El cuidado de los enfermos y peregrinos en Compostela

El libro Crónica de un peregrino singular junto a una figura del Apóstol. / Mundiediciones
El libro Crónica de un peregrino singular junto a una figura del Apóstol. / Mundiediciones

El interés y desvelo de los Reyes Católicos dio su fruto, entrando en servicio un hospital que levantó la admiración de quienes en él se alojaban.

El cuidado de los enfermos y peregrinos en Compostela

Ya a finales del siglo IX, el obispo Sisnando “reedificó la Iglesia  de San Felix de  Lovio,  construyendo a su lado una casa que sirviese de vivienda a los ministros jubilados del templo apostólico y de hospedaje a los pobres peregrinos”. Así lo recoge López Ferreiro en la Historia Compostelana. Pudiera ser este el primer hospital de peregrinos en Santiago.

Gelmírez, en el siglo XII, también según  Historia Compostelana, dona la mitad de las limosnas,  de ciertos altares, al hospital de peregrinos e inválidos, que el mismo manda  construir próximo al Palacio Arzobispal. Este denominado Hospital Viejo, acogió a muchos pobres y peregrinos que llegaban a Santiago, hasta la construcción del Hospital Real. 

La Cofradía de Plateros de Santiago, de importante poder económico y gremial, poseía un hospital al pie del Camino, junto al puente de Ribadiso.

Se tiene conocimiento de otros centros menores como el Hospitalillo de Jerusalén, situado seguramente  en las calles Azabachería y Troya. Pero fue la Catedral, en sus tribunas, el mayor albergue durante la Edad Media.

En 1450, el canónigo de Deza, Ruy Sánchez de Moscoso, deja su propia casa para establecer  en ella un hospital de peregrinos, que dejó  de cumplir  esta función al entrar en servicio el Hospital  de San Roque, en 1578, fundado por el arzobispo Francisco Blanco.

En 1486, los Reyes Católicos visitan Santiago y deciden fundar un hospital bien dotado, ya que los existentes no eran  adecuados ni suficientes  para los muchos pobres y peregrinos que desde las diversas partes  del mundo visitaban la Iglesia del Santo Apóstol. Una construcción no exenta de dificultades sobre su emplazamiento y administración.  Dificultades que resuelve  el deán don Diego de Muros, acogiendo la decisión de los reyes, que decía: “Concurren muchos peregrinos e pobres de muchas naciones a visitar al bienaventurado Señor Santiago, Apóstolo e Patrón de nuestras Españas, hay mucha necesidad de un hospital donde se acojan los pobres peregrinos e enfermos que allí vinieron en romería”.

El interés y desvelo de los Reyes Católicos dio su fruto, entrando en servicio un hospital que levantó la admiración de quienes en él se alojaban.

Había otros hospitales en la Compostela de entonces,  de escasa relevancia y dudas sobre su funcionamiento, según pone de manifiesto  la frase del arzobispo compostelano en la contestación a Felipe II en 1571, en la que dice: “En este arzobispado, en alguna parte del, ai algunas casillas donde se acogen  pobres como en píos lugares, que por no ser hospitales formados, ni tener rentas, ni bienes aplicados, ni hacer  hospitalidades en ellos, no resuelve el problema”. @mundiario


El autor es el coordinador del libro Crónica de un peregrino singular,  de la autoría de 13 académicos, que recoge en 13 capítulos  importantes aspectos de la peregrinación a Compostela. @mundiediciones

Comentarios