China limpia su atmósfera con energía renovable

Producción de energía solar. / RR SS
La inversión en ciencia y tecnología de calidad es clave.
 China, con el 20% de la población mundial, dispone del 39% del total de la potencia en energía limpia instalada en el mundo: 930 GW.
China limpia su atmósfera con energía renovable

Una imagen tópica de Pekín es la de su cielo contaminado por una densa nube de CO2, que “nubla” el sol, y la de ciudadanos de la capital con mascarilla, mucho antes de la pandemia. Es la imagen que nos han servido durante años los corresponsales extranjeros, tan icónica como la plaza de Tienanmen; una imagen que se extrapolaba a toda China, como el país más contaminante del mundo. Y ciertamente lo es desde hace años.

Querría analizar, sin embargo, esa foto tópica con más detalle, sin quitarle toda su fuerza icónica y negativa. Es decir, analizarla en su contexto global, y en una perspectiva dinámica.

En primer lugar, China es, en este momento, el país más contaminante del aire del mundo, sin ninguna duda. Pero hay que tener en cuenta que, cuando China empieza a contaminar el aire en los años 80, la contaminación global era ya muy aguda -y empezaba a provocar el cambio climático-, causada por los países occidentales desde el inicio de la revolución industrial.

China contamina por habitante la mitad que EE.UU.

Pero, dejando a un lado esa responsabilidad histórica, que nos queda ya un poco lejos, hay que analizar, además, no sólo la contaminación en cifras absolutas, sino la contaminación por habitante: y nos encontramos con un dato siempre silenciado: el mayor contaminador del aire, hoy, por habitante, es Estados Unidos: 15 toneladas de CO2 por millón de habitantes, más del doble que China, que es de 7 toneladas por millón de habitantes. No parece secundario este dato, a la hora de exigir responsabilidades a cada país frente al cambio climático y, sobre todo, a la hora de exigir medidas concretas –inversión, investigación, desarrollo de energías alternativas, transporte limpio...- para contribuir a frenar el cambio climático global.

China dejó a un lado esos cálculos históricos o porcentuales desde el año 2000, cuando declaró que no frenar la contaminación del aire equivalía a un suicidio colectivo, no sólo del país, sino del planeta. Y se puso en serio a impedir ese suicidio colectivo  

La contaminación del aire es un problema global; el cielo contaminado de Pekín contamina al planeta. Pero no es una foto fija, aunque el periodista occidental que visita China así lo perciba o así nos lo transmita. China está dando pasos firmes para frenar esa contaminación y para frenar el cambio climático. Nos gusta llamar a China “el gigante asiático” por no llamarle gigante global: pues no está mal reconocer que está dando pasos de gigante frente al cambio climático: es lo que intentaremos mostrar con algunas cifras, -con fuente, entre otras, en la “Agencia Internacional de Energías Limpias”-, sobre la utilización de estas energías por parte de China, como medio imprescindible para frenar la contaminación del aire y el cambio climático:

China instaló en 2020 el 60% de la energía eólica instalada en el mundo  

En 2020 China instaló 52 GW de energía eólica, que supone el 60% del total de energía eólica instalada en el año en todo el mundo; y que implica el 93% de la instalada en toda Asia; y que es más del doble de la energía eólica instalada en China en el año anterior. 

Ello significa que el total de capacidad de energía eólica instalada en China es de 280 GW. Comparativamente, la Unión Europea instaló en 2019 13,2 GW de energía eólica, frente a los 52 de China un año después, y la Unión Europea tiene instalados un total de 192,2 GW, frente a los 280 de China, según datos del Consejo Global de Energía Eólica

El objetivo final de China, según la política confuciana de proyectos a medio-largo plazo, es la descarbonización total, es decir 0 emisión de CO2 y supresión de los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) para 2060. Es un reto importante al que se ha comprometido pública y reiteradamente. 

Para ello tendrá que desarrollar todas las energías limpias en gran medida y pronto. En lo que respecta a la energía eólica, por ejemplo, en un cálculo estimativo entre los diversos tipos de energías limpias, tendría que instalar cada año 50 GW de energía eólica: en 2020 ya ha cumplido ese objetivo.

Como ejemplo, un proyecto espectacular para alcanzar ese objetivo está en la provincia de Gansu, al noroeste de China, aprovechando la especial fuerza y continuidad de los vientos, por la proximidad de los desiertos. El conjunto del proyecto incluye cien parques eólicos, con una capacidad total de 20 GW (igual a la capacidad total instalada en España) y un coste total de 16.000 millones de dólares. El proyecto se inició en 2009 y entró en funcionamiento a final de 2020.

China es ya líder mundial, y desde 2016 y en años sucesivos, en todas las energías limpias: eólica, solar, hidroeléctrica, y biomasa.  Con un total de potencia instalada de 280 GW en eólica, como hemos visto, 370 GW en hidroeléctrica, 250 GW en solar fotovoltaica y 30 GW en biomasa.

El 39% de toda la energía limpia mundial: 930 GW

En total 930 GW, el 39% del total de la potencia en energía limpia instalada en el mundo. Y, además, el ritmo de crecimiento en China se ha acelerado por cuanto es casi el doble que en 2012 -en sólo 8 años-; lo que hace realista el objetivo de llegar al 100% de energía limpia en 2060. Comparativamente este ritmo de crecimiento es, en 2020, 4,7 veces, mayor que el de EE.UU: la nueva potencia instalada en renovables en 2020 fue en  Estados Unidos de  29 GW; en  China 136 GW.

Que toda la energía provenga de energías limpias será la “disrupción”, necesaria y urgente, si se consigue a nivel global, para no llegar tarde a frenar el cambio climático.  

Todo va a depender de la voluntad política de cada país, sobre todo de las grandes potencias; voluntad que será firme si se expresa en inversión: China está invirtiendo, anualmente, el doble que Estados Unidos y que la Unión Europea en energías renovables: 342.000 millones de dólares en el plan quinquenal 2016-2020.

Tecnología propia

Y una inversión orientada también al desarrollo tecnológico y de equipos en el sector.  Por ejemplo, en energía hidroeléctrica, China tiene ya la capacidad más grande del mundo de fabricación y diseño  de turbinas de más de un millón de kilovatios; en cuanto a tecnología de energía eólica de baja velocidad,  China utiliza turbinas propias en más del 90% de su capacidad instalada.

Con estos datos a la vista: ¿nos podremos preguntar algún día si China nos puede enseñar algo? ¿O seguiremos instalados solamente en el reproche? @mundiario

Comentarios