La recta final de las elecciones estadounidenses se tiñe con la muerte de manifestantes

Donald Trump, presidente de EE UU. RR SS (1)
Donald Trump, presidente de EE UU. / RR SS.
El presidente Donald Trump insiste en utilizar las protestas contra el racismo como un arma electoral al dejarse ver como un mandatario que aboga por la "ley y el orden", pero no muestra ningún signo de empatía y solidaridad a favor de los muertos o las peticiones de los protestantes que piden un sistema judicial igualitario y no solo a favor de los blancos.
La recta final de las elecciones estadounidenses se tiñe con la muerte de manifestantes

La Convención Republicana ha dejado incomodidad en el aire. En ella se encargaban de destacar los aspectos positivos del Gobierno del presidente Donald Trump, quien busca la reelección, obviaron casi por completo el desastre de muertos y contagiados que ha dejado la pandemia en EE UU y prestaron muy poca atención al Black Lives Matter, movimiento social que tomó fuerza a raíz de la muerte de George Floyd y ha vuelto resonar con el caso de Jacob Blake.

Este último recibió siete disparos de parte de un policía blanco que lo han dejado paralítico de la cintura para abajo. Su caso ha generado nuevas protestas contra el racismo, unas donde han muerto dos personas en Wisconsin, de donde es Blake, y recientemente se ha registrado otro muerto en Portland. Se trató de un hombre que portaba una gorra con la insignia de los Patriot Prayer, colectivo de la ultraderecha, que terminó falleciendo tras recibir el impacto de una bala.

El presidente Trump nunca ha sido solidario con los manifestantes que piden igualdad, en cambio se ha referido a los hechos como delictivos que derivan de enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y algunos protestantes. El mandatario ha decidido hacer campaña a partir de estos incidentes lanzando un mensaje de "ley y orden" sobre el resto de las cosas.


Quizá también te interese:

Los dos sistemas de Justicia de EE UU: uno para blancos y otro para negros

Trump planea viajar a Kenosha, epicentro de las nuevas protestas contra el racismo


 

Su mensaje cala entre sus simpatizantes, que últimamente han salido a las calles a patrullar como milicias armadas para enfrentarse a los manifestantes. Justamente de estos casos han derivado los últimos muertos, donde un joven de solo 17 años terminó asesinado a dos manifestantes y dejó a otro herido en Kenosha, Wisconsin.

Mientras que en 2016 el mandatario acusaba a enemigos extranjeros, este 2020 parece que los enemigos están en casa. En esta ocasión apoya y defiende a todos sus simpatizantes sin importar si cometen delitos o no, pero evita referirse a los movimientos sociales que buscan igualdad.

Los demócratas por su parte, acusan a Trump de liderar mensajes incendiarios y alentar a sus fanáticos a enfrentarse a los manifestantes pacíficos para crear caos. Le acusan de llevar un discurso de odio y división desde que llegó al poder hace cuatro años. En cualquier caso el mandatario no se encuentra bien posicionado en las encuestas, no porque su rival Joe Biden sea mucho más popular, es que sus propias políticas le han jugado en contra. @mundiario

Comentarios