Verano: ¿Gazpacho, salmorejo o porra antequerana?

El popular Juanma Moreno. / @JuanMa_Moreno
El popular Juanma Moreno. / @JuanMa_Moreno

Estamos deseando que el verano entre en nuestras vidas porque eso significa -o suele significar-: sol. A golpe de pandereta y "luna de pergamino" entraron las elecciones andaluzas. 

Verano: ¿Gazpacho, salmorejo o porra antequerana?

A las puertas del verano es normal que nos apetezca algo fresquito; algo como un gazpacho. Las elecciones andaluzas han sido retransmitidas como si todos fuésemos un poco andaluces, contribuyendo a que sintonizásemos con -o demonizásemos- a este o aquel candidato.

El resultado de las elecciones no ha podido ser más esclarecedor, incluso para aquellos que hacían “quinielas” sobre la ubicación de los partidos en el nuevo Gobierno y su preponderancia en las sillas del parlamento autonómico.

Y el winner ha sido "Juanma". Moreno Bonilla había ganado las elecciones de 2019, y cogobernado- aparentemente sin grandes aspavientos- con la formación naranja.  Si la mojama es una “salazón de atún” típica de Cádiz, como la mojama se ha quedado Juan Marín, por el resultado negativo de estas elecciones que le dejan sin escaño alguno, incluso por debajo de formaciones mucho más minoritarias como Por Andalucía o Adelante Andalucía. “Hecho cera” (del árabe musâmma”, de ahí mojama) el líder gaditano se ha quedado sin poder repartir tortillitas de camarones entre sus compañeros de asiento, y tendrá que comer sangre en tomate, (plato de la gastronomía gaditana preparado con sangre de cerdo o de pollo, de ahí su nombre). Algo más tranquila se habrá quedado Elena Rodríguez. Por fin puede decir ¡Adelante Andalucía!, al tener presencia en el parlamento con dos escaños.

Pero el líder indiscutible es Moreno Bonilla. Frente al “desaborío” gazpacho sevillano de Juan Espadas (hay que reconocerle mérito-no obstante- en el “encaje” de su “derrota”), Bonilla ha hecho valer la porra antequerana como plato gastronómico estrella de este verano, en el que, sin duda, en el sur -pero también en otras partes de España- apretará el calor.

Moreno Bonilla, líder indiscutible

Juan María Moreno Bonilla nació en 1970 en Barcelona, pero a los dos o tres meses de nacer, sus padres regresaron a Andalucía, instalándose en Málaga. Parece ser un político poco dado a los excesos- así se muestra ante las cámaras, al menos, aunque siempre habrá quien piense que su tranquilidad esconde sangre de horchata.  Quizás por su proximidad con Valencia y su famosa horchata de chufa, la alicantina Olona sea lo que piense de él. Habrá que ver si durante su mandato en solitario, Moreno Bonilla cocina la porra antequerana con sustancia y cuerpo, como corresponde a este plato de la gastronomía malagueña, primo segundo del gazpacho y primo carnal del salmorejo, más cercano a este último por su mayor consistencia. Como mandan los cánones malagueños, Juanma Moreno deberá aderezarlo con atún y huevo, a diferencia del salmorejo, que requiere tropezones de jamón serrano. Rico, rico, diría Arguiñano, y con fundamento, le exigiría, como nos “exige” a nosotros al entrar en nuestros fogones a través del televisor.

 Antes de este apoteósico resultado y más próximo a la línea de Núñez Feijoo, Moreno Bonilla no parecía dispuesto a pactar con Olona, la líder de Vox, partido que ha sido calificado de ultraderechas, como si fuera la peor de las ignominias; si bien esta candidata no seducía por parecer que iba por libre, casi siempre con aspecto de enfado; durante toda la propaganda electoral ha parecido que Macarena Olona ha ejercido su candidatura con calzador; porque -aunque sea una práctica que se haya dado antes- no deja de chirriar que figure empadronada en un lugar una persona que no vive en el sitio en el que dice vivir.  A este respecto en la web Maldita.es se dice que la Junta Electoral Provincial de Granada ha mantenido su candidatura entendiendo “que el empadronamiento y la inscripción en el censo electoral son actos administrativos en firme”; el artículo 4 de la Ley Electoral andaluza exige – para presentarse a dichas elecciones- que los candidatos tengan la condición política de andaluces. Y el artículo 5 del Estatuto de Autonomía andaluz exige el empadronamiento, y aunque la Policía aún no ha podido acreditar la “vivienda” de Macarena Olona en Salobreña, el Ayuntamiento de Salobreña ha iniciado una baja de oficio.

Otro tema polémico en relación con la designación de Macarena Olona lo ha protagonizado un afiliado a Vox (al parecer, también afiliado a IU) que ha impugnado los Estatutos de Vox alegando su nulidad al manifestar que los candidatos que acceden por esta formación son designados “a dedo”.

