Cuatro fachadas y cuatro plazas rodean la Catedral compostelana

Plaza de Platerías. / JRB
Plaza de Platerías. / JRB

El conjunto de las cuatro plazas y las cuatro fachadas que rodean a la Catedral compostelana forman un hermoso conjunto: el final del camino de peregrinación a donde llegan los peregrinos.

Cuatro fachadas y cuatro plazas rodean la Catedral compostelana

EL EXTERIOR

La Catedral guarda en su interior la tumba del Apóstol y es el centro de una de las ciudades más bonitas del mundo. Está orientada en la dirección Este-Oeste construida en una ladera por lo que hay que salvar un desnivel de norte a oeste de la colina,

Las cuatro fachadas y las cuatro plazas que rodean a la Catedral fueron construidas en distintas alturas de más a menos altura. La parte más alta corresponde a las plazas de Azabacheria y Quintana, después las plazas de Platerías y Obradoiro, en espiral.

Hoy en día se tienen muchos documentos del medioevo donde aparecen los sucesos más importantes relativos a la Catedral, podemos citar: el Códice Calixtinus; la Historia Compostelana de Gelmírez y la Concordia de Antealtares...

Según la leyenda, los discípulos del Apóstol Atanasio y Teodoro pusieron los restos de Santiago sobre un carro tirado por bueyes dejándolos libres. Pararon en Amaía y allí enterraron el cuerpo construyendo un Altar, posteriormente los discípulos fueron también enterrados en el mismo sitio.

En el siglo IX se descubren los restos y sobre ese lugar se construye la primera iglesia de piedra y ladrillo, mandado por el rey Alfonso II el Casto.

En tiempos del obispo de Iria Flavia Sisnando y del rey Alfonso III el Magno, fue reemplazada por la segunda iglesia, terminada el año 896 de estilo prerrománico, con torres altas y ventanas de herradura estilo a los templos asturia­nos de esa época, fue destruida por Almanzor el 10 de agosto del año 997. La reedifican el obispo de Iria Flavia San Pedro de Mezonzo y el rey de León y Galicia, Bermudo II.

El año 1074, siendo obispo de Iria Don Diego Peláez se consideró la iglesia insuficiente, empieza entonces la construcción de la tercera iglesia, la actual, con la ayuda del rey de Castilla y León Alfonso VI.

Las obras comenzaron por las capillas del ábside, del Salvador y San Pedro.

Según el Códice Calixtinus, la dirección de las obras se encomendó al canónigo Bernardo Gutiérrez el Viejo con 50 canteros al mando del segundo maestro, Roberto.

Mientras tanto el califato de Córdoba se deshace en pequeños reinos, creando una buena situación para la recon­quista, Cluny popularizaba en Europa la peregrinación a Composte­la.

En 1077, en la Concordia entre el abad Fagildo de Antealtares y el arzobispo don Diego Peláez se relata que la obra de la Catedral está terminando las capillas del ábside. Las obras se suspendieron en 1088 por el enfrentamiento entre el Cabildo Compostelano y el obispo Peláez, que es destituido por Alfonso VI. Prosiguen en el año 1100 al hacerse cargo el obispo don Diego Gelmírez, con el maestro Esteban y después, en 1109 según la Crónica Compostelana por Bernardo el joven.

La Catedral era totalmente románica: la Fachada de Platerías se concluyó en el sur, año 1078, representa “La Redención”. La fachada norte “El Paraí­so” se dedicó a “La Creación y Pecado de Adán”. La fachada del oeste no llegó a realizarse, representaría "La transfigu­ración en el Tabor" y la fachada este era el testero de la Catedral.

La sede de Iria Flavia se traslada a Santiago, el primer obispo es don Diego Gelmírez: en 1102 coloca las reliquias de San Fructuoso en la Capilla del Salvador; en 1105 consagró el Altar Mayor y las ocho capillas del ábside, además manda construir el frontal de plata del Altar Mayor y el Cimborrio. @mundiario

(Continuará)

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