El Camino de Santiago, memoria histórica de Europa

BANDERA EUROPEA
Bandera de Europa.

La Academia Xacobea, que preside Xesús Palmou, promueve y difunde investigaciones sobre sus diferentes facetas.

El Camino de Santiago, memoria histórica de Europa

El jueves día 14 se celebró en Santiago de Compostela el acto de apertura de actividades de la Academia Xacobea, institución cuya misión puede resumirse en la promoción y difusión de las investigaciones sobre el  Camino de Santiago. El profesor Marcelino Agís pronunció una conferencia titulada “Las peregrinaciones, un fenómeno universal”. Puso de manifiesto que las peregrinaciones son  un fenómeno universal y cultural, presente en todas las civilizaciones y religiones desde que el hombre existe, porque el ser humano siempre ha sentido la necesidad creer en un ser superior creador, organizador y protector.

En su peregrinaje, los seres humanos caminan  en busca de su identidad personal y social; es decir, de su conocimiento íntimo y de su integración en un colectivo. El Camino es para el cristiano búsqueda   Dios, confirmación de su Fe y también reconciliación.

El Camino se vive con fraternidad, con el espíritu del buen samaritano de apoyo en la dificultad a aquellos con quienes lo comparte.

En la soledad de su andadura el peregrino da y recibe compañía, ánimo y consuelo, al tiempo que es una oportunidad de encuentro, intercambio y socialización con personas de muy diversas procedencias.

Viejos y jóvenes, hombres y mujeres, ricos y pobres, nobles y villanos, clérigos y seglares, élites y pueblo llano, de diferentes nacionalidades, razas y religiones, se tratan como iguales  y comparten  dificultades, esfuerzo, incertidumbres, soledad, cansancio, carencias. El Camino es integrador.

El Camino, para otros, tendrá una dimensión estrictamente cultural que les permitirá admirar la variedad monumental de estilos con los que los hombres que nos precedieron jalonaron la ruta con ciudades, ermitas, catedrales, capillas, cruceros, monasterios, hospitales, albergues, iglesias, erigidos como expresión de su Fe.

El Camino, aún para los no creyentes, será ocasión para admirar la naturaleza y pensar en la perfección y sincronía  con la que se suceden días, estaciones y fenómenos naturales, desde el origen del tiempo, de forma puntual e inexorable. Y, tal vez, vislumbre, intuya, admita o dude sobre el  “algo” o “alguien” que mantiene en funcionamiento el universo.

El Camino permite sentir y vivir el vínculo de unión de los europeos, el cristianismo, que impregna nuestra cultura, civilización, costumbres e historia. No en vano, la bandera europea, símbolo que expresa los ideales de unidad, solidaridad y armonía entre los diferentes pueblos de Europa –unidad en la diversidad–,  tiene su origen en un vitral de la catedral de Estrasburgo, que muestra la imagen de la Virgen coronada por 12 estrellas sobre fondo azul.

Vivir plenamente nuestra propia identidad no tiene  que servir de  coartada para el rechazo a los que creen, piensan y viven de forma diferente, por tener orígenes diferentes. @mundiario

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