Venezuela: ¿qué implica la estrategia de Guaidó de financiar al sector médico con $20 millones contra la Covid-19?

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El líder opositor y presidente encargado de Venezuela (reconocido por 55 países), Juan Guaidó, durante un mensaje transmitido vía redes sociales sobre la actualidad de la crisis del coronavirus en el país / Centro de Comunicación Nacional, Twitter.
¿Se ha convertido la crisis del coronavirus en un nuevo espacio político para las agendas populistas de los dos factores de poder que controlan los recursos financieros de Venezuela: Maduro y Guaidó?
Venezuela: ¿qué implica la estrategia de Guaidó de financiar al sector médico con $20 millones contra la Covid-19?

Aunque en Venezuela existe una profunda crisis política por la misma naturaleza de su sociedad y de sus autoridades de disputarse el poder como un medio para expandir modelos, patrones y proyectos de control, en lugar de procurar el desarrollo de la nación a largo plazo, los paralelismos siguen formando parte de la vida nacional del país sudamericano aún en medio de la pandemia de coronavirus, que ha terminado de profundizar y prolongar en un letargo indefinido el complejo limbo económico y social que los venezolanos sufren desde hace siete años.

Prácticamente, todos los espacios de poder en ese país existen de forma duplicada y paralela debido a la magnitud de la pugna que enfrenta desde 2019 a dos élites políticas cuyo objetivo, más allá de sus ideologías, es dominar el mando de la nación como una vía para imponer dos sistemas: el socialismo de la austeridad y la crisis social y el capitalismo liberal proestadounidense.


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El primero es el modelo del régimen comunista de Nicolás Maduro, que actualmente controla Venezuela en lo político, lo económico, lo social, lo militar y lo territorial, mientras que el segundo es el utópico modelo del simbólico gobierno interino de Juan Guaidó, actual líder de la oposición venezolana reconocido por 55 países como “presidente encargado” de Venezuela.

Pero a pesar de que en el país virtualmente existen dos gobiernos diametralmente opuestos y permanentemente confrontados, la verdadera batalla por el control del poder interno ha pasado por la acumulación del capital como el principal elemento que garantiza la supervivencia de ambos grupos en sus respectivos espacios, que han hecho de ellos sus hábitats, o lo que es lo mismo, sus zonas de confort.

¿El coronavirus debilitó el ‘efecto Guaidó’?

Entonces, la crisis del coronavirus también se ha convertido en un contexto más dentro de las agendas populistas que tanto el chavismo como el proyecto de Guaidó hacia la “transición”, que no termina de llegar tras haberse desvanecido con el tiempo la fuerza y el efecto de su premisa; “cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”, han aprovechado para incrementar la captación de flujos de capitales para, supuestamente, abastecer de recursos financieros al sistema sanitario y a la población, pero esos fondos, al igual que la salida de la crisis, tampoco terminan de llegar.

Y es que el también presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento) de Venezuela, Juan Guaidó, anunció el pasado sábado que ordenó “la transferencia de 20 millones de dólares”, distribuidos entre la Organización Panamericana de la Salud (OPS) -adscrita a la OMS-, la Cruz Roja Internacional y el programa de ayuda a los trabajadores del sector médico “Héroes de la salud”, según dijo, con el objetivo de comprar equipos de protección para el personal que combate en primera línea el Covid-19 en el país.

Esto implica que, aunque Guaidó no ejerce un poder pleno y eficaz con control territorial ni autoridad sobre las instituciones del país, es decir, sobre el Estado venezolano, el líder opositor insiste en seguir adelante con una decisión que se asemeja más a una promesa o prebenda electoral de campaña debido a que en marzo, cuando apenas iniciaba la pandemia en Venezuela, ya había anunciado que entregaría un subsidio de 100 dólares a cada médico registrado en un sistema nacional que su equipo habilitó, pero que contaba con una data muy irregular y que, al final, no distribuyó esa bonificación ni siquiera a un solo profesional de la salud.

