Una victoria de Lula serviría para borrar el trauma de los años de Rousseff

Lula Da Silva, líder del PT y candidato presidencial. / @lulaoficial
Lula Da Silva, líder del PT y candidato presidencial. / @lulaoficial
La resurrección política definitiva del antiguo trabajador podría concretarse, después de pasar 20 meses en la cárcel. 
Una victoria de Lula serviría para borrar el trauma de los años de Rousseff

Lula Da Silva quiere volver a mandar en Brasil. No lo tendrá fácil, porque a pesar de que sus años al frente del gobierno (2003-2011) dejaron un buen recuerdo entre sus compatriotas, la etapa de Dilma Rousseff aún provoca crispación. Cuando la exguerrillera se presentó a las elecciones en 2010, tal y como se esperaba, se impuso para convertirse en la primera mujer en acceder a la presidencia del país, gracias a una victoria holgada sobre el socialdemócrata José Serra.

Lo que ocurrió después es historia. La destitución de Rousseff abrió una profunda herida en la nación que dejó muy mal parada a los movimientos de izquierda, que le permitieron a la ultraderecha abrirse paso hacia el poder en la figura del líder del Partido Liberal,  Jair Bolsonaro.

Si el carismático líder del Partido de los Trabajadores (PT) gana, sin duda  tendrá el reto de convivir en el poder con la oposición del bolsonarismo en el parlamento, que ganó fuerza gracias a la pérdida de influencia provocada por el sisma del impeachment que dejó a la exguerrillera sin la presidencia.  

Lula aún tiene crédito político porque cuando entregó el poder, lo hizo dejando a una nación en pleno auge económico, algo que ahora brilla por su ausencia, sin embargo el PT ya no es la misma fuerza que lideró y que se convirtió en una auténtica máquina de ganar votos en el pasado. 

Será un largo camino hacia la recuperación

Brasil está sufriendo diversos problemas como por ejemplo la precarización del empleo, con bajos salarios y con excesos de contratos temporales, sin olvidar la pérdida de poder adquisitivo, en particular en los sectores menos favorecidos que alcanza hasta el 16 % según The Huffington Post.  Se calcula que la pérdida de poder adquisitivo en las franjas más desfavorecidas llega al 16%, al menos, y pasa incluso cuando, es verdad, Bolsonaro ha logrado bajar el paro hasta el 9,1%; sin embargo, ha sido a costa de la precarización, los bajos salarios, los contratos temporales.

También hay que tener presente los efectos del coronavirus, que ha dejado huella en la economía y en el sistema sanitario. este último desbordado por los más de 34 millones de casos y las casi 700 mil muertes que ha provocado. Tampoco hay que olvidar los incidentes medioambientales.

La destrucción de la selva tropical más grande del mundo sigue su paso casi imparable. CNN advierte que la deforestación de la selva amazónica alcanzó cifras históricas en los primeros tres meses de este año, "la más alta registrada: un área casi del tamaño de Dallas, Texas, según datos del Instituto de Investigación de Brasil". 

Sin duda, Lula tendrá que remangarse si finalmente se impone en los resultados. El político nacido en Pernambuco tendrá mucho trabajo por delante. @mundiario

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