Juan Guaidó llama a los venezolanos a "quedarse en sus casas" el 6 de diciembre
En el país más inestable de América, todos los hechos políticos, económicos y sociales son posibles. No hay nada nuevo que no pueda ocurrir en la espiral negativa de deterioro, desgaste humanitario y mengua social que hoy se vive en Venezuela. La población sufre los embates de una recesión a la que no se le ve fin con el régimen de Nicolás Maduro en el poder, mientras que esa élite política se hace cada día más fuerte en la preservación de su posición autoritaria contra cualquier vestigio de la extinta democracia venezolana.
Y es en vista de esa compleja situación que el líder opositor y simbólico presidente interino de Venezuela (reconocido por 55 países), Juan Guaidó, llamó a la población venezolana a "quedarse en sus hogares" el próximo domingo 6 de diciembre, día en que el sistema comunista de poder de Maduro realizará unas elecciones legislativas sin participación de la oposición real, pues configuró las postulaciones de falsos candidatos opositores sin respaldo popular, y sin reconocimiento de la comunidad internacional, lo que lo convierte en un proceso electoral ilegítimo tanto dentro como fuera del país.
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Esto implica que el régimen chavista va con toda disposición a seguir consolidándose como un sistema autoritario bajo la percepción extendida en el mundo democrático occidental de que el Gobierno (de facto) de Nicolás Maduro es una dictadura y que el líder socialista es, precisamente, un dictador que debe ser removido del poder antes de que el país continúe deteriorándose más como un Estado fallido.
"El 6 de diciembre deben quedarse en sus casas y dejar sola a la dictadura. Es en la calle donde se defienden los derechos y allí los vamos a defender. Tenemos que ir calle a calle, casa a casa, hombre a hombre, todo para llevar el mensaje", dijo el líder opositor durante un recorrido en un populoso barrio del este de Caracas, la capital venezolana.
Esto implica que la oposición ha vuelto a llamar una vez más a la abstención como su estrategia para crear un clima de presión social que exponga el contexto no democrático que vive el país hacia la comunidad internacional. De esta forma, podría gestarse una serie de medidas diplomáticas y financieras que el club de las naciones democráticas occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, aplicaría eventualmente por consenso para aislar a lo que consideran como la dictadura de Nicolás Maduro, responsable de la espiral infinita de hiperinflación, pobreza, desempleo y destrucción económica que vive Venezuela desde 2014.
"Maduro sigue usurpando funciones en Miraflores, pero nosotros estamos en el lugar que nos hizo mayoría, en el que se nos permite defender los derechos... en la calle, donde vamos a seguir", dijo Guaidó.
La estrategia del simbólico presidente encargado se basa en elevar a la comunidad internacional los resultados de la consulta popular que organiza para que los venezolanos expresen su rechazo generalizado a esas elecciones sin garantías ni condiciones democráticas, y de esa forma acelerar los trámites diplomáticos para nuevas medidas de presión que obliguen al régimen de Maduro a negociar la realización de unas elecciones transparentes para una nueva Asamblea Nacional y, más adelante, elecciones presidenciales o la entrega del poder si la crisis interna se agrava.
Guaidó aseguró el domingo que "la Asamblea Nacional (Parlamento) seguirá firme hasta que haya elecciones libres", y aunque su período como presidente del poder legislativo se acaba el 5 de enero de 2021, ha dejado claro que ese poder de mayoría opositora "se mantendrá de pie".
"No van a aniquilar el Parlamento, se va a mantener de pie y firme hasta haber logrado su objetivo, elecciones libres", dijo Guaidó en una reunión con diputados opositores, transmitida vía Twitter e Instagram.
Esta declaración deja entrever que la crisis política venezolana se expandirá, muy probablemente, hacia un escenario de fragmentación y duplicación interna del poder, es decir, habrá dos parlamentos si el régimen de Maduro instala el suyo a total discrecionalidad y el equipo de Guaidó mantiene la actual Asamblea para forzar más sanciones de Washington contra la dictadura.
"Hoy más que nunca, la combinación de presión internacional, movilización interna y garantías de quienes se pongan del lado de la Constitución son la ruta y la estrategia política", explicó Guaidó.
Por lo tanto, el curso de la dinámica política venezolana apunta hacia una fragmentación con mucho riesgo de estancar cualquier vía posible de negociación, ya no por el poder, sino por la supervivencia misma de la población del país. @mundiario
