El Camino de Santiago ofrece una historia jalonada por numerosos monumentos de gran valor

Catedral de León, una de las ciudades del Camino de Santiago. / Xurxo Lobato
Catedral de León, una de las ciudades del Camino de Santiago. / Xurxo Lobato

Cada caminante, a partir de su propio pensamiento, interpreta las distintas comunicaciones que le ofrece el camino, pensamiento a veces dirigido por guías, lecturas y consejos de otros peregrinos, pero sobre todo pensamiento libre.

El Camino de Santiago ofrece una historia jalonada por numerosos monumentos de gran valor

El Camino de Santiago es en sí mismo una academia, un lugar de aprendizaje y de desarrollo de nuevas ideas. Como tal, ofrece múltiples aspectos. Se abre ante nosotros como un amplio abanico de posibilidades, más allá del esencial de comunicar. Sí, comunicar físicamente una serie de localidades hasta llegar al punto final, Compostela, pero también servir de ámbito de comunicación para toda una serie de vivencias a quienes lo caminan y a quienes viven en su entorno.

Cada caminante, a partir de su propio pensamiento, interpreta las distintas comunicaciones que le ofrece el camino, pensamiento a veces dirigido por guías, lecturas y consejos de otros peregrinos, pero sobre todo pensamiento libre, abierto, individual, lo que supone una implicación personal a lo largo de su realización.

Por otra parte, el camino se convierte, por la pluralidad de informaciones que ofrece, en un objeto de estudio ideal para una academia, que, como lo es él mismo, debe estar abierta a todas sus realidades, al estudio e interpretación de todas sus aportaciones. Si bien es cierto que estamos quizás excesivamente acostumbrados a la abundancia de las academias “restrictivas”, dirigidas al estudio de un único tema: Lengua, Historia, Medicina, Jurisprudencia y demás,  el Camino, que es vida, necesita ser abordado por una academia interdisciplinar, que busque la interacción entre los distintos saberes y aspectos, que sirva para unir y no para diferenciar, y mucho menos para confrontar. Como la Academia Xacobea.

Porque en el camino, y en este caso me van a permitir ustedes que me calce mis botas y salga a él, nos invita a disfrutar de su riqueza y nos ofrece muchas cosas… Y empiezo por lo más clásico, una historia, jalonada por numerosos monumentos de gran valor cultural. Esto es lo que se nos inculcó a lo largo de mucho tiempo, hasta tal punto que camino de peregrinación jacobea y arte románico eran una misma cosa, y si no había arte románico en abundancia, no había camino. @mundiario

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