En la mayoría de las religiones existen prácticas que pueden entenderse como peregrinaciones
Las peregrinaciones en general son viajes anclados en la imaginación religiosa, con movimiento físico, con punto de partida y punto de llegada, ligado siempre a un itinerario, a un camino.
Europa es un crisol de culturas que acostumbra a sintetizarse aludiendo a la aportación de la cultura clásica o grecorromana, al derecho romano, la cultura de las tribus germánicas que invadieron el imperio romano y el cristianismo, impulsor de cruzadas y peregrinaciones. A las peregrinaciones a Santiago y su influencia en la construcción europea, dedicaré este análisis.
Los antropólogos nos dicen que las peregrinaciones en general son viajes anclados en la imaginación religiosa, con movimiento físico, con punto de partida y punto de llegada, ligado siempre a un itinerario, a un camino. Las peregrinaciones no son fenómenos exclusivos ni de una religión ni de un espacio físico o temporal. Es lo cierto, que en la mayoría de las religiones existen prácticas que pueden ser entendidas como peregrinación, con distintas motivaciones y modelos, lo que nos permite hablar de una práctica casi universal.
Las peregrinaciones a Santiago y sus Caminos no son una excepción. En su génesis está presente la religión, los sentimientos religiosos, la fe, aunque las motivaciones hayan sufrido modulaciones a lo largo del tiempo.
La inventio-descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago en el siglo IX tendrá consecuencias que dejarán huellas que hoy están presentes en la historia y la realidad de España y Europa.
Tras el descubrimiento, se produce el primer evento de peregrinación jacobea, con la venida a Santiago del Rey de Asturias Alfonso II el Casto, que aparece así como el primer peregrino a Compostela, abriendo el camino de peregrinación desde la Catedral de Oviedo. Una ruta que luego será conocida como Camino Primitivo. A partir de ahí, el convencimiento de la cristiandad de la presencia de una reliquia tan importante como los restos del Apóstol Santiago el Mayor, convirtió a Compostela en uno de los más importantes centros de atracción de peregrinos a lo largo de la Edad de Media.
La creencia en que el Apóstol estaba enterrado en Santiago y el impulso por parte del poder eclesiástico y civil de esta ruta de peregrinación coincide con un momento crítico para ambos poderes, eclesiástico y civil, lo que convierte el Camino de Santiago en elemento de identidad y cohesión en torno a la idea de cristiandad y unidad territorial, frente al enemigo común, el islam. @mundiario
