Los países de América Latina no podrán recuperarse económicamente por completo en 2021

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Trabajadores carreteando mercancía en una empresa procesadora de alimentos en Lima, Perú / Forbes.
2021 es incierto incluso antes de que empiece, pero lo único seguro es que el primer año de la tercera década del siglo XXI no será el de un segundo ‘boom’ de consumo y prosperidad en el Cono Sur.
Los países de América Latina no podrán recuperarse económicamente por completo en 2021

La economía latinoamericana está en terapia intensiva. La percepción que se solía tener de la prosperidad económica en la región más vulnerable de Occidente, se ha deteriorado aceleradamente en 2020 con el shock de la pandemia de Covid-19. Desde México hasta Chile, las familias, los trabajadores y las empresas sintieron al unísono el golpe de una recesión que no sacudía con tanta fuerza a América Latina en 120 años, más de un siglo. La magnitud de la escasez, la austeridad y la subsistencia básica al día, se volvió la norma desde Tijuana hasta la Patagonia. 

Claro que la llegada de la vacuna contra la Covid-19 podría ser un aliciente muy eficaz, pero ahí entran en juego la capacidad logística y la voluntad política de muchos Gobiernos en comprometerse a que la ola de inmunidad acabe con la segunda ola de la pandemia y las poblaciones puedan volver a sentirse con confianza y seguridad para retomar la actividad económica al 100%. 


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La distribución del antiviral dependerá de qué tan eficiente sea el Estado en distribuir y administrar la vacuna, si tiene la capacidad de mantener los estímulos fiscales para ayudar a sus ciudadanos con los tan necesarios subsidios emanados del gasto público y cómo los Gobiernos manejen posibles inconformidades sociales, pues la demanda de ayuda estatal no hace sino crecer como una burbuja que corre el riesgo de explotar si no merma el desempleo; otro de los grandes problemas originados por la pandemia.

Los números avizoran un panorama de mucha incertidumbre y precariedad para el 50% de la población en toda Latinoamérica, que se rebusca día a día en el comercio informal al menudeo. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la economía de la región se contraerá 7,7% en 2020 y crecerá 3,7% en 2021. “Esta mejora no será más que un rebote estadístico, y no alcanzará para recuperar los niveles de actividad económica previos a la pandemia del coronavirus”, advirtió el organismo en un informe publicado este jueves.

Esta proyección implica que el conjunto de países Latinoamericanos sufrirán una pérdida global de más de 770.000 millones de dólares, lo que reducirá el valor total de su producción de bienes y servicio (PIB) de 10 a 9,23 billones de dólares. Ante esa realidad, los Gobiernos con mayor holgura fiscal deberán asumir el reto de seguir inyectando liquidez para estimular el consumo y evitar que sus poblaciones caigan en un desgaste socioeconómico agudo. Medidas de ese tipo son un ‘lujo’ que pueden permitirse países con economía relativamente estables como México, Perú, Chile, Colombia, Uruguay y Brasil, no así los casos de Venezuela, Ecuador y Argentina.

En el plano laboral, un punto muy sensible que ha profundizado el problema de la desigualdad en la región, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en su informe presentado este jueves, proyecta que 30 millones de personas están desempleadas y 23 millones habrán salido de la fuerza laboral este año. “En 2021 el empleo estará en terapia intensiva y los indicadores podrían empeorar”, dice el informe anual. 

Hace algunos meses, la OIT ya había pronosticado que más de 40 millones de personas en todo el mundo perderán su trabajo por la recesión y el miedo al contagio derivados de la pandemia. Más de la mitad de esa masa poblacional económicamente mermada está en Latinoamérica.

Por su parte, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) dijo que el valor de las exportaciones de bienes se contraerá entre 13% y 11% este año, limitando los ingresos que entran a los países.

El mayor prestamista e inversionista de Latinoamérica prevé una pérdida de entre 200.000 y 300.000 millones de dólares en ingresos netos por la reducción de los flujos de mercancías y materias primas que salen de la región hacia grandes mercados como China y la Unión Europea; una dinámica que la pandemia también ha destruido.

2021 es incierto incluso antes de que empiece, pero lo único seguro es que el primer año de la tercera década del siglo XXI no será el de un segundo ‘boom’ de consumo y prosperidad en el Cono Sur. @mundiario 

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