40 kilómetros por A Chaira, ya tiene un caudal considerable.

Río Miño a su paso por Muimenta/Concello de Cospeito

Río Miño en Muimenta/Cospeito.

De hecho, hay quien considera que la Laguna de Cospeito, antes de ser en el pasado en gran parte desecada para lograr tierras de cultivo, proporcionaba también una aportación considerable. La laguna pertenece a la Red Natura 2000, y forma parte del Lugar de Interés Cultural “Parga-Ladra-Támoga”. Y es uno de los humedales destacables de Galicia, que alberga a una importante cantidad de aves en las épocas migratorias.

Laguna de Cospeito

Laguna de Cospeito.

Otra laguna importante de A Chaira, más inaccesible que la de Cospeito, y por tanto más protegida, es la Laguna de Caque, en Castro de Rei. Constituye un lugar importante de hibernación para aves del Norte, y tiene una gran riqueza de especies de fauna y flora. Se calcula que entre todas éstas hay al menos 100 especies protegidas.

Laguna de Caque/ Mancomunidade Terra Cha

Laguna de Caque.

Una visita digna de ser promocionada para senderistas, observadores de aves, y para el grupo cada vez más numeroso de personas interesadas en la naturaleza y en su conservación: allí encontrarán -salvo la salvaje desecación de los años sesenta en la Laguna de Cospeito- un ejemplo de convivencia entre el respeto por la naturaleza y la gestión agrícola y ganadera del campo. Y un compromiso con la biodiversidad, que las instituciones concernidas cuidan como un tesoro.

Vestigios de la historia

Y por la naturaleza pasan, y han pasado los humanos. A Chaira da testimonio de ello desde muy antiguo. Lo da desde el Museo de Prehistoria e Arqueoloxía de Vilalba, fundado por don José Ramil, y lo da desde los yacimientos, edificios, iglesias, castillos, pazos, ruinas, monumentos, fuentes, cruceiros, petos de ánimas, puentes, y otros muchos vestigios que salpican de Historia la Terra Chá. Y hablando del Museo, vale la pena recordar que en 2017 puso en marcha un proyecto digno de apoyo y seguimiento, que bajo el nombre de Patrimonio das Terras de Montenegro pretende recopilar, verificar, datar, catalogar y presentar todos los elementos y vestigios existentes relacionados con el patrimonio de la comarca de A Chaira.

Desde el área arqueológica de Santaballa, Pena Grande, en Vilalba, (varios miles de años antes de Cristo), donde aún queda mucho por hacer, hasta los de Prado do Inferno, en Muras, Os Penedos, en Vilalba, o el Férvedes, en Xermade, donde se descubrieron pinturas aún sin datar.

O los Castros, como el de Viladonga, en Castro de Rei, de entre los siglos II y IV después de Cristo, situado a unos 500 metros de altitud en las estribaciones chairegas de la Sierra de Meira. Tiene un museo anexo donde se muestra y se dan a conocer elementos culturales de esa época tardorromana. Además de que constituye una pequeña atalaya de la comarca de A Chaira, vale la pena la visita. En Guitiriz están los castros das “Quenllas de o Forno”, en la parroquia de Buriz, y el de “Belote”, en San Xoan de Langostelle.

Los expertos hablan de la existencia en Vilalba de 30 castros, algunos aún por excavar. Y desde el Museo de Prehistoria y Arqueoloxía de Vilalba proponen una sugestiva ruta que llaman “Ruta Arqueoloxía”, para visitar los diferentes yacimientos arqueológicos, túmulos, castros y otros elementos patrimoniales del municipio de Vilalba.

Ruta Arqueoloxía Vilalba/ Museo Prehistoria e Arqueología

Ruta da Arqueoloxía/Vilalba.

Sin olvidarnos de los cruceiros y petos de ánimas, sobre los que -por cierto- el Consello da Cultura Galega acaba de tomar la decisión de poner en pie el proyecto Cruceiros de Galicia, preparando 30 rutas por toda Galicia para visitarlos. Rutas entre las que está prevista la de A Terra Cha, que es la comarca de Lugo donde existen más cruceros, y en la que se destacan los cuatro “calvarios” existentes en ella: tres en Guitiriz y uno en Begonte.

O conocer las muchas iglesias medievales, muchas de ellas con sus correspondientes esculturas de cristos de reseñable valor artístico. O cruzar sus múltiples ríos a través de sus puentes medievales, algunos de ellos aún con elementos romanos originales.

O visitar los vestigios de fortalezas medievales, que fueron destruidas en la revuelta de los Irmandiños. Los dos exponentes más significativos de ellos son la Torre de Caldaloba, en Cospeito, y la Torre del Homenaje del antiguo Castillo de los Andrade en Vilalba, adosado a la cual se construyó el actual parador nacional de turismo.

Torre del homenaje, antiguo castillo de Andrade/Mundiario

Torre del Homenaje/Vilalba.

