Gustavo Petro pide la renuncia protocolaria de todo su gabinete

El presidente colombiano, Gustavo Petro, estaría enfrentando su segunda gran crisis de Gobierno, en el que la vida de la coalición en el Parlamento con los partidos tradicionales pende de un hilo. Fuentes de la Presidencia han confirmado a los medios colombianos que el mandatario izquierdista ha pedido la renuncia protocolaria de todo su gabinete, este martes, una jornada en la que han coincidido varios varapalos para el Ejecutivo.

Con apenas nueve meses en el poder, esta sería la segunda ocasión en la que el mandatario procede con una renovación de su gabinete, como hace dos meses prescindió de los ministros de Educación, Deporte y Cultura, a quienes avisó con poca antelación. Pero ahora Petro ha optado por una remodelación total de su Gobierno, después de las dificultades que ha enfrentado para sacar adelante sus polémicas reformas sociales, como la agraria o de la salud, con presiones y una fuerte oposición en el Congreso incluso por parte de sus socios de coalición.

Fuentes de la Presidencia colombiana confirmaron a la revista Semana que el mandatario planea hacer una reorganización de su equipo de trabajo, para detectar las “falencias” que vienen afectando el progreso de sus reformas y para “potenciar” asuntos clave. También han informado a la prensa que Petro reubicará a varios funcionarios en diferentes carteras ministeriales para fortalecer su Gobierno.

La decisión del cambio masivo, en el que no da pistas de los sustitutos, es además una premonición de algo que se había estado cocinando desde hace tiempo: el fin de la coalición de Gobierno con los partidos tradicionales. A Petro los respaldan sus socios de izquierdas aglutinados bajo la plataforma del Pacto Histórico, pero mantiene una coalición legislativa con el Partido de La U, los Liberales, los Conservadores y la Alianza Verde, que se han desmarcado de proyectos clave como la reforma a la salud y que ponen en aprietos las posibilidades de sacarlos adelante.

La reforma a la salud supera su primer trámite por la mínima

Este mismo martes coincidieron la conferencia internacional sobre Venezuela que dirigió el canciller Álvaro Leyva, que finalizó con pocos resultados; que el Congreso hundió un artículo del plan de desarrollo nacional de Petro con el que se estipulaba un mecanismo para comprar tierras privadas para la reforma rural y que la polémica reforma a la salud, uno de sus proyectos estrella, dio un tembloroso primer paso en su primer debate en el Congreso.

La reforma a la salud ha sido aprobada en su primer trámite en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes, en la que apenas obtuvo 10 votos a favor de 21 diputados, pero que igual consiguió la mayoría necesaria porque tres congresistas de los partidos tradicionales aliados al Gobierno se ausentaron a la votación, después de que sus cúpulas ordenaron no apoyar la reforma tal y como la presentó Petro.

Las abstenciones del congresista de La U, Camilo Ávila, y de los conservadores José Quevedo y Gerardo Yepes, se sumaron al voto a favor díscolo de la liberal María Eugenia Lopera, por lo que la balanza benefició al Gobierno. Sin embargo, el desenlace legislativo en la comisión recalcó el hecho de que Petro necesita de los votos de los partidos tradicionales para emprender sus polémicas reformas, y que estas formaciones están dispuestas a darle pelea al Pacto Histórico para moderarlas.

Estos tres partidos, además, tienen representación en el Gobierno con los ministros de TIC (Sandra Urrutia, La U), Justicia (Néstor Osuna, liberal), Vivienda (Catalina Velasco, liberal), Transporte (Gerardo Reyes, conservador) y la propia madrina de la reforma a la salud, la ministra de Sanidad, la liberal Carolina Corcho, que ahora se ve removida de su cargo en medio de la tramitación de su proyecto más importante. @mundiario