Dos estaciones y Vicenta B, en el 70º Festival de San Sebastián

Fotograma de Dos estaciones, filme mexicano / Juan Pablo González
Fotograma de Dos estaciones, filme mexicano / Juan Pablo González
Un filme mexicano y otro cubano, en la Sección de Horizontes Latinos, nos muestran realidades sociales y económicas, con personajes mujeres que sufren problemas de diversa índole.
Dos estaciones y Vicenta B, en el 70º Festival de San Sebastián

En la Sección Horizontes Latinos de este 70º Festival de San Sebastián participan dos filmes mexicanos. Uno de ellos es "Dos estaciones" del director Juan Pablo González, que ha desarrollado su carrera como documentalista, y que esta película de ficción, mezcla historia, actuación y vida real para retratar una zona de México que conoce demasiado bien, pues nació en ella, y abordar un tema de economía moderna, y asunto existencial de María, magistralmente interpretado por Teresa Sánchez, que le valió el Premio Especial del Jurado en el Festival de Sundance de este año.

María es una empresaria de mediana edad, tan dura como la situación que tiene su empresa, y que sufre por dos partes: una la amenaza de que su fábrica de tequila se vea abocada al cierra por la competencia norteamericana, por las plagas que afectan sus plantaciones, y por inundaciones; y por otro lado, su represión sexual.

Dos Estaciones, está ambientada en el centro productor de tequila de Jalisco, en el pueblo de Atotonilco en las tierras altas, y sin lugar a dudas, su fotografía retrata la atmósfera dramática de esta hacendada del tequila y las imágenes que toma de las fiestas populares, los espectáculos pirotécnicos, y la vida de los pobladores son auténticas y realistas, y captan una cultura que puede desvanecer con los cambios que se producen a muchos niveles.

María, en una fiesta familiar conoce a Rafaela, una bella joven, que interpreta Rafaela Fuentes quien en la vida real es gerente de una fábrica de tequila (en la destilería donde filmó González), y a quien le dará trabajo y es una de un puñado de novatos en la película que interpretan una versión de sí mismos. Las miradas de María hacia Rafaela dejan a las claras que siente una atracción por ella, pero se reprime. El otro papel importante es el peluquero transgénero Tatin (Tatin Vera), que corta el cabello de María, de forma masculina, y se muestra como una propietaria de un negocio próspero gracias al apoyo de María.

Obviamente no voy a referirme al final de la cinta, que quizás sea un poco abrupto. El filme tiene una narración lenta y demasiado sosegada, y al no tener una dramaturgia convencional, exige del espectador paciencia,  pero no se puede dejar de reconocer que Teresa Sánchez borda su interpretación.

VICENTA B, de Carlos Lechuga

Fotograma de Vicenta B, filme cubano / Carlos Lechuga
Fotograma de Vicenta B, filme cubano / Carlos Lechuga

De Carlos Lechuga (La Habana, 1983) conocíamos su primer largometraje filmado en la isla, Melaza, un enfoque realista y crítico de la vida en un poblado, donde existía un antiguo central azucarero, y cuyo estreno fue demorado en Cuba. 

Ahora repite en Horizontes Latinos (tras su paso con Santa y Andrés, en el 2016, cinta que fue prohibida en Cuba al tocar el tema de la represión de un poeta gay) con Vicenta B, que recibió en 2021 el Premio EGEDA Platino Industria al Mejor Proyecto. En esta esperada cinta, filmada en la isla, como producción independiente, con la labor de Claudia Calviño, y que tras terminarla Lechuga decidió abandonar su país según explica “por las presiones policiales”, y residir en España, conoceremos la historia de Vicenta Bravo, una santera y espiritista que tiene el don  especial de leer las cartas. Su tranquilidad se ve afectada cuando su hijo decide abandonar Cuba, y ella enfrenta una crisis existencial, por lo que le sucede a otras personas y a su alrededor, y ante eso emprende un viaje a su interior, para tratar de recuperar su fe, en un ambiente complejo, decadente y sin esperanzas.

Según explicó el director, “dedico este filme a mi abuela” que fue espiritista, y aludió a cómo “la gente, sobre todo los jóvenes, vive sin futuro en la isla, que sufre la separación de las familias”.

Por su parte la actriz protagonista, Linnett Hernández, manifestó que este es un filme “dedicado a la mujer cubana, a la mujer negra, a la mujer santera”.

Linnnett, que vive en Francia desde hace años, trabajó en Cuba en el Grupo de Teatro “El Público”, dirigido por Carlos Díaz. Cuando Lechuga contactó con  ella para este papel, primero estuvo leyendo e investigando, luego visitó en París a cartománticas y personas que leen el tarot. Luego viajó a la Habana y por fin conoció personalmente a Lechuga, y a Victoria Rosa Rodríguez, la persona que le transmitió sus experiencias para conformar su personaje.

“Este es el papel más difícil de toda mi carrera” – dijo.

Sin lugar a dudas, tanto la protagonista de Dos estaciones, Teresa Sánchez, como la de Vicenta B, Linnett Hernández, son candidatas a lograr el reconocimiento de mejor actriz en la Sección de Horizontes Latinos. @mundiario

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