Biden prosigue la guerra comercial contra China, en la misma línea que Obama y Trump

Xi Jinping en Davos  2017. / Michel Euler
Xi Jinping en Davos 2017. / Michel Euler
Desde los principios del liberalismo que siempre han regido la doctrina estadounidense es muy cuestionable el uso de la prohibición y las restricciones
Biden prosigue la guerra comercial contra China, en la misma línea que Obama y Trump

Los Estados Unidos de Norteamérica siguen su pugna para evitar que China se convierta en la primera potencia económica mundial. Ahora es la segunda, y la primera potencia comercial. Por eso acaba de prohibir las exportaciones a una lista de 23 empresas chinas. En esto, Biden no se distingue nada de sus antecesores Trump y Obama.

Especialmente Trump usó y abusó de esta táctica, que se aleja de las prácticas del libre comercio, defendidas por las organizaciones internacionales. El Fondo Monetario Internacional alaba la práctica del libre comercio y señala como positivo su crecimiento del 6% en los últimos años. Destaca el FMI la creación e 1994 de la Organización Mundial del Comercio, y le atribuye como resultados de su actuación “la mejora de los niveles de vida en el mundo”, señalando que “esta prosperidad ha llegado a la mayoría de los países en desarrollo, y en alguno los ingresos han aumentado drásticamente”.

Eso es lo que hoy critica el gobierno chino de las medidas recién adoptadas por el gobierno de Biden: que quebranta las directrices del comercio internacional. Además de considerar infundadas las motivaciones con las que trata de explicar una medida tan drástica. Esa medida tiene que ver con el mantra que el secretario de Estado Blinken ha elegido en su ofensiva contra China: los derechos humanos, y muy concretamente los derechos de la minoría uigur. Un repetido quebrantamiento de derechos hasta ahora no demostrado en ningún momento, y que llega a hablar de la existencia no probada de campos de internamiento en China para miembros de esta minoría, sin haber presentado hasta ahora prueba alguna de sus afirmaciones, y sin llevar el asunto a las propias Naciones Unidas, dada la gravedad de lo que se denuncia.

Estas prohibiciones de exportación a empresas chinas ya motivaron que, el 18 de octubre de 2020, China promoviera una ley propia de control de las exportaciones, elaborada con el único propósito de defenderse de los ataques de la Administración Trump, prohibiendo exportaciones a empresas estadounidenses. Especialmente en el capítulo de chips y tierras raras, empleadas para la industria electrónica.

Desde los principios del liberalismo que siempre han regido la doctrina estadounidense es muy cuestionable el uso de la prohibición y las restricciones. Y parece que tiene más que ver con el pánico a perder su hegemonía económica mundial que a las razones que aduce. Porque hoy por hoy Biden no ha planteado ningún embargo ni prohibición de exportaciones a regímenes claramente antidemocráticos y perseguidores de grupos humanos o minorías, como pueden ser Turquía (aliada en la OTAN), o Filipinas, por ejemplo. @mundiario

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