La denominación Camino de Santiago tiene más sentido como Camino hacia Santiago

Peregrino pescando. / FrAn LaREo para Mundiario
Peregrino pescando. / FrAn LaREo para Mundiario

No es que el camino sea propiedad exclusiva del lugar hacia donde se dirige, pero sí es cierto que los caminos eran denominados por el lugar principal escogido como destino.

La denominación Camino de Santiago tiene más sentido como Camino hacia Santiago

La Academia Xacobea, siguiendo los pasos de la Academia de Platón, pretende ser una sociedad científica abierta a todos los saberes, tal y como se exige en la definición que de academia propone el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, y mantener la condición de haber sido establecida con autoridad pública, tal y como reza en el académico diccionario, en nuestro caso la Xunta de Galicia.

¿Y el Camino, el Camino de Santiago? Tomando como punto de partida las distintas acepciones que para esta palabra presenta el ya citado diccionario de la Real Academia, hemos de reconocer que la “Tierra hollada por donde se transita habitualmente”, hoy, en el siglo XXI, ya queda un tanto desfasada. La mayor parte de lo que hasta no hace mucho se reconocían como caminos, son hoy pistas asfaltadas o cubiertas de zahorra, y quienes transitan habitualmente por las mismas son coches, tractores y otros vehículos. Sí es cierto que el peregrino debe pisarlas, ya que discurren sobre el antiguo trazado, aunque se siente más cómodo y más feliz cuando aún puede pisar viejos caminos enlosados, viejas sendas empedradas que sí han sido hollados habitualmente por los pies de innumerables personas en su viaje hacia Compostela en los siglos pretéritos.

Otras dos acepciones de las recogidas en el Diccionario nos van a proporcionar más juego. La primera de ellas define camino como “Jornada de un lugar a otro”; la segunda, como “Dirección que ha de seguirse para llegar a algún lugar”. Ambas entran de lleno en lo que hoy concebimos como Caminos Jacobeos.

Así y todo, nuestra denominación Camino de Santiago tiene más sentido si la entendemos como Camino hacia Santiago. No es que el camino sea propiedad exclusiva del lugar hacia donde se dirige, pero sí es cierto que los caminos eran denominados por el lugar principal escogido como destino o, en menos ocasiones, por el de su procedencia; así en nuestros documentos medievales, y permítanme que me refiera en mis ejemplos a algunos obtenidos en mi tierra de origen, Asturias, encontramos citado en Oviedo el camino que va a Santiago e a otras partes, o, en el caso contrario, en Melide, se cita el amiño que ven d’Ovedo. El fin, Santiago, da así nombre a los numerosos itinerarios que conducen desde la puerta de casa de cada peregrino hasta el sepulcro del Apóstol.

Pero en honor a la verdad hemos de reconocer que no son caminos nuevos, hechos a propósito para ir hacia la tumba de Santiago, sino que el flujo peregrinatorio hacia Compostela utiliza vías existentes con anterioridad y como tal ya conocidas: desde la capital del reino de Asturias, la vía romana que conduce de Lucus Asturum (Lugo de Llanera, junto a Oviedo) a Lucus Augusti (Lugo) y de aquí a Iria Flavia, vías por otra parte que utilizan trazados previos a la romanización de nuestras tierras. @mundiario

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