¿Por qué Petro ordenó traer la espada de Bolívar para su investidura?

Espada de Simón Bolívar en la investidura de Gustavo Petro. / RR.SS.
Espada de Simón Bolívar en la investidura de Gustavo Petro. / RR.SS.

La reliquia bolivariana pasó a ser una inesperada protagonista del acto de transmisión de mando del nuevo presidente colombiano, siendo su primera orden presidencial.

¿Por qué Petro ordenó traer la espada de Bolívar para su investidura?

Colombia ha vivido un día histórico, el primer presidente de izquierdas ha tomado posesión del poder, y antes de que acabara el acto de transmisión de mando en una Plaza de Bolívar que llenó de gente el corazón de Bogotá, el nuevo mandatario ha dado su primera orden presidencial: “Como presidente de Colombia le solicito a la Casa Militar traer la espada de Bolívar”, ha solicitado imperativo Gustavo Petro con la banda tricolor puesta.

Se trató de una inesperada primera orden, y fue el resultado de una historia polémica que precedió la ceremonia. Originalmente la espada de Simón Bolívar, el revolucionario venezolano apodado el ‘Libertador’, iba a ser parte del acto, pero el presidente saliente, el conservador Iván Duque, impidió su traslado desde el interior de la Casa de Nariño hasta la tarima.

El plan inicial era que la espada recorriera junto a Petro el camino hasta el escenario, y que permaneciera a su lado durante todo el acto. Duque no lo permitió, argumentando temores relacionados con asuntos de seguridad y pólizas de seguros.

La Casa Militar no trasladaría nada, pero la exigencia del nuevo mandatario obligó a posponer el acto, en pleno apogeo y bajo el sol, hasta que la urna con la espada del Libertador llegara con varios escoltas, desfilara y subiera hasta donde estaba el presidente, donde permaneció hasta el final de la ceremonia.

La legendaria espada del Libertador

“Quiero que nunca más esté encerrada, que nunca más esté retenida, que nunca más esté envainada, que sea del pueblo”, agregó el mandatario, quien sugirió entonces la creación de un protocolo simbólico para los siguientes actos presidenciales, en los que el arma mítica estuviera presente.

“Es la espada del pueblo. Por eso la queríamos aquí, en este momento, en este lugar. Quizás se vuelva un hecho protocolario simbólico, que los acompañe siempre (a los presidentes), que las acompañe siempre (a las presidentas). La espada libertaria de Bolívar”, recomendó el nuevo mandatario.

Simón Bolívar es considerado el padre fundador de Colombia. Gracias a él se consagró la independencia y la visión de los llamados países bolivarianos (Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia) además de Panamá, que formó parte del magno proyecto del Libertador, es decir, la Gran Colombia.

Pero, ¿por qué tanta fascinación por la espada de Bolívar? Esa pregunta puede contestarse viendo hacia el pasado de Petro. En su juventud, este dirigente progresista formó parte de la guerrilla del Movimiento 19 de abril (M-19), una organización subversiva urbana colombiana que participó en el conflicto armado, y que salió a la palestra precisamente con un robo histórico: la mismísima espada de Bolívar.

El robo de la espada de Bolívar

El M-19 nació a raíz de las irregularidades presentadas en las elecciones presidenciales de 1970, que dieron como ganador en medio de denuncias por fraude al oficialista Misael Pastrana Borrero, en detrimento del candidato opositor Gustavo Rojas Pinilla. Pero el debut de esta organización de izquierdas no fue sino hasta 1974, cuando sus líderes llevaron a cabo un atraco con años de premeditación.

El 17 de enero de ese año esta guerrilla espero a que cerrara la Quinta de Bolívar de Bogotá, una casa museo en la capital que en su momento sirvió de residencia para el Libertador, para intimidar vigilantes, forzar cerraduras, escabullirse por los pasillos, irrumpir en la habitación de Manuelita Sáenz (prócer de la independencia hispanoamericana y examante de Bolívar) y romper la urna donde estaba resguardada el arma.

El robo fue un escándalo de máximas proporciones, que afectó gravemente la reputación del Gobierno y de las instituciones del Estado, especialmente después de que la espada permaneciera oculta durante 17 años en los que nadie sabía dónde se encontraba, con líderes cada vez menos familiarizados con su paradero y múltiples teorías que apuntan a su estancia en Cuba, pensadores custodiándola y un círculo de guardianes.

La espada fue finalmente devuelta en 1991 por el M-19 como parte de los acuerdos de paz con el entonces presidente César Gaviria, comenzando a estar bajo resguardo del Banco de la República por decisión presidencial, aunque más tarde pasara a ser parte del patrimonio de la Casa de Nariño. El propio Petro comentó, cuando visitó a Duque en el palacio presidencial tras vencer en las elecciones, que el entonces mandatario le mostró la legendaria espada en persona. @mundiario

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