“Fue el pasado 2 de junio cuando el Juzgado admitió a trámite la demanda presentada por el abogado Pedro Muñoz Lorite…”. Para Muñoz Lorite, los preceptos mencionados relativos a los Estatutos (de Vox) contemplan que "para optar a la posibilidad de llegar a ser cargos orgánicos y para la designación de candidatos a cargos públicos electos sólo serán designados por el Comité Ejecutivo Nacional, o lo que es lo mismo, por la decisión personal de Don Santiago Abascal Conde, Presidente Nacional del partido".

Y sigue diciendo la noticia que “el abogado reprocha que "los acuerdos del CEN (Comité Ejecutivo Nacional) no se encuentran en la página web de Vox". En el marco de la demanda, el abogado requiere que se "suspenda cautelarmente el acuerdo por el que se determinen los nombramientos de los candidatos para las próximas elecciones andaluzas".

La Fiscalía ha manifestado que “debe tenerse en cuenta que nos encontramos ante unos estatutos de 2019 por los que ya se han elegido candidatos y no ha habido impugnación”. Por ello el Juzgado de Primera Instancia nª 82 de Madrid ha denegado la medida cautelar de suspender la candidatura por los “perjucios irrevocables que podría suponer”. En todo caso, el arroz a banda de Olona ha dado para trece escaños, un número que tradicionalmente se ha asociado a la mala suerte. Quizás para Vox haya sido mala suerte este resultado, pues confiaban en cogobernar con Bonilla.

En Francia, queso reblochon

Cruzando la frontera española otro país estuvo el domingo de elecciones, con resultados muy diferentes a los “claros” andaluces. Las elecciones francesas adoptan siempre forma de queso reblochon, lo que puede que haya contribuido a unos resultados tan repartidos.  El reblochon es un queso de la “Alta Saboya” elaborado con leche cruda de vacas” de tres razas distintas. Reblochon significa en saboyardo reordeño, y el doble escrutinio, las dos vueltas francesas lo son, una especie de “reordeño”. Según Directo al paladar, la elaboración de estos quesos era “una triquiñuela de los pastores  para no tener que dar toda la leche de las vacas como impuesto religioso. Primero ordeñaban por la mañana al animal y le daban esa leche a los monasterios locales. Por la noche volvían al establo y ordeñaban de nuevo al animal, obteniendo una leche más cremosa y más rica en nata, con la que hacían este queso ya que es más fácil de conservar que la leche fresca.” “Con él se elabora la tartiflette, un contundente plato a base de patata, cebolla, nata fresca, panceta y tiras de este queso, fundido al horno”. Y fundido se habrá quedado Macron al tener que compartir poder con partidos tan dispares como Marie Le Pen, calificado de ultraderechas. Desde los 350 escaños que había conseguido en las elecciones de 2017 ha pasado a 55 escaños de diferencia de la mayoría absoluta, mucho menos poder para gobernar, pues, ya se sabe que, cuando se sientan a la mesa comensales con apetitos y gustos distintos, será muy difícil aderezar la ensalada: nunca estará al gusto de todos. La tartiflette no estará al gusto de los parlamentarios franceses: puede que a unos no les gusten las patatas, que a otros la panceta les resulte grasienta al paladar o la nata fresca se les indigeste en la garganta.

Mientras en Francia la mirada de Macron sacaba a relucir su decepción, en Andalucía el rostro de Bonilla era exultante. Frente a Juan Marín que, decepcionado, decidió dimitir, Bonilla sonreía el domingo de oreja a oreja. Seguro que su mujer, para el caso de ser buena cocinera le habrá preparado para festejarlo un remojón granadino, una ensalada de Zalamandroña o, en fin, una moraga de sardinas, anticipando sin duda la mágica noche de San Juan.

Y si el Palacio de San Telmo brillaba el domingo con todo su esplendor, otra ciudad también lo hace no solo por su poderosa y conocida arquitectura -la Alhambra- sino por los pueblos de la vega. Uno de esos pueblos lo describió con gran lirismo una vez, gran poeta.

“Está edificado sobre el agua; por todas partes cantan las acequias y crecen los altos chopos donde el viento hace sonar sus músicas suaves en el verano. En su corazón tiene una fuente que mana sin cesar y por encima de sus tejados asoman las montañas azules de la vega, pero lejanas, apartadas, como si quisieran que sus rocas llegaran aquí, donde una tierra muelle y riquísima hace florecer toda clase de frutos…”

Federico García Lorca cantaba así las excelencias de su pueblo en el discurso que dio por la inauguración de la primera biblioteca de Fuente Vaqueros, en 1931. Con sus palabras casi parece inducirnos a visitarlo, a sumergirnos en esa especie de ensoñación onírica que recrea en nosotros. Nos invita a refrescarnos en sus cristalinas aguas y a comer de los frutos apetitosos de la tierra… Al igual que el resto de España, y más allá de las elecciones, Andalucía es una Comunidad Autónoma riquísima en muchos aspectos, uno de ellos la gastronomía. Se inicia el verano. Tiempo de sol, calor y descanso. Con toda seguridad, visite o no Andalucía, antes de que termine el verano disfrutaré sin duda de una fresquísima y deliciosa porra de naranja. Para hacerse la boca agua. @mundiario

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