Solo una Tierra

Un niño ante los efectos del cambio climático. / RR SS
Un niño ante los efectos del cambio climático. / RR SS
Más de 3 mil millones de personas se ven afectadas por ecosistemas degradados. La contaminación es responsable de unos 9 millones de muertes prematuras cada año. 

El lema del Día Mundial del Medio Ambiente de este año, “Solo una Tierra”, es una simple declaración de hecho. Este planeta es nuestro único hogar. Es vital que protejamos la salud de su atmósfera, la riqueza y diversidad de la vida en la Tierra, sus ecosistemas y sus recursos finitos. Pero estamos fallando en hacerlo. Le estamos pidiendo demasiado a nuestro planeta para mantener formas de vida que son insostenibles. Los sistemas naturales de la Tierra no pueden mantenerse al día con nuestras demandas.  

Esto no solo daña a la Tierra, sino a nosotros también. Un entorno saludable es esencial para todas las personas y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Proporciona alimentos, agua potable, medicamentos, regulación del clima y protección contra fenómenos meteorológicos extremos. Es esencial que manejemos sabiamente la naturaleza y aseguremos el acceso equitativo a sus servicios, especialmente para las personas y comunidades más vulnerables.

3 mil millones de afectados

Más de 3 mil millones de personas se ven afectadas por ecosistemas degradados. La contaminación es responsable de unos 9 millones de muertes prematuras cada año. Más de 1 millón de especies de plantas y animales corren el riesgo de extinción, muchas en décadas.

Cerca de la mitad de la humanidad ya se encuentra en la zona de peligro climático: 15 veces más probabilidades de morir a causa de los impactos climáticos, como el calor extremo, las inundaciones y la sequía. Existe una probabilidad de 50:50 de que las temperaturas globales promedio anuales superen el límite del Acuerdo de París de 1,5 grados centígrados en los próximos cinco años. Más de 200 millones de personas cada año podrían verse desplazadas por la perturbación climática para 2050.

Hace cincuenta años, los líderes mundiales se reunieron en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano y se comprometieron a proteger el planeta. Pero estamos lejos de tener éxito. Ya no podemos ignorar las campanas de alarma que cada día suenan más fuerte.

La reciente reunión medioambiental Estocolmo+50 reiteró que los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible dependen de un planeta saludable. Todos debemos asumir la responsabilidad de evitar la catástrofe provocada por la triple crisis del cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad.

Progreso sostenible

Los gobiernos deben priorizar urgentemente la acción climática y la protección del medio ambiente a través de decisiones políticas que promuevan el progreso sostenible. Con ese fin, he propuesto cinco recomendaciones concretas para acelerar drásticamente el despliegue de energía renovable en todas partes, incluida la disponibilidad de tecnologías y materias primas renovables para todos, la reducción de la burocracia, el cambio de subsidios y la triplicación de la inversión.

Las empresas deben poner la sostenibilidad en el centro de su toma de decisiones por el bien de la humanidad y sus propios resultados. Un planeta saludable es la columna vertebral de casi todas las industrias de la Tierra.

Y como votantes y consumidores, debemos hacer que nuestras acciones cuenten: desde las políticas que apoyamos hasta los alimentos que comemos, el transporte que elegimos y las empresas que apoyamos. Todos podemos tomar decisiones respetuosas con el medio ambiente que contribuirán al cambio que necesitamos.

Las mujeres y las niñas, en particular, pueden ser agentes de cambio contundentes. Deben ser empoderados e incluidos en la toma de decisiones en todos los niveles. Asimismo, el conocimiento indígena y tradicional también debe ser respetado y aprovechado para ayudar a proteger nuestros frágiles ecosistemas.

La historia ha demostrado lo que se puede lograr cuando trabajamos juntos y ponemos al planeta en primer lugar. En la década de 1980, cuando los científicos advirtieron sobre un agujero mortal del tamaño de un continente en la capa de ozono, todos los países se comprometieron con el Protocolo de Montreal a eliminar gradualmente los productos químicos que agotan la capa de ozono.  

En la década de 1990, el Convenio de Basilea prohibió el vertido de desechos tóxicos en los países en desarrollo. Y, el año pasado, un esfuerzo multilateral puso fin a la producción de gasolina con plomo, una medida que promoverá una mejor salud y evitará más de 1,2 millones de muertes prematuras cada año.

Este año y el próximo presentarán más oportunidades para que la comunidad global demuestre el poder del multilateralismo para abordar nuestras crisis ambientales entrelazadas, desde negociaciones sobre un nuevo marco de biodiversidad global para revertir la pérdida de la naturaleza para 2030 hasta el establecimiento de un tratado para abordar la contaminación por plásticos. .

Las Naciones Unidas están comprometidas a liderar estos esfuerzos cooperativos globales, porque la única forma de avanzar es trabajar con la naturaleza, no contra ella. Juntos podemos asegurar que nuestro planeta no solo sobreviva, sino que prospere, porque solo tenemos una Tierra. @mundiario

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