China frente a la pandemia

Seguridad en aeropuertos chinos. / EuropaPress
Seguridad en aeropuertos chinos. / EuropaPress
China hace un llamamiento a Estados Unidos a colaborar con la OMS investigando los contagios ocurridos en el Laboratorio militar de armas biológicas de Fort Detrick, Maryland.
China frente a la pandemia

Hace ya casi dos años que el virus Covid-19 apareció en Wuhan y de allí se extendió por todo el mundo, y aún seguimos luchando contra él sin ver su final. Las estrategias políticas para defendernos de él han sido muy diversas. La información que hemos recibido sobre ellas también es muy dispar, muy local, muy poco global, aun reconociendo que se trata de una crisis sanitaria global. A pesar de que surgió en China, afectando a un 20% de la población mundial, quizá es el país del que tenemos menos información: mucha información, eso sí, y muchas teorías, y también bulos, de cómo surgió, pero muy poco sobre cómo se viene combatiendo. Intentaremos subsanar ese déficit de información, citando datos de la Agencia Xinhua y de Word Data, por si nos ayuda a una visión más global.

Evolución de la pandemia en China

Para analizar la estrategia para combatirla que ha seguido China, a lo largo de estos casi dos años, un sintético resumen cronológico: 

En enero de 2019 el Gobierno chino confinó a los 12 millones de habitantes de Wuhan, de manera radical, organizando colectivamente los servicios básicos. Ese confinamiento se fue extendiendo a todo el país en diversos grados y se suspendieron los contactos con el exterior, sólo permitidos bajo riguroso control sanitario. La prioridad era clara: la salud primero y, supeditado a ella, el crecimiento económico.

Tres meses después, cuando en Europa comenzaban los confinamientos, Wuhan y las zonas confinadas de China empezaron a volver a la normalidad. En los primeros días de abril ocho millones de vehículos circulaban por las autopistas de Wuhan, 200 vuelos se registraban en su aeropuerto y 272 trenes partían en diversas direcciones. Para celebrar el final del confinamiento unas 200.000 personas se concentraron en una fiesta en la ciudad. Eso sí, con rigurosos controles sanitarios. Y todo el país, desde ese abril de 2020, fue volviendo a la normalidad y al trabajo.

A partir de esa fecha, ninguna nueva ola y brotes muy localizados, que ha resuelto con rapidez. A julio de 2021, aun con la variante delta, los brotes no suman más de unos centenares de casos diarios en todo el territorio, la mayoría importados, a pesar de los rigurosos controles sanitarios, sobre todo de los desplazamientos exteriores e interiores. Y, al aumentar estos brotes recientemente, aumentan controles y confinamientos.

Claramente se prioriza la sanidad sobre la economía y, como consecuencia, el crecimiento del PIB chino en el primer semestre de 2021 fue del 12,7%.

Cómo ha valorado Occidente este resultado

En Occidente, mayoritariamente, se ha silenciado este proceso y este resultado, salvo breves alusiones entre los miles de horas y miles de páginas dedicados a la pandemia: cientos de expertos han informado, analizado y debatido sobre infinidad de detalles de la pandemia, sus estadísticas, sus diversas olas, las medidas a tomar o revocar..., y unas interminables discusiones políticas sobre todo ello.

En Occidente la explicación mayoritaria de las medidas radicales adoptadas en China para combatir la pandemia ha sido su sistema autoritario; nuestro sistema democrático las considera inaceptables.

Sin embargo, algunos analista,  sin negar que ésta sea una explicación válida, apuntan también a otras  claves determinantes de  esa estrategia china y sus resultados:  la civilización china se fundamenta, como venimos analizando, en la filosofía confuciana,   sustrato cultural del Imperio y  de la sociedad china durante más de dos mil años y plenamente vigente hoy; sus principios éticos básicos  son: la sociedad, la colectividad, está siempre por encima del individuo, y se rige por una autoridad aceptada voluntariamente y que se legitima por el buen gobierno a favor de la colectividad. Estos principios aplicados a la estrategia de la pandemia significan que: cada individuo contribuye a salvar del virus a la colectividad, aceptando las normas de la autoridad. Puede parecer simplismo, igual que los principios éticos del evangelio cristiano o la razón práctica de Kant: son simples en su enunciado y sólidos si se ponen en práctica.

