Protestas en Ecuador: Fracasa el intento de destitución contra el presidente Lasso

Protestas violentas en Ecuador. / RR.SS.
Protestas violentas en Ecuador. / RR.SS.

La petición para remover del cargo al primer mandatario se ha desmoronado al no obtener los 92 apoyos necesarios para salir adelante y convocar elecciones generales.

Protestas en Ecuador: Fracasa el intento de destitución contra el presidente Lasso

El mandatario de Ecuador, el conservador Guillermo Lasso, sigue siendo el presidente de la República después de que fracasara el intento de la izquierda por destituirlo en el Congreso, en medio de la fuerte crisis en la que ha estado sumida el país tras el inicio del paro nacional que lleva 17 días activado y se ha cobrado la vida de seis personas, entre ellas un uniformado.

Tras un acalorado debate que se extendió por 18 horas y que se desarrolló en tres días, en el Legislativo ecuatoriano, la moción de destitución impulsada por los asambleístas afines al expresidente socialista Rafael Carrera se ha desmoronado, después de que los demás partidos de izquierda del Congreso decidieran no respaldar la iniciativa y mantener a Lasso en el poder, en el que apenas lleva un año, en medio de la crisis.

En concreto, la iniciativa no cumplió con los requisitos para ser exitosa, después de que no recogiera los 92 apoyos necesarios frente a los 137 escaños de la Asamblea. La petición de destitución resultó finalmente en 80 votos a favor, 42 en contra y 14 abstenciones, pero una legisladora opositora a Lasso habría pedido la rectificación de su voto, después de que denunciara que habría marcado sí a pesar de que ella votara en contra de la destitución, algo que cambiaría la votación a 79 síes.

Tras la rectificación la votación quedó en 84 votos a favor, 42 negativos y 11 abstenciones, por lo que el resultado permanece: no procede la destitución contra el exbanquero derechista Guillermo Lasso.

El correísmo ha fracasado

La solicitud de destitución había sido pedida por las bancadas de la Unión por la Esperanza (Unes), afín al expresidente Correa; y un sector del movimiento indigenista Pachakutik, el brazo político y parlamentario de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), principal plataforma que ha convocado y provocado las protestas contra el Gobierno.

A pesar de que la oposición mantenía la mayoría del Parlamento, los principales partidos de progresistas como Izquierda Democrática y el Partido Social Cristiano habían anunciado su rechazo a la moción, debido a que la consideraban “innecesaria” o incluso “ilegítima”.

Además, una eventual destitución del presidente en funciones supondría la “muerte cruzada”. Tras el depido del jefe de Estado, el vicepresidente asumiría el mandato interino mientras el Consejo Nacional Electoral ecuatoriano (CNE) convocaría unas elecciones generales una semana después de la publicación de la resolución parlamentaria, algo que conlleva con la disolución de la Asamblea controlada por la izquierda.

De todas maneras, la iniciativa fue convocada a raíz de una interpretación correísta de la causal de “grave conmoción social” que establece el artículo 130 de la Constitución ecuatoriana, para usarlo como instrumento para remover a Lasso del cargo en medio de la peor crisis política que ha afrontado en el poco tiempo que ha llevado en el cargo.

Lasso se levanta de la mesa de diálogo

Las negociaciones entre el Gobierno ecuatoriano y los manifestantes indígenas parecían acercarse. Lasso realizó concesiones exigidas por la Conaie como el levantamiento del Estado de excepción en seis provincias cuyas protestas se tornaron excesivamente violentas, así como aprobó la reducción de 10 centavos de dólar para los combustibles.

El lunes ambas partes comenzaron con el diálogo, pero este mismo martes en la madrugada, la situación tomó un nuevo matiz, después de que se produjera un enfrentamiento armado entre manifestantes y militares, que resultó en un uniformado fallecido. Por primera vez desde el inicio del paro el 13 de junio, el mandatario se ha levantado de la mesa asegurando que no regresará hasta que “no existan las garantías necesarias”.

El Gobierno ha denunciado que los manifestantes han sido violentos, y de hecho la propia industria petrolera, principal rubro de exportación en Ecuador, ha advertido que solo está trabajando al 54 % de su capacidad, por los más de 918 pozos que han sido intervenidos ilegalmente por los indígenas y los bloqueos de rutas que siguen dificultando el tránsito en el país.

La Conaie ha solicitado al Ejecutivo que replantee el levantamiento de la mesa, pero exige que sean tratados sus propuestas para atajar el alza de los precios y de la inflación, principal mecha de las protestas. Pero para el Gobierno las propuestas de los manifestantes no son plausibles, como por ejemplo la regulación de los precios del combustible, algo que dicen “costaría al Estado más de 1.000 millones de dólares al año en subsidios”. @mundiario

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