Por medio de un video difundido en sus redes sociales oficiales, Guaidó explicó que “estos recursos fueron rescatados de la corrupción para dar ayuda a un país en dictadura”, según reseñaron el Centro Nacional de Comunicación (su oficina de prensa) y la cadena CNN. 

La jugada financiera de Guaidó

Estos 20 millones de dólares, según el equipo de Guaidó, pertenecen al Banco Central de Venezuela (BCV) y se encuentran depositados en la Reserva Federal de Nueva York. Todo inició cuando el llamado “presidente encargado” decidió crear una junta directiva ad hoc (paralela) a la del Banco Central de Venezuela, controlado por Maduro, para que ese grupo de funcionarios paralelos se encargara de gestionar con la Reserva Federal el giro de unos 350 millones de dólares pertenecientes a los fondos del BCV que fueron extraídos de la cuenta corresponsal de la autoridad monetaria en el banco estadounidense Citibank por un swap (empeño) en oro que el Gobierno de Maduro no pagó completamente.

Esos fondos fueron transferidos del Citibank a la Reserva Federal (banco central) de EE UU por orden del Departamento del Tesoro (el ente que ha sancionado a Maduro y a su cúpula), posiblemente, por lobby, presiones o conversaciones entre los representantes y asesores de Guaidó en Washington (Carlos Vecchio, Julio Borges y David Smolansky) y secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin. 

Para poder movilizarlos, el equipo de Guaidó explicó que requirieron “aprobación de la orden en la Asamblea Nacional y una licencia que le fue otorgada por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros” (OFAC, por sus siglas en inglés), organismo dependiente del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, debido a que el BCV es un organismo sancionado por la Casa Blanca.

Sin embargo, la Asamblea Nacional que dirige Guaidó (ahora vía virtual por la pandemia) ha sido constantemente anulada y jurídicamente bloqueada por las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia, que es el apéndice del Gobierno de Maduro en el Poder Judicial, lo que le resta validez y legalidad a toda decisión del líder opositor y su Parlamento de mayoría opositora dentro de territorio venezolano.

¿En qué se apoya el líder opositor?

Es por ello que cualquier medida aprobada por Guaidó y su equipo tiene el respaldo del Gobierno de Estados Unidos, no por la legalidad del ordenamiento jurídico venezolano, sino por las leyes, poderes ejecutivos y poder geopolítico-financiero de la Casa Blanca como el gran artífice de la estrategia de la transición, que en realidad emplea a Guaidó y su simbólico gobierno interino como una plataforma más de presión de Washington en su agenda para cambiar el sistema de poder en Venezuela.

Según una nota de prensa enviada por el equipo de Guaidó a CNN, 13 millones de dólares serán destinados a la OPS, de los cuales 10 millones de dólares provienen de la Reserva Federal de Nueva York y tres millones de dólares del Banco Nacional de España.

Por lo tanto, el esquema de poder externo que Guaidó ha configurado con la influencia de la Casa Blanca ahora se basa en la diplomacia sanitaria como un arma política para llenar los vacíos que el régimen de Maduro deja en el financiamiento y la gestión de una crisis que también ha politizado a su favor para justificar su permanencia en el poder bajo el discurso enfocado en Brasil, Colombia y EE UU como presuntos responsables de la crisis del coronavirus en el país.

En el comunicado, el equipo del líder opositor agregó que “cuatro millones de dólares serán entregados a la Cruz Roja Internacional y tres millones de dólares al programa ‘Héroes de la Salud’, destinado a ayudar a unos 45.000 trabajadores del sector, teniendo como prioridad a quienes están asignados a las áreas de emergencias hospitalarias asociadas a la lucha contra el Covid-19”.

No obstante, ningún miembro del sector sanitario en Venezuela ha expresado o informado sobre la recepción de algún tipo de ayuda o subsidio por parte del gobierno de Guaidó. Esto deja lugar a la conclusión de que la crisis multidimensional que vive el país ya es otro espacio en el cual los dos grandes factores de poder que controlan la estructura y los flujos financieros de Venezuela lo utilizan como un medio para hacer política en medio de una pandemia y una crisis económica-social que ya existía desde 2014, seis años antes de la llegada del coronavirus. @mundiario

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