Los principios éticos confucianos han coadyuvado, sin duda, al “autoritarismo” político chino y han sido claves en la estratega china frente a la pandemia. Evidentemente, no coincidan con el neoliberalismo occidental y su primacía del individuo sobre la colectividad, su concepción de la libertad individual, su minusvaloración de la solidaridad.

Sin duda ha coadyuvado también a esa estrategia la utilización de los medios digitales para facilitar el rastreo, el confinamiento, el control de la pandemia..., gracias a la proliferación digital en China y a su utilización masiva por parte de la población, desde antes de la pandemia.

Las vacunas chinas  

Las principales son de Sinovac y Cansino, empresas privadas, y de Sinopharm, empresa pública: en total se han administrado en China, a 26 de julio, 1.550 millones y en julio se inició la vacunación de la población de 12-17 años. El objetivo del gobierno es que a final de 2021 esté totalmente vacunado el 78% de la población, es decir, más de mil millones, prácticamente la totalidad de la población mayor de 11 años.

Mucho antes de esta vacunación masiva, China inició, en diciembre de 2020, la exportación de vacunas, preferentemente a países menos desarrollados. A julio de 2021 se han exportado 450 millones a 102 países y 10 millones más donados a Covax, organismo multilateral de reparto a países más necesitados. Y no sólo por altruismo, sino por el principio de que la colectividad global está por encima de la individualidad china, y por el convencimiento de que la pandemia sólo se vencerá si se hace a nivel global.

Cooperación internacional

Desde febrero de 2020 China ofreció cooperación científica a 10 organizaciones multilaterales y a 150 países, entre ellos España, y ha enviado equipos de médicos y virólogos a 34 países. Y un equipo de 17 científicos chinos y otros 17 extranjeros, bajo la coordinación de la OMS, trabajaron conjuntamente en Wuhan, durante un mes, rastreando el origen del virus, certificando por escrito no ser de origen humano ni de laboratorio, sino de origen animal, sin concluir aún de qué animal y cómo se produjo el contagio. En julio del mismo año se amplió esta investigación conjunta en otra visita de la OMS y, en múltiples intercambios, por videoconferencia, con el mismo resultado.

Sin embargo, Estados Unidos sigue acusando a China de falta de transparencia y difundiendo la acusación de su culpabilidad. La respuesta de China es doble: respeto a la soberanía de cada país y llamamiento a Estados Unidos a colaborar con la OMS en la investigación de los contagios ocurridos en el Laboratorio militar de armas biológicas de Fort Detrick, Maryland. 55 países, además, han escrito al Director General de la OMS solicitando la investigación de rastreabilidad del virus a escala mundial, como tema científico, sin mixtificaciones políticas.

Occidente y la estrategia china frente a la pandemia

Entre los miles y miles de horas y de páginas que hemos dedicado a la pandemia, apenas ha habido resquicio para informar y debatir sobre esta estrategia.

La Unión Europea habla de “rivalidad sistémica” con China, reconociendo que somos dos mundos distintos, con valores distintos. Pero quizá es una rivalidad asimétrica: Occidente sí quiere imponer sus valores, pero China no aspira a ello. Si estamos seguros de nuestra “superioridad” sistémica, ¿podríamos informar y debatir libremente sobre el  “sistema” chino de valores y sus resultados?

Estados Unidos pretende “contener” a China: ¿contenerla, por ejemplo, de su estrategia de lucha contra la pandemia y de los valores que la sustentan? 

Quizá nos valga recordar lo que Nixon dijo a Zhou Enlai en 1972: “Ustedes creen firmemente en sus principios, y nosotros creemos firmemente en los nuestros. No les pedimos que renuncien a sus principios, como ustedes no nos pedirían que renunciásemos a los nuestros...”. @mundiario

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