África, el flanco sur

Migrantes subsaharianos llegan al CETI en Melilla. / TV Melilla
Migrantes subsaharianos llegan al CETI en Melilla. / TV Melilla
La UE debe interesarse más en acordar con los países africanos actuaciones políticas, de seguridad, económicas y sociales de interés mutuo y equilibrado.

África requiere de una mayor atención por parte de la Unión Europea. Europa tiene que implicarse mucho más en encontrar soluciones a los problemas que recorren ese gran continente, que siempre van a tener repercusiones negativas que afecten a otras partes del mundo y fundamentalmente a los europeos por razones de proximidad.

En la reciente cumbre de la OTAN en Madrid el flanco sur tuvo también su lugar de atención, en buena parte por el empeño del Gobierno de España para que fuese uno de los focos importantes de consideración en sus debates y resoluciones.

Las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla están en el continente africano y ambas hacen frontera terrestre con Marruecos, país con el que tenemos amplias relaciones históricas, económicas y sociales. Esto nos obliga a mantener y mejorar permanentemente acuerdos de cooperación y de lealtad mutua.

Reforzar las relaciones entre España y Marruecos

Por eso, España y Marruecos han de afrontar algunos objetivos de interés bilateral como el reforzamiento de la cooperación en los temas migratorios, el abordaje de la delimitación de los espacios marítimos en la fachada atlántica y la actualización del Tratado de Buena Vecindad, Amistad y Cooperación de 1991.

El último episodio de asalto a la frontera de Melilla por parte de migrantes subsaharianos, también induce a que en los acuerdos sobre migración se incluyan compromisos concretos con el Reino Alauí, como por ejemplo que se prohíban y eviten el acampado de migrantes a menos de cien kilómetros de las fronteras de estas urbes españolas y que las soluciones  puntuales, a posibles intentos de atravesar por la fuerza los pasos fronterizos o el salto de las vallas, sean tomadas conjuntamente por los ministerios correspondientes de Marruecos y de España.

Respecto de la actuación en todo el norte de África, la Unión por el Mediterráneo, como organización intergubernamental que agrupa a la Unión Europea (UE), a otros países del sur de Europa, Turquía y los países de la cuenca mediterránea del norte y nordeste africano (incluyendo el Magreb y Oriente Medio), debe fortalecerse para garantizar los objetivos que tiene establecidos de seguridad, estabilidad y desarrollo en toda la región.

El Sahel, fuente de conflictos

Otro importante escenario de interés estratégico es la zona del Sahel, que comprende  el territorio de diez países (Mauritania, Senegal, Mali, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Sudán e Eritrea). Es una zona situada entre el norte y el sur africano que abarca una gran franja de cinco mil kilómetros de oeste a este. En esta región, hay una gran inestabilidad política. La pobreza, las desigualdades, el cambio climático, las sequías, los regímenes corruptos, el tráfico de drogas, el tráfico de armas, la presencia de grupos terroristas islámicos, los conflictos, los desplazamientos humanos por las hambrunas y la inseguridad, forman un coctel de consecuencias muy negativas a las que hay que procurar mayor dedicación.

En el Sahel también está presente Rusia, que tiene acuerdos de cooperación militar y económica con varios países. La OTAN debe estar pendiente y actuar en el Sahel si es necesario para reconducir situaciones de inseguridad que se pueden ir agravando paulatinamente; pero además, es imprescindible que la Alianza Sahel, de la que forman parte la UE y otros países de reciente adhesión como Suecia, EE.UU y Canadá deben implicarse permanentemente para acabar con la hambruna, la violencia, la pobreza, las desigualdades e impulsar la economía del entorno.

África posee gas, petróleo, uranio, cobalto, coltán…recursos energéticos, minerales, agrícolas, pesqueros, etc., que interesan a China, a Rusia, a la Unión Europea, a EE.UU, etc.; todo ello en el marco de estrategias y acciones geopolíticas de los diversos actores. Los intereses de las democracias europeas han de pasar indudablemente porque la UE propicie una política justa con los países africanos, desarrollada bajo los principios de la cooperación, el intercambio y el beneficio equilibrado de todos los actores. @mundiario

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