El régimen de Maduro confirma el inicio de los ensayos de la vacuna rusa anticovid en Venezuela

Nicolás Maduro. / Mundiario
El presidente (de facto) de Venezuela, Nicolás Maduro / BBC.
La carrera científica mundial por la cura y la erradicación del ciclo biológico más grave del siglo XXI sobre el sistema de vida moderno tiene lugar experimental, diplomático y geopolítico en Venezuela.
El régimen de Maduro confirma el inicio de los ensayos de la vacuna rusa anticovid en Venezuela

El país más inestable de América y uno de los más inestables del mundo se encuentra en el epicentro de una pugna geopolítica que ahora tiene como campo de pruebas su propio territorio, pero no de cualquier prueba, sino de un ensayo científico con el que la tercera superpotencia mundial busca lanzar al mercado un producto inmunológico para frenar la tercera pandemia más devastadora en la historia de la humanidad. Y su laboratorio será Venezuela, que sufre una aguda crisis económica desde 2014, agravada por la crisis del coronavirus. 

Es por ello que el presidente (de facto) de Venezuela, Nicolás Maduro anunció este pasado miércoles que ya empezaron las pruebas de la vacuna rusa contra la Covid-19, llamada Sputnik V, con un total de 2.000 voluntarios que participan en el ensayo clínico.


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El antiviral será probado primero en la capital, Caracas, para luego expandir el número de voluntarios a 20.000 en todo el territorio nacional, empezando por los estados del interior, específicamente en el occidente y centro del país.

Este anuncio marca un hito en las relaciones entre Venezuela y Rusia, pues ahora el régimen comunista de Maduro ha consolidado el respaldo financiero y diplomático de Moscú como su principal y único proveedor de recursos energéticos, crediticios y militares frente a la presión que ejerce Estados Unidos con sus sanciones para sacar a Nicolás Maduro del poder, a quien Washington considera un dictador que ha hundido a la población venezolana en la miseria y la pobreza. 

“Ya la vacuna rusa está en Venezuela, ya están empezando las pruebas con 2.000 voluntarios, y vienen varias miles de vacunas de China”, aseguró el líder del chavismo.

¿Por qué probarla en Venezuela?

Caracas ha logrado conformar un puente sanitario con Moscú y Pekín para abastecerse de la logística sanitaria y financiera que le permita justificar su gestión politizada de la pandemia en Venezuela, pues al tener una de las cuarentenas vigentes más largas del mundo, el régimen chavista emplea la orden de confinamiento como un instrumento político para mantener el control y la supresión de la población ante cualquier ola de protestas o foco de implosión social debido al profundo malestar civil por la crisis económica. 

Maduro detalló que, “una vez que culmine la fase 3 de la vacuna rusa y se cumplan los protocolos establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se procederá a la vacunación masiva en todo el país durante el primer semestre del año que viene”.

Si bien Venezuela ha optado por una política sanitaria de Estado en medio de la emergencia global por la Covid-19 basada en esperar y seguir las directrices de la OMS, la fatiga social generada por el confinamiento es el principal factor de presión política que el régimen de Maduro tiene enfrente, aunque su férreo poder militar sobre el territorio y el Estado mismo le permiten controlar el país como un monopolio de órdenes, decisiones e influencias desde el buró del Partido Socialista. 

“Yo he pensado que puede ser en abril y alguna gente me dijo que puede ser antes. Si puede ser antes, mejor. La prioridad para la inmunización serán los trabajadores del sistema nacional de salud, los adultos mayores, los maestros y las personas que tengan alguna enfermedad o vulnerabilidad”, precisó el mandatario, reconocido parcialmente por la comunidad internacional como presidente de Venezuela.

La semana pasada, el ministro de Salud venezolano, Carlos Alvarado, informó que “el proceso de selección de los voluntarios se haría a través de una página web”. “Posteriormente, los elegidos pasarían por una serie de evaluaciones físicas para determinar su idoneidad para el ensayo clínico”, precisó.

El Estado venezolano aplica así una política enfocada en crear un patrón de salud pública para que los efectos colaterales de la vacuna tengan posibilidades reducidas de expandirse, aunque las autoridades del país no pueden dar garantía de que la vacuna rusa no producirá algún efecto secundario en los voluntarios. 

Al igual que las autoridades rusas, el Gobierno venezolano estableció como condiciones que “los voluntarios sean mayores de 18 años, no padezcan enfermedades respiratorias, no tengan malos hábitos de consumo, den su consentimiento expreso y no tengan tatuajes en el brazo, ya que la pigmentación causa reacciones al contacto con la vacuna”, según un comunicado del Ministerio de Salud, reseñaron la cadena rusa RT y el canal estatal venezolano VTV.

Las posibles consecuencias de la vacuna rusa para Venezuela

El principal obstáculo que podría representar esta estrategia diplomática, geopolítica y financiera de Rusia para Venezuela es, por un lado, que el Gobierno de Maduro debe pagar esas vacunas cuando enfrenta un déficit superior a los 25.000 millones de dólares, sanciones que bloquean su acceso a divisas y a deuda en el mercado internacional, pérdidas de más de 10.000 millones de dólares por la merma de la industria petrolera y una hiperinflación extrema en la población por la destrucción de la moneda local (inducida desde el Banco Central). Por otro lado, en el plano sanitario, cualquier fallo inmunológico de la vacuna podría trastocar aun más el ya deteriorado sistema de salud público del país ante la falta de inversión y financiamiento del Gobierno en la red de hospitales autónomos que opera en todo el territorio nacional. 

La fase 3 de ensayos clínicos en Venezuela durará 180 días, informó el Ministerio de Salud. Según precisó su titular, Carlos Alvarado, la semana pasada, “Caracas y Moscú poseen un amplio convenio sanitario que permitirá adquirir la Sputnik V, después de que se cumplan los protocolos de seguridad, así como la transferencia tecnológica y la producción de la vacuna en el país”.

La carrera científica mundial por la cura y la erradicación del ciclo biológico más grave del siglo XXI sobre el sistema de vida moderno tiene lugar experimental, diplomático y geopolítico en Venezuela. La historia fundamental de esta era transcurre en el país que tiene el futuro económico-social más incierto de todo el mundo, con o sin pandemia.

Hasta el 14 de octubre, Venezuela contabilizaba un total de 85.005 casos confirmados y 714 muertes por Covid-19 tras registrar 614 nuevos contagios y cuatro fallecimientos en las 24 horas transcurridas del martes al miércoles. @mundiario

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