El Camino de Santiago, elemento de identidad y cohesión
Tras el descubrimiento inventio de la tumba del Apóstol Santiago en el siglo IX, viaja a Compostela el rey Alfonso II El Casto, apareciendo así como el primer peregrino a la tumba del Apóstol y origen de un Camino de peregrinación a Santiago, hoy conocido como Camino Primitivo, que parte de Oviedo.
La noticia del descubrimiento se difundirá rápidamente por el mundo cristiano, convirtiendo a Compostela en uno de los más importantes centros de atracción de peregrinos a lo largo de toda la Edad Media, junto con Jerusalén y Roma.
Los sentimientos religiosos y el impulso por parte del poder eclesiástico y civil de esta ruta de peregrinación coinciden con un momento crítico para ambos poderes, lo que convierte el Camino de Santiago en elemento de identidad y cohesión, en torno a la idea de cristiandad y unidad territorial, frente a lo que, entonces, era un enemigo común, el Islam.
Según deja escrito el historiador Sánchez Albornoz, el culto a Santiago, con hábito de peregrino o con vestimenta de guerrero, en su caballo blanco, constituye una fuerza galvanizadora de la resistencia de la cristiandad frente al Islam.
Caminando, con un constante tránsito de peregrinos a lo largo de la Edad Media, se hicieron los Caminos a Santiago que hoy descubrimos y conocemos, y en frase atribuida a Johann Wolfgang von Goethe, Europa se hizo peregrinando a Compostela. @mundiario
