Tras los Reyes Católicos, se produce un cambio en las actitudes religiosas, mentales y culturales
Entre los intelectuales europeos del siglo XVI se ataca a la imagen de culto basado en los signos externos, como las peregrinaciones del Camino de Santiago.
Nuevo capítulo sobre el Camino de Santiago en MUNDIARIO. Si la lucha contra los musulmanes y la conquista de Granada pudo ser un hecho relevante en la disminución de las peregrinaciones, hay otras circunstancias que actúan en esa misma dirección. Es lo cierto, que en Europa y también en la Corona de Castilla, tras los Reyes Católicos, se produce un cambio en las actitudes religiosas, mentales y culturales, y las manifestaciones típicamente externas de la espiritualidad, como las peregrinaciones, dejan paso a una espiritualidad menos mundana, menos belicosa.
Además, entre los intelectuales europeos del siglo XVI, se ataca a la imagen de culto basado en los signos externos, como las peregrinaciones del Camino de Santiago, a lo que hay que añadir la oposición de la Reforma protestante en la persona de sus impulsores Lutero y Erasmo de Róterdam, ambos contrarios a las peregrinaciones.
Lutero. / Lucas Cranch el Viejo
La actitud de los arzobispos y obispos de la Catedral compostelana, su proximidad a la Corona y al Papado, la preocupación por su promoción personal y sus inquietudes culturales, descuidando la tradición al culto Jacobeo, con ausencias prolongadas fuera de la Sede, han contribuido también a esa decadencia.
La posición de la monarquía hacia el culto Jacobeo cambió sustancialmente. Tras la peregrinación de los Reyes Católicos, la visita a Santiago de los reyes Carlos V y Felipe II, tuvo motivos distintos de la peregrinación, pues su paso por Santiago y visita a la Catedral, obedeció a otros menesteres de carácter político.
Finalmente, tiene también relevancia en la regresión de las peregrinaciones, la actitud de la cúpula católica del Papado. Tras el Concilio de Trento y las doctrinas alumbradas para hacer frente a la Reforma protestante, someten a revisión muchas tradiciones religiosas, a la que no ha estado ajena la peregrinación Jacobea. Se inicia, por parte de alguno de los cardenales historiadores de la Iglesia, una amplia discusión sobre la realidad de la presencia del Apóstol Santiago en la Península ibérica. El cardenal Baronio pone en cuestión los testimonios de Isidoro de Sevilla, del Venerable Beda y del Codex Calixtinus, fundamento de la tradición Jacobea y de la misma construcción del Imperio.