¿Por qué me cae usted bien y esa otra persona, mal?

Dos mujeres en un parque. Bewakoof.com_official. Unsplash
Dos mujeres en un parque. Bewakoof.com_official. / Unsplash

Todo lo que ocurre en nuestro interior sucede igualmente en el interior de los demás y como consecuencia lógica, en las interrelaciones entre sujetos.

¿Por qué me cae usted bien y esa otra persona, mal?

Le voy a contar porque hay gente que "se cae bien", otra que "se cae mal" y esa que va variando su curso, dirección y sentido en dicha "caída".

Imagino que sabrá (y si no lo sabía, lo sabrá en cuanto lea la siguiente frase) que la Ley de la Equivalencia o Equilibrio rige el material genético (ADN) de los seres humanos y que a cada "A + G" le corresponde un "T + C".

Bien... esta norma es conocida como la Ley de Chargaff (químico austriaco de origen judío afincado en USA que falleció en el año 2002 antes de cumplir los 97 años de edad).

Su descubrimiento permitió adentrarse a otros colegas en las propias entrañas de nuestra forma de ser y estar. Dicha norma no es absoluta (no se cumple en el ARN) pero nos sirve para ilustrar el equilibrio predominante en todo nuestro funcionamiento.
Me refiero a un orden dentro de la normalidad y sin presencia de trastornos fisiológicos o emocionales.

Por ello, las premisas de dicha ley se replican en diferentes moléculas y así sabemos que a cada neurotransmisor liberado con una intensidad de alcance saturado, se activan los inhibidores necesarios para proteger al resto del "equipo". A cada ADN roto, una rápida reparación y así, hasta la muerte. Lo de la eternidad todavía no lo hemos resuelto...

Ya le digo que no vamos a entrar en temas muy técnicos, pero ahora entenderá parte del porqué no debe reducir bruscamente la dosis de esos ansiolíticos que le ha recetado su amigo o amiga del alma para poder dormir, o porqué hay efectos secundarios diversos por consumir por ejemplo, amoxicilina genérica.

Bien... pero vamos a lo nuestro...

Cada uno de nosotros hemos desarrollado una actividad emocional (con repercusiones fisiológicas) que llamamos comportamiento. Éste se encuentra asociado a las cadenas dinámicas de neurotransmisores que lo rigen.

En la teoría del ADNe, dichos registros del comportamiento se basan en 7 estadios ya descritos por Eric Bernstein. Estos 7 comportamientos poseen unas intensidades productivas variables pero a la vez, íntimamente relacionadas entre todos ellos. Digamos que actúan como vasos comunicantes de carácter transversal.

Las intensidades van variando ante cada estímulo (un ruido, una voz, una frase, una mirada, etc...), pero siempre dentro de las oscilaciones predeterminadas en la plasticidad resultante del nivel de expresión de los genes de cada cual.

Esto nos lleva a la conclusión de que en la mente existe un "cauce" que no varía en sus márgenes, pero sí en su caudal y además, de forma oscilante... como si se tratase de una frecuencia sonora polifónica.

En cuanto se da una interrelación entre 2 humanos (no necesariamente debe ser entre humanos dicha relación. Pruébese con su perro... también funciona), los niveles de estos 7 registros van acomodándose generando un río de emociones.

Si aparece una cascada a mitad de camino... es que algo no ha ido bien.

Ante un estímulo relacional tenemos una fusión entre ambos caudales El suyo y el mío. Cuando se dan zonas de elementos afines o compatibles (intersecciones dinámicas), estamos en la misma onda y por ello,  nos "caemos bien".

Es como cuando escuchamos la misma cadena de radio (dial) y la canción nos gusta.

Si no existen zonas de interjección, se da una desconexión. O sea, la conexión se pierde y se va fraguando ese “no me caes bien”.

Ahora viene eso de... ¿Por qué le he contado lo de la Ley de Equivalencias de Chargaff?

Pues porque todo lo que ocurre en nuestro interior sucede igualmente en el interior de los demás y como consecuencia lógica, en las interrelaciones entre sujetos.

Cada unidad (piense en proteínas) está formada por diferentes unidades que acuerdan recombinarse y portarse de forma disciplinada para proyectarse hacia el exterior.

Se lo podría contar en clave metafórica con frases como que "La concentración espiritual...", "La proyección empática....", "La comunicación astral…", “La atención plena…”, “La energía que fluye…” o referirme a "El viento sopla, luego una mariposa aleteó en Extremo Oriente hace 200 años...".
En definitiva, quiero que sepa que hablamos de lo mismo. Unos desde dentro hacia fuera y otros desde fuera hacia dentro.

Resumiendo... Quiero que lo sepa...

Usted me cae bien porque su nivel de Dopamina se ha intensificado al activar el registro Nt de su ADNe.
Eso lo he conseguido al proyectarle la suficiente Oxitocina desde el registro Pr de mi ADNe (no se preocupe... no ensucia).

Por supuesto, quedo a la espera que usted lance una andanada con la combinación de Acetilcolina y Glutamato desde el registro Ad de su ADNe, ante la cual yo decidiré si respondo con Serotonina de mi registro Ob (reflexión y empatía) o bien lanzo un cóctel molotov de Norepinefrina desde mi registro Rb (agresividad).

Según lo que yo haga, usted hará y viceversa.

Bueno, ahora voy a ajustar la calibración de mis neurotransmisores… @mundiario

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