Trump firma el paquete de ayuda económica para EE UU tras exigir pagos directos

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El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump. / NBC

Cede a la presión y firma la ley del segundo paquete de estímulos tras días de críticas a la espera de que el Congreso vote un incremento de los pagos directos de 600 a 2.000 dólares.

Trump firma el paquete de ayuda económica para EE UU tras exigir pagos directos

Año Nuevo, dinero nuevo. Esa es la premisa mediante la cual se ha guiado el presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, para seguir generando distorsiones en el curso democrático de la mayor potencia global en medio de su deriva antidemocrática, motivada por su negativa a entregar el poder y reconocer su derrota en las elecciones del pasado 3 de noviembre. Pero como la economía siempre ha sido la prioridad esencial para Trump, incluso por encima de las vidas de los estadounidenses en medio de una pandemia, otro cambio sustancial en la primera economía del mundo ha tenido lugar a solo tres días de que culmine el 2020.

Y es que ante un escenario político que se vislumbra cada vez más incierto por el día del traspaso de poder y después de varios días amenazando con no firmar el ambicioso proyecto de ley aprobado in extremis por el Congreso entre demócratas y republicanos para otorgar ayudas por valor de 900.000 millones de dólares para familias y empresas en vista de la grave crisis económica derivada de la pandemia, el presidente saliente de Estados Unidos se retractó de su comportamiento antidemocrático este domingo y decidió firmar este nuevo plan de rescate a la economía para expandir una nueva masa de dinero con la que se podrán financiar nuevos salarios, nuevos empleos, subsidios al consumo de las familias y créditos a los negocios para que vuelvan a ofrecer sus servicios. 


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En primera instancia, el plan consistía en pagos directos del Gobierno a los ciudadanos con cheques de 600 dólares, pero Trump aseguró un día después que ese monto era “ridículamente bajo” y el 23 de diciembre exigió al Congreso un aumento de dichos subsidios de 600 a 2.000 dólares y 4.000 dólares para las parejas. Esa exigencia provocó una carrera de última hora en la que, ya el 24 de diciembre, en vísperas de Navidad, demócratas y republicanos se vieron las caras nuevamente en el Capitolio para debatir por más de seis horas un ajuste del presupuesto federal especial que permita poner más dinero en manos de los estadounidenses. Finalmente, salió humo blanco y los legisladores lograron organizar las cuentas públicas para incrementar el estímulo.

Donald Trump señaló en un comunicado que firmaba la legislación “con un mensaje rotundo que deja claro al Congreso que los puntos de la ley que suponen un derroche tienen que retirarse del texto”. Por lo tanto, la interpretación del presidente es que hay un desbalance en la distribución de los recursos para atender la caída del consumo de la población. Trump considera que debe darse prioridad al bienestar económico de la población, razón por la cual este domingo dijo: “Quiero que vaya más dinero al pueblo estadounidense”.

El domingo por la tarde, el mandatario republicano prometía desde su cuenta de Twitter “buenas noticias” sobre el gran plan de ayuda que llegó a calificar de “vergüenza”. Se trata del segundo paquete de estímulo más grande aprobado en la historia de EE UU. El primero superó los 2,3 billones de dólares en mayo tras el inicio de la recesión por la pandemia de coronavirus. En ese momento, los cheques enviados a los ciudadanos tenían un monto de 1.200 dólares. 

Mientras Trump vacilaba políticamente con bloquear el acuerdo por su eterna rivalidad con el Congreso, millones de estadounidenses esperaban con incertidumbre y preocupación la fecha límite para que no se produjera un cierre del Gobierno, que se iba a hacer efectivo el lunes por la noche si el presidente no hubiera firmado el plan, lo que habría provocado que más de 10 millones de personas que quedaran sin sus subsidios de desempleo o no pudieran cobrar sus sueldos si trabajan para el Estado.

Pero la inconformidad por motivos ideológicos en el ala radical del Partido Republicano ha sido tan alta, que Trump ha estado bajo una presión constante para que no firmara el paquete de rescate, posiblemente, con la condición política de recibir apoyos republicanos para su pretendida candidatura en 2024. “Creo que, cuando deje el cargo, quiere ser recordado por abogar por cheques más altos, pero el peligro es que lo recordarán por el caos, la miseria y el comportamiento errático”, dijo este lunes el senador republicano por Pensilvania, Pat Toomey, durante una entrevista para la cadena FOX.

El problema es que, en cuanto al paquete de estímulo esperado para distribuirse a partir del 1 de enero de 2021, los pagos directos aún se mantienen en el monto de 600 dólares, pues el aumento a US$2.000 (€1.638) será discutido y votado este lunes en la Cámara de Representantes del Congreso, dominada por los demócratas, lo cual determinará si los estadounidenses recibirán más dinero para organizar sus proyectos personales y familiares, o incluso su subsistencia, en el año que está por comenzar.

El texto que finalmente ha ratificado Trump incluye ayudas económicas de hasta 600 dólares, en función de los ingresos del destinatario, y un bono por desempleo de hasta 300 dólares por semana (US$1.200 al mes), así como una partida presupuestaria de 284.000 millones de dólares para que las empresas y negocios afectados por la crisis de la pandemia puedan pagar los alquileres y la nómina de sus trabajadores.

El paquete de estímulo contempla, al menos hasta ahora, antes de la nueva votación en el Congreso, 600 dólares a los ciudadanos que califiquen para esa ayuda, subsidios de 300 dólares semanales por desempleo, $25.000 millones en asistencia para alquileres, $30.000 millones para la distribución de la vacuna contra la Covid-19 y $284.000 millones en préstamos para negocios. @mundiario

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