Trump abandona súbitamente su rueda de prensa un por tiroteo fuera de la Casa Blanca
El descontrol de las armas en Estados Unidos ha llegado, literalmente, al perímetro del epicentro de poder económico, geopolítico, diplomático y militar de Occidente; la Casa Blanca. El sorprendido ha sido nada más y nada menos que el líder de la primera potencia mundial. Unas pequeñas balas han sido suficientes para interrumpir bruscamente su jornada de información sobre el avance de la gestión de la pandemia y de la crisis económica derivada de esa emergencia en el gigante norteamericano; actual foco global del coronavirus.
Y es que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue evacuado abruptamente de la sala de conferencias de la Casa Blanca, en Washington DC, por motivos de seguridad este lunes, después de que, aparentemente, detonaran disparos fuera del edificio de Gobierno.
Este incidente ha tenido lugar justo después de que se confirmara la entrada de EE UU en una fase de recesión y el presidente anunciara un nuevo paquete de medidas económicas que, en su fase más regresiva para quienes no tengan toda su documentación migratoria y laboral en regla, podría generar crisis socioeconómicas en las franjas poblacionales que no reciban las ayudas que hoy están bajo debate en el Congreso entre republicanos y demócratas.
Trump regresó a la sala de reuniones minutos después y confirmó un tiroteo. “Hubo un tiroteo afuera de la Casa Blanca y parece estar bajo control. Me gustaría agradecer al Servicio Secreto por hacer su trabajo siempre rápido y muy efectivo”, señaló Trump cuando regresó. Ese equipo de agentes especiales cuenta con un entrenamiento altamente sosfisticado para ejecutar tácticas defensivas en bloque que protejan la integridad física del presidente de EE UU.
El mandatario añadió que el tiroteo “fue real y alguien fue llevado al hospital. Desconozco la condición de la persona. Parece que la persona recibió disparos del Servicio Secreto”, sostuvo el mandatario.
Probablemente, esos disparos fueron el resultado de una acción táctica defensiva en conjunto del equipo de agentes contra el posible sospechoso, pues la opacidad en el sistema de venta de armas en el país, hace casi imposible predecir el perfil de algún atacante potencial contra los centros de poder y autoridad de EE UU, así como en lugares públicos muy concurridos.
Ante la pregunta de la prensa destacada para las coberturas periodísticas en la sede gubernamental sobre si fue llevado al búnker que está debajo de la Casa Blanca, Trump respondió: “No, nos llevaron a la Oficina Oval”, que es el despacho del presidente.
El siempre latente e implícito foco del descontrol, la venta liberal de armas y el racismo o conducta social antisistema que hay en EE UU, ha vuelto a generar un elemento de shock perturbador en la agenda de la Administración Trump, que hoy ha sido obstruida por un incidente que, aunque sea menor, podría reavivar el debate sobre el control de armas en el país así como se reavivó el debate sobre el peligroso fenómeno del racismo endémico estadounidense tras el asesinato del ciudadano negro George Floyd en manos de la Policía de Minnesota.
La prensa también le preguntó a Trump si estaba nervioso, ante lo que dijo: “No sé, ¿parezco nervioso?”. Y añadió que se siente “muy seguro con el Servicio Secreto, son personas fantásticas, son los mejores de los mejores, están altamente capacitados. Solo querían que me hiciera a un lado por un momento para asegurarse de que todo estuviera bien afuera”, aseguró. @mundiario
