¿Puede llegar alguien peor a la Casa Blanca que Donald Trump?

Caricatura de Donald Trump. / Pixabay
Caricatura de Donald Trump. / Pixabay

La baja popularidad de Joe Biden puede lastrar las aspiraciones del Partido Demócrata de continuar en el poder, tras las presidenciales de 5 de noviembre de 2024.

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¿Puede llegar alguien peor a la Casa Blanca que Donald Trump?

Estados Unidos vive un momento coyuntural bastante delicado. El Gobierno de Joe Biden enfrenta una guerra indirecta con Rusia por el control de Ucrania, la inflación alcanzó su punto más alto en los últimos 40 años, 8.6% en mayo con respecto al mismo mes de 2021, los precios de la gasolina siguen subiendo y para colmo es cada vez es más palpable el descontento social que reina en el país, como lo demuestran las reacciones ante las recientes matanzas provocadas por los tiroteos que cada vez, asolan a la ciudadanía.

Todo este panorama puede afectar considerablemente la carrera presidencial, que determinará el futuro de la nación norteamericana el 5 de noviembre de 2024. Biden  pretende presentarse, pero las actuales circunstancias no le ayudan en absoluto. 

Si él mismo u otro líder demócrata quieren estar en la Casa Blanca, la popularidad actual del mandatario no sirven de plataforma para respaldar ninguna candidatura. El índice de aprobación de Biden se encuentra en su punto más bajo, y no hay nada en el horizonte que vaticine que eso mejore. 

El Diario de Las Américas destaca que “apenas un 18% de los estadounidenses creen que el trabajo hecho por su presidente es bueno en materia económica y el 51% afirma que ha perjudicado en lugar de ayudar, “mientras que el 30% dice que no ha hecho mucha diferencia de una u otra manera”.

Sin olvidar que la administración Biden sigue lidiando con los efectos de la pandemia, y hasta con una repentina escasez de fórmula para bebés. En general las calamidades están a la orden del día.

Donald Trump y el caso de George Floyd

Trump llegó a la presidencia con la promesa de hacer grande a su país una vez más, sin embargo los avances que obtuvo en materia de empleo y economía, quedaron en la nada ante su verbo conflictivo y poco conciliador, que llegó al punto más alto justamente antes de las elecciones de 2020.

En aquel entonces la bomba de relojería que él mismo activó explotó, por el caso de George Floyd. El empresario se presentaba como el máximo favorito en la carrera para continuar en la Casa Blanca, pero todo se truncó desde ese momento en el que se hizo pública la muerte de Floyd, por la violenta actuación de Derek Chauvin y la pasividad de otros oficiales, como Thomas Lane.  

Biden y sus políticas nacionales e internacionales están dejando el camino despejado para que algún extremista capitalice el descontento, y se ponga al frente de la nación. Se puede dar la circunstancia que aterrice en Washington DC alguien que lo empeore todo aún más, como el propio Donald Trump pero su versión 3.0.@mundiario

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