El movimiento de los Irmandiños en Galicia se correspondió en el siglo XV con los reajustes entre los diferentes reinos de la Península y con los enfrentamientos por el poder entre las monarquías y la nobleza feudal. De hecho, hubo un primer movimiento en 1431, que fue sofocado. Hasta que, condicionado por diversos reveses para la población, con pestes, malas cosechas e impuestos abusivos de la nobleza feudal, en 1467 surge la revuelta de las Irmandades contra los nobles, a partir de una alianza entre la aristocracia urbana, hidalgos, campesinos y clero bajo, que llegó a movilizar a unas 80.000 personas que lograron arrinconar a los señores feudales, destruir sus fortalezas y ponerlos en huida (muchos se refugiaron en Portugal, y otros se refugiaron en monasterios). Hasta que en 1469 lograron reorganizarse, y con el apoyo del rey Enrique IV de Castilla terminaron sofocando a los rebeldes y recuperando sus posesiones. Mientras tanto, en Galicia fueron destruidos 130 castillos y palacios. Dos de ellos los citados de Caldaloba y Vilalba. De hecho, la Torre del Homenaje que hoy conocemos fue reconstruida años más tarde. La de Caldaloba, terminada de rematar ya en el reinado de los reyes católicos, se mantuvo ruinosa hasta el día de hoy.

Ruinas de la Torre de Caldaloba/ Concello de Cospeito

Torre de la Caldaloba.

Las fuentes y el agua

La abundancia de aguas marca el carácter de la comarca chairega. De hecho, el curso de muchos de sus ríos marca el perfil adecuado para la senda de muchas vías de comunicación, tanto interiores como en relación con e exterior de la comarca. No es extraño toparse con paseos fluviales, como el del río Madalena, en Vilalba (el Paseos dos soños), o como el paseo fluvial de Fonmiñá, en A Pastoriza.

O con rutas como la Ruta del Agua, en Guitiriz, con casi 20 kilómetros, que recorre el camino para alcanzar y unir tres fuentes tradicionales de aguas medicinales: La Fonte de Valdovin, la Fonte de San Xoan y la Fonte de Pardiñas, en un trayecto de tres tramos que se inicia en San Alberte. Y con referencias y realidades a fuentes de aguas curativas, como las tres referidas en Guitiriz, o incuso a surgencias con estas características, como la Charca del Alligal en Codesido, en Vilalba.

Sin olvidar la infinidad de fuentes, muchas de las cuales llevan varios siglos cumpliendo su función callada de proporcionar su apoyo vital al caminante.

Ruta del Agua/ Concello de Guitiriz

Ruta del Agua/Guitiriz.

Y hablando de caminantes, imaginamos el privilegio que es para los peregrinos que transitan por el Camino Norte de Santiago disfrutar de su paso por los tres municipios por los que atraviesa la Terra Cha: Abadín, Vilalba y Guitiriz. A su paso por Vilalba al Camino Norte le quedan sus últimos 100 kilómetros, la distancia que hacen muchos peregrinos de los diferentes caminos para llegar a Santiago. En ese sentido, la alcaldesa de Vilalba nos explicaba que están tratando de establecer en el municipio un atractivo kilómetro cero para ese último tramo, ofreciéndole a los peregrinos convertirse en visitantes privilegiados de la capital de la Terra Chá, dedicar algún día para conocer sus variadas ofertas naturales, culturales y de calidad de productos gastronómicos.

La inabarcable variedad de ofertas de A Chaira

La comarca de A Terra Chá en realidad no es un mero lugar de paso; casi ni siquiera un destino de visitas. Sino un destino para vivirlo con cierto detenimiento, o de visitas frecuentes y continuadas, con el objeto de abarcar lo más posible de sus múltiples ofertas. Algo que constituye una asignatura pendiente para los responsables de los municipios de la comarca: ofrecer a los visitantes una oferta conjuntada como comarca, y generar un cada vez más amplio círculo de amigos de A Chaira, que recoja las más variadas aficiones, porque para todas hay en sus nueve municipios. ¿Y por qué no articular una oferta para establecer el lugar de residencia: a un paso de A Coruña y Lugo y a paso y medio de Compostela? Eso sí: apostando por optimizar la oferta digital, y promoviendo una oferta de empleo, que podría pasar por mejorar la prestación de cuidados y servicios.

Cuando era estudiante de filosofía, en al ciclo de humanidades, algo que se me quedó grabado de la asignatura de Estética fue un axioma que para mí sigue vigente: “no hay paisaje sin horizonte”. Lo que nos lleva inmediatamente al segundo paso: no hay horizonte sin cielo. La naturaleza de A Chaira hay que verla con horizonte, y para verla también hay que contemplar el cielo, el firmamento. Una iniciativa que organiza el concello de Muras, aprovechando su calidad de municipio “starlhigt”, municipio sin contaminación lumínica, organiza, desde el aprecio de sus propios cielos (los increíbles ceos de Muras), una contemplación del firmamento, desde la pureza de la noche sin contaminación. Y la organiza en la Escola de Viveiró, para ayudar, desde una tierra repleta de un profundo arraigo, a contemplar y profundizar en la inmensidad del Universo, con la contemplación de las estrellas.

Una Comarca repleta de ofertas muchas veces ni siquiera ofrecidas, abierta para llenar de caminantes sus caminos, sus senderos. Un terreno en el que -aunque aún queda mucho por hacer- ya existe una diversidad de opciones que nos sería imposible abarcar, pero que queremos contribuir a darle cauce de conocimiento, recogiendo los enlaces de diversas propuestas, por ejemplo, de senderismo y de contemplación. De experiencia, en definitiva, de una Galicia profunda, viva y callada, que necesita hacerse oír.

Rutas y senderos que trata de resumir la Diputación de Lugo, desde diversas perspectivas, así como diferentes municipios, como el de Guitiriz, en variadas facetas y propuestas. O el de Castro de ReiAbadín, en un conjunto que reúne a todos los municipios. Si todas los son, de uno u otro modo, A Chiara, A Terra Chá, es una comarca ineludible de Galicia. @mundiario

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