Rehabilitar el palacio de El Capricho

Palacio de El Capricho. Telemadrid
Palacio de El Capricho. / Telemadrid
Pronto podremos tenerlo completo después de tantos años de abandono, casi un siglo. Ahora es de propiedad municipal y es el ayuntamiento de Madrid tiene que ofrecerlo con las mayores garantías.
Rehabilitar el palacio de El Capricho

Por información periodística, del 17 julio 2022, nos enteramos de que el ayuntamiento de Madrid trabaja en las obras de rehabilitación del palacio de El Capricho para convertirlo en un museo. Se encuentra ubicado en el distrito 21 de Madrid y en la Alameda de Osuna. Fue la residencia de descanso de los duques de Osuna. En la actualidad solo pueden visitarse sus jardines, sábados y domingos, románticos, preciosos y con olores espléndidos, que se perciben nada más penetrar en el recinto. Tiene 17 hectáreas.

Muy cerca y en el mismo recinto de la Alameda de Osuna tenemos el Castillo de la Alameda, también conocido como el de los Mendoza o los Zapatas, nombres de las familias que lo habitaron. Es un castillo medieval del siglo XV. Algo se ha hecho ya, pero sería el momento de rehabilitarlo en una ocasión próxima de forma completa, definitiva e integral. Este sería un complemento necesario. Igualmente abandonado se encuentran lo que llaman Las Caballerizas en el mismo lugar. Es un extenso campo donde crecen malas yerbas. Ahora con las subvenciones europeas podría recuperarse igualmente.

Si los jardines son magníficos, el palacio rezuma magnificencia en todos los sentidos, aunque lleve demasiado tiempo medio abandonado y perdido. Fue un capricho de la duquesa, que constituyó su Versalles particular. El titular de la información no puede ser más agresivo. Van a rescatarlo para recuperar los trabajos fallidos del gobierno de Carmena. Fallidos porque se estableció un tiempo imposible (un año), con un presupuesto escaso (tres millones) y un contrato cerrado, sin dejar modificaciones en cualquier caso imprevisto. Este es el ejemplo de un lenguaje que no se debería utilizar, aunque solo fuera por simple cortesía. Ahora será una reforma integral con un presupuesto de unos cinco millones y en torno a un año y medio de plazo para abrirlo en febrero de 2024.

Por mi parte, contemplo las cosas con cierto escepticismo, aunque desee que lo conviertan en lo que debe ser, una verdadera obra de arte. No me gusta el tono publicitario que el ayuntamiento imprime siempre a las obras que emprende. Vaya por delante que no es una idea original, sino que se apropian de lo que proyectó Carmena durante su mandato. No lo pudo terminar y me parece bien que se retome ahora, cuando disponen de tiempo y presupuesto.

Parece que se trata de confrontar y competir con el adversario, que inició una obra fallida. Cómo no iba a ser un fracaso, si no fueron capaces de fijar un tiempo, un buen presupuesto y un contrato adecuado. Ineptitud. Todo esto está de más. Bastaría retomar las obras sin atacar a la alcaldesa y mucho menos a los arquitectos que ganaron el concurso que lanzó el ayuntamiento. Me parece descortés, de mala educación y bastante estúpido.

Se dice en la información que fue un deseo personal de Carmena, que admiraba a María Josefa Pimentel, duquesa de Osuna, por su labor a favor de la educación, la cultura y la mujer. Loables objetivos, a los que no hay que poner ninguna objeción. Ahora el objetivo es abrir el palacio antes de que termine la legislatura, quizás en busca de unos pocos votos más. Objetivo ramplón, interesado, poco noble y cultural por mucho que presuma Andrea Levy, directora del área. ¿Por qué no se iniciaron las obras a comienzos de la legislatura para tenerlo acabado ya? Porque se trata de ofrecerlo e inaugurarlo, cuando se encuentren próximas las elecciones.

La agresividad del titular atraviesa el cuerpo del artículo de El Mundo. Bastaría espigar un poco. Las obras realizadas han sido deficientes, dañinas e inadecuadas. Por eso hubo que paralizarlas. Trabajos poco realistas, dejados en manos de constructores gallegos sin experiencia en estos temas. ¿Por qué entonces Entre Luces ganó el concurso? ¿Ha habido ahora concurso nuevo? ¿Quién lo ha ganado? De esto no se informa nada y estas formalidades son importantes. El proyecto anterior estaba cargado de deficiencias y errores. Algunas obras “casi son un pecado en un edificio histórico”. Sin embargo, se van a mantener, lo que no puedo entender, a no ser que alguien esté exagerando y hasta manipulando. Los suelos del comedor se encuentran en “estado lastimoso”.

¿Cuál es la razón de airear todo esto? Puede que no ande lejos la producción de crispación contra el equipo anterior, por si alguien tuviera intención de volver a votarles. Se ha demostrado que son incapaces de producir nada serio y de interés cultural.

Me gustaría que se hicieran las cosas con más naturalidad, terminando con lo que quedó pendiente de la administración anterior. Parecen querernos decir que las actuaciones de dicha administración fueron un desastre y que a nosotros nos toca ahora cargar contra la catástrofe anterior, que lo sepan los ciudadanos. Como no hicieron lo que debían, quedó todo en nuestras manos y lo vamos a resolver, porque sabemos hacerlo y disponemos de las capacidades para ello. Merecemos confianza.

En mi opinión, así no se hacen las cosas. Se transmite el patrimonio sin algaradas, porque es obligación del gobierno en cada momento. Ahí queda su obra y estaremos agradecidos por ello. Los historiadores explicarán quién lo hizo. El búnker también interesa. El general republicano Miaja construyó un búnker en el jardín y colocó un nido de ametralladoras en el Castillo. Ya estaba abierto. Las escaleras para bajar pueden mejorarse, son incómodas. También se agradecerá algo más de luz.

Estaremos a la expectativa de cómo se resuelve todo en este distrito veitiuno. Hasta ahora visitábamos el parque El Capricho y podríamos disfrutar de todo su entorno, especialmente en primavera y otoño. Pronto podremos tenerlo completo después de tantos años de abandono, casi un siglo. Ahora es de propiedad municipal y es el ayuntamiento de Madrid tiene que ofrecerlo con las mayores garantías. @mundiario

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