EE UU empieza a vacunar a su población contra la Covid-19 para dejar de ser el epicentro de la pandemia

Un sanitario recibiendo la vacuna. / RR SS.
Luego de la enfermera Linsay, este hombre, también enfermero, fue la segunda persona en ser vacunada contra la Covid-19 en Estados Unidos / France 24.
Con este importantísimo avance en el proyecto logístico-humanitario más grande de la historia, lo más probable es que el patrón de distribución de la vacuna que apliquen los estadounidenses sea adoptado por muchos países occidentales.
EE UU empieza a vacunar a su población contra la Covid-19 para dejar de ser el epicentro de la pandemia

Así como es la mayor potencia mundial, ostenta otro récord que, en este caso, no es nada positivo. La reversión de la crisis social, económica y sanitaria en esa poderosa nación implicará un patrón esencial para la lucha global contra el ciclo biológico que desencajó a la humanidad por completo.

Y es que once meses después de documentarse y confirmarse el primer contagio de coronavirus en Estados Unidos, y cuando la enfermedad ha dejado más de 35.000 muertos en el estado de Nueva York (epicentro del desarrollo económico mundial), una enfermera de un hospital de la ciudad, el Long Island Jewish Medical Center, ha recibido en la mañana de este lunes la primera vacuna contra la covid-19 que se administra en el país más afectado del mundo por la pandemia, con más de 16 millones de casos y 299.489 muertes por coronavirus. 


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Esto supone un hito en la carrera científica global por el desarrollo del antiviral, que ya ha sido ganada por el gigante norteamericano, pero ahora la carrera ya no es entre las potencias por la vacuna, sino contra la pandemia, pues el objetivo es lograr que la ola de inmunización mundial supere la velocidad con la que se propaga la segunda ola de la pandemia.

El gobernador del estado de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo, estableció contacto por videoconferencia con la sala del hospital y difundió el momento en su cuenta de Twitter, oficiando como presentador. Es un hecho que podría ser tan trascendental como la llegada del hombre a la Luna, también lograda por los Estados Unidos de América. 

“La primera neoyorquina, la enfermera de intensivos Sandra Lindsay, ha sido vacunada. Estamos más cerca de la curación. Gracias, Sandra”, ha escrito el gobernador en un tuit encabezado por la palabra HISTORIA, en mayúsculas.

Por lo tanto, con este importantísimo avance en el proyecto logístico-humanitario más grande de la historia, lo más probable es que el patrón de distribución de la vacuna que apliquen los estadounidenses sea adoptado por muchos países occidentales, así como también el de Reino Unido, que fue la primera nación del mundo en empezar a vacunar a su población contra el coronavirus usando la vacuna de EE UU; la desarrollada por Pfizer y BioNTech. 

Luego de la aprobación de un grupo de asesores de la FDA, incluso antes de recibir la autorización de uso de emergencia, la primera vacuna en suelo norteamericano ya ha sido inyectada con la esperanza de que comience una nueva fase de protección genética en la población del país que, además de ser el epicentro global de la pandemia, es la nación desarrollada más golpeada económicamente por el efecto ‘shock’ del miedo al contagio, pues abarca nada más y nada menos que el 4% de la población mundial y el 20% de los contagios y muertes por covid-19 en todo el planeta.

“No sentí nada que no haya experimentado al ponerme otras vacunas. Pero sí me siento esperanzada, aliviada, creo que la cura está más cerca. Espero que esto marque el comienzo del fin de un tiempo muy doloroso de nuestra historia. Quiero infundir confianza a la población de que la vacuna es segura”, dijo Lindsay a los medios de comunicación presentes en la sala del hospital tras recibir, a las 9.23 (hora local de EE UU) y de manos de una doctora también afroamericana, la primera dosis de la vacuna desarrollada por la farmacéutica Pfizer y su socia alemana BioNTech, y que recibió el visto bueno de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en sus siglas inglesas) de EE UU el viernes pasado.

Pero, ¿cuál podría ser el efecto dominó de este hecho crucial, no solo en la historia de EE UU, sino también del mundo? Con la primera dosis aplicada y la distribución en curso de los cargamentos de la vacuna a los 50 estados del país (y la isla de Puerto Rico), la compañía Pfizer podría empezar a diseñar estrategias y posibles convenios con los países que se perfilan como los potenciales compradores de este antídoto de ARN mensajero que lleva una copia del genoma del coronavirus a las células humanas para que el sistema inmunológico produzca anticuerpos, comiencen a desembolsar pagos adelantados por un promedio de 10 a 15 millones de dosis de forma inicial, sobre todo los países latinoamericanos más alineados con Washington; Colombia, Chile, Perú, Ecuador y Brasil, mientras que al otro lado del Atlántico, la Unión Europea es muy proclive a adoptar la vacuna de Pfizer siempre y cuando no se generen nuevas tensiones comerciales inducidas por el presidente Donald Trump. Es por ello que este sistema logístico-humanitario global tiene mucho de geopolítica en el marco de un episodio verdaderamente histórico para la humanidad. @mundiario

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