Trump casi revierte la ventaja de Biden en Michigan, pero las autoridades le dijeron ‘no’

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Una manifestación a favor de Donald Trump, presidente de EE UU, en el consejo electoral del estado de Michigan / ABC.es
Michigan se convirtió ahora el ojo del huracán político-electoral en Estados Unidos, pero es solo una pequeña bocanada de oxígeno artificial para un Donald Trump cuyo gobierno pasa por un proceso de purga que solo acelera su fragmentación interna
Trump casi revierte la ventaja de Biden en Michigan, pero las autoridades le dijeron ‘no’

Cuando ya quedan menos de dos meses para que se produzca la transición de poder en la mayor potencia mundial, el presidente saliente busca revertir el avance de un proceso indetenible. 

Uno de los estados que formó el llamado ‘Muro Azul’, el eje de estados que votaron demócrata y le dieron la victoria en mayor cantidad de votos electorales a Joe Biden en la carrera por la Casa Blanca, es ahora el epicentro de una espiral de tensión social, política y electoral que Donald Trump intenta explotar a como dé lugar. 


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Y es que el mandatario republicano estuvo cerca de apuntarse una victoria este pasado martes en el estado de Míchigan en su intento por restarle legitimidad a la victoria de su rival, Joe Biden, en las urnas. El objetivo de Trump es reducir de 306 a 290 la ventaja del presidente electo, aunque eso sería una jugada virtualmente inútil porque todavía mantendría a Biden con 290 por encima de los 270 votos del Colegio Electoral que se requieren para ganar la presidencia de Estados Unidos.

Los dos miembros republicanos del Consejo Electoral del Condado de Wayne, el mayor del estado, se negaron a certificar los resultados de la elección tras la demanda que presentó el equipo legal de Trump ante el tribunal principal de la entidad. Entonces, al no ejecutar el recuento tomando en consideración las denuncias de supuestos votos duplicados y votos por correo tardíos, la salida por la vía administrativa a la que el presidente saliente busca apelar tras haber perdido en el terreno judicial, también se le cierra, dejándolo sin opciones políticas ni matemáticas para revertir un triunfo que ya es irrefrenable. 

Luego de que el órgano electoral del condado estudiara la posibilidad de aceptar la solicitud de Trump, se puso en duda ante la opinión pública por un par de días la veracidad de los resultados que dieron a Biden como el ganador en este estado decisivo. Sin embargo, ese escenario utópico le duró muy poco a Trump debido a que pocas horas después, los dos republicanos que controlan la gestión de las elecciones en el estado acordaron con los otros dos miembros demócratas del consejo electoral certificar los resultados solo con el compromiso de que el secretario de Estado de Míchigan auditará el recuento. 

Es decir, habrá un recuento, pero no sesgado por la idea o el clima de ‘lucha’ contra el infundado fraude que Trump intenta diseminar en la población civil, lo que podría ratificar la muy probable victoria matemática de Biden en Michigan -que aportó 16 votos electorales a su triunfo- al realizarse un trámite post-electoral con transparencia institucional sin la injerencia política y pseudo-jurídica que pretende la campaña del presidente republicano.

El condado de Wayne es el más poblado de Míchigan. Incluye a su mayor ciudad, Detroit, una de las grandes ciudades con más población negra (afroamericana) de Estados Unidos, con un 80% de la población perteneciente a esa minoría. En Detroit, un bastión demócrata, el 94% de los votos fueron a favor de Biden.

Por lo tanto, la estrategia de Trump se basa en generar tensión en esa zona para que la presión civil cause un bloqueo administrativo del proceso y se cuestione así la legitimidad de Biden de forma parcial. Sin embargo, esa opción política es la única que podría quedarle al presidente, quien ya perdió sus posibilidades estadísticas, matemáticas, electorales y legales.

En el consejo electoral del condado mandan dos republicanos y dos demócratas. Los dos republicanos se han rehusado a certificar los resultados del condado de Wayne, que entregó casi el 70% de sus votos a Biden. “La razón es que hay una incongruencia por pocos votos entre los registros de votantes y los sufragios emitidos”, según el comunicado difundido por el órgano, reseñó la cadena NBC News.

Aunque esa negativa le da un breve espacio de tiempo a Trump, no podría retrasarse más la certificación de la victoria nacional de Biden por el Colegio Electoral si la Secretaría de Estado de Michigan audita los resultados favorables al demócrata. El reloj corre a favor de Biden y en contra de Trump. La dinámica ya no se puede extrapolar.

“No tengo confianza en que los registros de votantes sean precisos”, dijo Monica Palmer, una de los dos representantes republicanas, y que preside el consejo electoral del condado. Pero Palmer dijo que estaría “dispuesta a certificar los votos de todo el condado excepto los de Detroit, a pesar de que esas incongruencias también existían en otras localidades del condado”, según NBC.

Michigan se convirtió ahora el ojo del huracán político-electoral en Estados Unidos, pero es solo una pequeña bocanada de oxígeno artificial para un Donald Trump cuyo gobierno pasa por un proceso de purga que solo acelera su fragmentación interna antes de la inminente transferencia de poder que tendrá lugar en la primera economía del mundo el próximo 20 de enero de 2021. @mundiario 

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