La novelista y el alcalde mezquino

Almudena Grandes y José Luis Martínez-Almeida. Mundiario
Almudena Grandes y José Luis Martínez-Almeida. / Mundiario
Mantener una convicción por ideas no implica nunca arrastrarla por los suelos, solo por intereses. Se trata de sacar adelante sus cuentas. Vaya tipo. Qué catadura moral exhibe.
La novelista y el alcalde mezquino

Todavía en tiempos del franquismo, un pueblecito de Guadalajara tenía un alcalde muy estricto, recto y no partidista, que sabía hacerse obedecer con su autoridad. Muchos le consideraban un autoritario y puede que lo fuera. Sin embargo, disponía de una virtud por la que el pueblo le quería y le volvía a nombrar. Era su generosidad con los vecinos. Cuando alguno tenía un problema, el alcalde dejaba todo lo que estaba haciendo para resolvérselo. Después continuaba con su labor.

En el alcalde de Madrid la generosidad está completamente ausente. Por el contrario, ejercen en él varios defectos: mezquindad, desdén, desprecio, resentimiento, odio y la cobardía propia de mentes menguadas, hechas para molestar a los demás. Al principio de su nombramiento se le veía rabioso y encabritado, borrando el mismo las pintadas que hacían contra su persona. Eran barrios que se movían en ámbitos de la izquierda, que le abucheaban, porque no querían que entrase en su territorio. Le rechazaban como alcalde. Esto, que parece normal con tantos barrios como tiene Madrid, le sacaba de quicio y, en lugar de tratar de ganárselos, no los pisaba. Desprecio contra desprecio. A ver quién puede más. Pequeño, pero matón.

Hija Predilecta de Madrid

A la muerte de Almudena Grandes, muchas voces pedían nombrarla, a título póstumo, Hija Predilecta de Madrid. En el ayuntamiento tenía fuertes enemigos que votaron en contra en su momento. Alegaban que no podía tener ese nombramiento una escritora “sectaria y comunista”. Almeida se distinguió por su empeño en borrar cualquier rastro de su memoria. Lo hace en vano y de una manera mostrenca e inculta. No sabe que, mientras se mantengan sus libros, permanecerá viva su memoria, porque la gente los seguirá leyendo. Por mucho que sea el poder del alcalde no los podrá quemar, y tampoco incluir en el Índice de libros prohibidos, lo que, quizás, haría de buena gana.

No merecía el reconocimiento por “esas cosas lamentables que escribió”, declara el regidor, pero algo anecdótico le hizo cambiar. Contra su nombramiento votaron PP y Vox, además de los moderados Ciudadanos. De Vox cualquiera podría esperárselo y con Almeida podía pasar cualquier cosa. Ciudadanos carece de personalidad política. Villacís se subordina siempre a lo que diga el alcalde, con el que está gobernando. Esto ocurría el 30 de noviembre. En febrero del actual año se aprueba el nombramiento en un giro radical.

La anécdota llegó cuando el alcalde negociaba los presupuestos de 2022 y se dio cuenta de que necesitaba los votos del Grupo Mixto, en el que había tres ediles escindidos de Más Madrid. Estos condicionaban sus votos favorables a que se nombrara a la novelista Hija Predilecta. Aquí se quebró el egoísta Almeida. No lo merecía, pero necesitaba hacer una concesión para sacar los presupuestos. Lo anunció pletórico: “Yo he sacado unos Presupuestos”. En una negociación hay que ceder un poco: “Ya tengo los Presupuestos”. El hombre se quedó descansando. Ideologías, claro que sí, pero no a cambio de los presupuestos. Hay que ser prácticos y salvar los intereses económicos.

Todo parecía cerrado ya, pero todavía no, porque faltaba algún detalle. Y el diablo está en los detalles. Rechazó que eso fuera una debilidad suya, sino más bien de quien lo planteó. Debilidad argumental de los otros y debilidad mayor aún de quien no dudó en dar una marcha atrás vergonzosa y cínica. Un verdadero bochorno. Mantener una convicción por ideas no implica nunca arrastrarla por los suelos, solo por intereses. Se trata de sacar adelante sus cuentas. Demuestra una personalidad llena de complejos y muy cambiante. Se traiciona lo que sea necesario para cada momento. Vaya tipo. Qué catadura moral exhibe.

Quedaba el nombramiento propiamente dicho. Aquí demostró su altura. El pasado 13 de junio el alcalde se ausenta del nombramiento y arrastra con él a la vicealcaldesa. Uno no puede estar por cuestiones de agenda y la otra por tener que dar una conferencia. Las cosas de la agenda son mentira, porque tenía un hueco entre las 19 y 21 horas, aunque luego ha dicho que había algún acto no programado, que incluía una cena con el Rey. Esta es una acción de completo desprecio. La agenda se puede retrasar o sustituir y la conferencia se puede trasladar a otro día. Sin embargo, esta era su coartada perfecta, aunque no podrán engañar a nadie con el caletre tan cortés e ingenioso que tienen estos dos sujetos. El desdén se paga con el desdén.

García Montero, en cambio, sintetiza pulcramente la obra de Almudena Grandes. “Su ciudad fue Madrid. La ciudad de su literatura fue Madrid. Cada una de las historias de sus novelas era la historia de Madrid vivida por dentro, por los hombres y mujeres de Madrid”. No se puede decir con más acierto y brevedad. Los representantes municipales parece que no son de Madrid, aunque  cobren de la Villa. Millones de madrileños se encuentran indignados contra ellos.

Se trata de un gesto insólito y hasta contradictorio. El ayuntamiento propone el nombramiento y el alcalde ni siquiera cumple su obligación institucional por puro respeto.

Creo que no hay que dar más vueltas al asunto. Cuando algo no se quiere hacer, no se hace. No hay más excusas que valgan. Y cuando se choca con ideas contrarias, solo queda el desprecio a las mismas. Nada valen ni el prestigio ni la talla moral. Los bárbaros llevan tiempo gobernándonos y presumiendo, además, de que son los únicos que saben hacerlo. ¿Qué va a ser de nosotros? @mundiario

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