Rechazo republicano al segundo plan de ayudas económicas de Trump contra la pandemia

KNHU5NMQXKZUI2CBQJXTEB6PDQ
El cheque del primer estímulo económico suministrado por el Gobierno estadounidense, de 1.200 y 2.400 dólares, durante los primeros meses de la pandemia / ABC News.
Una lluvia de dólares no prevendrá nuevos focos de crisis socioeconómica ni solucionará el problema estructural del empleo y los salarios desiguales en Estados Unidos, pero sí reducirán la carga extrema que hoy pesa sobre más de 30 millones de norteamericanos.
Rechazo republicano al segundo plan de ayudas económicas de Trump contra la pandemia

El país más poderoso del mundo, que tiene la primera economía del planeta y es una nación de referencia sobre el orden establecido en la democracia occidental, pero también global, está en un punto de ebullición que podría detonar el desenlace de un cambio de sistema, y estamos a solo 13 días de saber si eso ocurrirá o el estatus quo se mantendrá. Pero mientras la dinámica política sigue su curso, lo único que cambia, y para mal, en la potencia norteamericana es la evolución de la pandemia de Covid-19, que aún tiene su epicentro mundial en Estados Unidos y no da tregua en cuanto al deterioro socioeconómico que sufre una gran parte de la extensa población del país, que abarca el 4% de la población mundial.

Y es que luego de que este pasado martes las negociaciones entre demócratas y republicanos junto con el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, llegaran a su clímax por la presión que ejerce el presidente Donald Trump para que se apruebe un segundo paquete de rescate por 2,4 billones de dólares, los senadores del partido que prevé darle cuatro años más en la Casa Blanca al polémico empresario al frente de la primera potencia mundial, los republicanos, se han manifestado en contra de la propuesta del mandatario para ejecutar nuevos estímulos económicos que alivien la carga del desempleo, la escasez de ingresos y la preocupación familiar por la subsistencia en decenas de millones de estadounidenses ante la crisis desatada por la pandemia de coronavirus.


Quizás también te interese:

EE UU, en suspenso por un nuevo paquete de ayudas económicas antes de las elecciones


Faltan menos de dos semanas para las elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre. En medio de la tensión electoral por el dominio entre Joe Biden y Donald Trump sobre los estados pendulares que decidirán quién será el próximo presidente de EE UU (California, Texas, Florida, Nueva York, Pensilvania y Michigan), las eternas diferencias entre republicanos y demócratas en el Senado para aprobar un nuevo paquete de ayudas para atender las consecuencias sociales de la pandemia, han quedado sin resolver y, lo que es peor, en un limbo legislativo donde ninguna de las dos partes quiere ceder posiciones, pues los republicanos apoyan los 2,4 billones que exige Trump, pero otra facción de los conservadores lo consideran un monto exorbitante, mientras que los demócratas no confían en el presidente para la administración de esa ambiciosa estructura de fondos públicos. 

Este miércoles, la Casa Blanca y los demócratas del Congreso mantuvieron negociaciones sobre un nuevo proyecto de ley de alivio económico para la crisis coronavirus. Dado que los republicanos del Senado no han logrado ponerse de acuerdo entre ellos mismos para respaldar o no el paquete de Trump, los funcionarios del Gobierno tratan de convencer a los demócratas, que controlan la Cámara Baja y tienen en su poder la mayoría de los votos necesarios para aprobar la ley que activará la liberación de esos flujos de dólares en subsidios a la población. 

Aunque el esfuerzo del equipo de Trump se ha enfrentado a la oposición en el Senado controlado por los republicanos, donde los conservadores se oponen al precio de más de un billón de dólares, pero el presidente cree que esa cifra es necesaria, incluso más que los 1,8 billones de dólares aprobados en el primer rescate de marzo cuando estalló la pandemia, para darle liquidez a un país en el que la actividad económica se ha reducido exponencialmente con una contracción del -32% del producto interno bruto en los dos primeros trimestres del año, pues hay más de 860.000 peticiones de beneficios por desempleo, aún quedan más de 1 millón de personas sin trabajo y la crisis sanitaria se combina con la escasez de alimentos e insumos básicos de subsistencia para la clase media blanca, los no profesionales, las comunidades negras, los inmigrantes y la franja de pobreza extrema, que arropa a más de 38 millones de estadounidenses. 

La presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el negociador principal de Trump, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, están trabajando en los detalles del paquete de ayuda que podría rondar los 2,2 billones de dólares, la cifra que los demócratas han estado pidiendo durante meses, pero el presidente insiste en que sea de US$2,4 billones sin justificar el destino presupuestario de esa diferencia de 200.000 millones de dólares. 

Esto implica que el punto clave que hoy tiene trabada la negociación es ese diferencial del 8,4% con el que la Casa Blanca planea crear un respaldo financiero para las posibles medidas de exención fiscal y eventuales estímulos a las empresas en caso de que Trump sea reelecto. Sin embargo, la población está urgida de nuevos cheques que alivien su demanda y necesidad de consumo esencial, aunque esa no sea precisamente la medida estrella de desarrollo o recuperación económica que le genere votos al mandatario, quien no ha detallado un plan de reconstrucción específico para el período de transición de Estados Unidos a la era post-pandemia.

El presidente Donald Trump, quien va por detrás en las encuestas de opinión nacionales para las elecciones con un 48% de intención de voto frente al 52% de Biden, ha pedido cada vez más acciones sobre este urgente asunto de rescatar socioeconómicamente a los estadounidenses, pero las propuestas de alivio integral han chocado contra la barrera burocrática de los republicanos en el Senado (Cámara Alta del Congreso).

Una lluvia de dólares no prevendrá nuevos focos de crisis socioeconómica ni solucionará el problema estructural del empleo y los salarios desiguales en Estados Unidos, pero sí reducirán la carga extrema que hoy pesa sobre más de 30 millones de norteamericanos perjudicados por el shock multidimensional de la pandemia de coronavirus en el llamado país ‘líder del mundo libre’. @mundiario

Comentarios