Las encuestas colocan a Trump por delante en Texas, el segundo estado más importante de las elecciones

Voto en EE UU. RR SS.
Voto en EE UU. / RR SS.
La pugna está muy reñida entre California y Texas, pues el primero apoya rotundamente a Joe Biden y es el estado natal de la candidata vicepresidencial demócrata, Kamala Harris, mientras que el segundo aún respalda a Donald Trump.
Las encuestas colocan a Trump por delante en Texas, el segundo estado más importante de las elecciones

Al tener un sistema electoral de segundo grado o indirecto, Estados Unidos es no sólo la democracia más poderosa del planeta, sino también la más compleja, pues el presidente de la primera potencia mundial no es el candidato que gane la mayoría simple del voto nacional por habitante por habitante. Llega a la Casa Blanca el candidato que se quede con la mayoría de los Colegios Electorales. Y eso es precisamente lo que el presidente estadounidense y candidato republicano a la reelección, Donald Trump, prevé hacer a tan solo cuatro días de los comicios que tienen en vilo al mundo entero por el rumbo que tomará la economía y el rol de la potencia norteamericana hacia el resto de las decenas de naciones ligadas a ella.

Ahora más que nunca, EE UU se halla en el dilema político, pero también existencial, más complejo de su historia. La pugna es entre dos modelos: el progresismo social que plantea Joe Biden con una distribución más equilibrada de la riqueza, y la liberalización-desregulación absoluta de la quinta economía más desigual del mundo. El demócrata propone una reforma del estado de cosas sectario instaurado por el boom de consumo que Trump aceleró, pero con mucha fragmentación desde 2017. El republicano propone reducir al máximo la presencia del Estado en el mercado y dejar que sea la libertad privada, los inversores y el emprendimiento individual lo que verdaderamente regule y administre la prosperidad estadounidense. 


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La correlación actual de fuerzas indica que el mensaje del presidente es el que más ha calado en el segundo estado que decidirá esta elección; Texas, un feudo tradicionalmente republicano, conservador y con una composición socioeconómica que es fácilmente manipulable para Trump mediante su experimentada retórica. Los votantes texanos tienen una mayoría social de clase media, blanca, sin estudios universitarios y radicalmente conservadores, lo cual los convierte en el blanco perfecto para la agenda proteccionista, nacionalista y populista (de derecha) del outsider que llegó a Washington hace casi cuatro años. 

A tan solo cuatro días de las elecciones presidenciales, algunos puntos del país registran altísimas tasas de participación. Ya han votado más de 78 millones de estadounidenses de forma anticipada, lo que podría ser el preludio de una afluencia electoral más mesurada el 3 de noviembre, y eso agilizaría el proceso de conteo aunque no se llegue a conocer los resultados el mismo día, pues la logística ha cambiado totalmente con el voto por correo debido a la pandemia de covid-19.

Texas ha sido uno de los que ha batido récord en estos comicios. Allí ya han votado anticipadamente más de nueve millones de personas, una cifra superior al total de 2016. Si bien Joe Biden tiene una base pequeña pero pujante de electores que perciben su mensaje conciliador como una fuente de oportunidades, dado que el demócrata busca captar el voto de los texanos descontentos con la política de recorte de impuestos de Trump que ha beneficiado a los empresarios y no a los pequeños negocios o productores de la entidad, el presidente mantiene sólida su base en ese territorio, donde ganó cómodamente frente a Hillary Clinton en 2016.

Las encuestas en el segundo estado más poblado de Estados Unidos, que aporta 38 de los 270 votos electorales necesarios para conseguir la presidencia, dan una ligera ventaja para el presidente Donald Trump, según El País. He ahí la importancia de Texas; es el segundo estado con más votos electorales detrás de California (55).

Por lo tanto, la pugna está muy reñida entre California y Texas, pues el primero apoya rotundamente a Joe Biden y es el estado natal de la candidata vicepresidencial demócrata, Kamala Harris (del cual fue fiscal general), mientras que el segundo aún respalda a Donald Trump, pero aproximadamente un 10% de la base electoral de esa entidad simpatiza o conecta de alguna forma con las propuestas de Biden.

Si el ex vicepresidente gana California y Texas, se quedará con nada más y nada menos que con 93 de los 270 votos electorales, es decir, con el 34,5% de la elección, y ese escenario generaría mucha presión sobre Trump debido a que Nueva York también apoya al demócrata y Florida se ha visto motivado con sus propuestas gracias también al impulso del expresidente Barack Obama en los bastiones de Miami y Orlando. 

Pero si Trump se queda con los 38 votos electorales de Texas y refuerza su posición en el eje clave de Wisconsin-Carolina del Norte-Nueva Jersey, podría acumular 77 votos electorales y acercarse a Biden con el complemento de estados pequeños como Nebraska, Maine y Nevada.

Mientras la campaña se adentra en la recta final, la pandemia en el país continúa desbocada con más de nueve millones de contagios. Solo este jueves se registraron al menos 90.000 nuevos casos y ya se cuentan más de 228.000 muertes por la Covid-19, según la base de datos de la Universidad Johns Hopkins (Maryland).

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