El interior del casco antiguo de la ciudad de Santiago de Compostela (III)

La Rúa del Villar. JRB
La Rúa del Villar. / JRB

Santiago es una ciudad de piedra labrada, de piedra trabajada que aparece en sus distintas funciones, estilos, materiales, mostrándonos por sí mismas una variada y rica utilización.

El interior del casco antiguo de la ciudad de Santiago de Compostela (III)

 Saliendo a la izquierda del Toral está la Rúa del Villar llamada en el siglo XII Vallis Milvorum (Valle de los milanos). A la derecha por el lateral del Pazo de Bendaña hay unos altos soportales hacia el medio de la calle, a la iz­quierda bajos soportales al mismo nivel de la calle, a ambos lados casas nobles de estilo compostelano, en el suelo grandes losas de granito, lugar de paseo señorial, de turismo, de estudiantes y peregrinos.

Una calle muy acogedora donde se deja sentir la recia personalidad de la ciudad, la sensación de belleza donde lo simple no tiene cabida, el Villar es centro activo de Santiago conduciendo desde el Toral a la Catedral, con bonitas perspectivas bajo sus soportales que aparecen a ambos lados de la calle en su principio, luego solo a la izquierda, después solo a la derecha, para terminar solo a la izquierda, rom­piendo la continuidad rectilínea pero logrando una perspec­ti­va armónica.

En su inicio, a la dere­cha, está la calle Entre­rrúas. La calle Entrerrúas posiblemente sea una de las más estrechas que podamos transitar. Como su nombre indica, comunica la Rúa del Villar con la Rúa Nueva, es tan estrecha que al cruzarse dos personas en lo ancho de la calle una tiene que ponerse de lado para dejar pasar. En algún tramo un paraguas extendido llega a tropezar en los dos lados de la calle. ¡Si que es estrecha esta calle!. Cerca está el Hostal Suso, uno de los más jacobeos de Santiago donde su patrón, el popular Suso nos deleitaba con sus acaecidos.

Un recorrido de encanto, sosegado, un paseo inolvidable por la piedra embellecida, desde las losas del suelo, las arcadas de los soporta­les, las fachadas de las casas, donde los balcones y ventanas ponen su distinción.

Un recorrido donde se observan las casas, miradores, galerías, soportales con sus columnas y capiteles avanzan sobre la calle creando una bella conjunción.

Especialmente llamativo el gran arco del frente de la casa nº 59, Doctor Vaamonde, la casa del antiguo casino, la casa racionalista de la Joyería Malde, la librería Gali que llevaba tantos años editando la novela "La Casa de la Troya".

Bonitas casas, residencias nobles como la casa de los marqueses de Rajoy en el nº 18 de la calle, de aspecto italiano renacentista siglo XVI, el portal da a un patio inte­rior con arcadas. Enfrente "La Casa de Varela" en el nº 15, con escudo de armas, precioso soportal entre columnas con llamativos labrados capiteles.

Algunos estudiantes anticlericales se acercan a esta casa para ganar el jubileo pagano, consiste en apagar un cigarrillo encendido dejándolo en las posaderas del angelote del capitel de la casa nº 15.

La Torre del Reloj se asoma en el medio de la calle, mientras debajo de los soportales las columnas redondas terminan lisas perfectamente integradas en el suelo ofrecien­do una bonita perspectiva, en los días de lluvia las losas del Villar brillan y reflejan las galerías, la rúa es un espejo donde galerías, ventanas y balcones se reflejan, se aso­man, un tranquilo recorrido en una calle equilibrada, muy ordenada donde se conserva la estética arquitectónica.

Al final de la calle a la derecha la Casa del Deán en el n º 1: Una amplia portada muy adornada, encima tiene una gran concha de vieira símbolo del peregrino, en lo alto gran balcón en el centro, escoltado por dos laterales y ventanas enrejadas a  ambos lados de la puerta.

La recia portada cuadrada presenta alrededor adornos redondos y cilíndricos.

En primavera al anochecer, sale la tuna a la calle, los estudiantes ponen sus mejores galas para ofrecer su alegría es todo un espectáculo ver pasar a la tuna, en tres filas por la Rúa del Villar cantando y tocando ocupando el ancho de la calle desde el Toral a Platerías, panderetas y guitarras acompañan a las voces protegidas por casas y soportales ¡Cuando la tuna te de serenata, no te enamores compostela­na..!

Durante el Año Santo llegan cada día varias peregrinacio­nes de distintos lugares, a las once de la mañana se reúnen en la Plaza del Toral para desde allí partir en procesión cantando el Himno del Apóstol, acompañados con altavoces por toda la calle hasta el Obradoiro para llegar a la misa de doce, Misa del Peregrino, se canta: -Santo Adalid, Patrón de las Españas, amigo del Señor-....

(Continuará). @mundiario 

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