La deriva totalitaria de Ortega en Nicaragua logra disolver la Cruz Roja

Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua; y Daniel Ortega, presidente de Nicaragua. / RR SS.
Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua; y Daniel Ortega, presidente de Nicaragua. / RR SS.
El régimen que el presidente comparte con su mujer, Rosario Murillo, ha ordenado confiscar los bienes de esta institución que se encarga de prestar ayuda humanitaria. Ortega ya no esconde sus pretensiones, cada vez más cercanas a las de un dictador.
La deriva totalitaria de Ortega en Nicaragua logra disolver la Cruz Roja

La Organización de la Cruz Roja de Nicaragua, creada en 1931, ha sido disuelta tras la orden del régimen Daniel Ortega y Rosario Murillo. Esta institución, que forma parte del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, llegó al país de América Central cuando la ciudad de Managua sufrió un duro terremoto y un posterior incendio. Con esta medida, Ortega mantiene su deriva totalitaria tras varios actos escándalosas.

La primera secretaria del Parlamento, la diputada sandinista Lorna Dixon, envió una iniciativa de ley que deroga el decreto fundacional del organismo y también ordena confiscar los bienes de la asociación y “traspasarlos” al Ministerio de Salud.

El argumento del régimen es que la Cruz Roja Nicaragüense se rige por los “principios fundamentales del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, entre los que se incluyen humanidad, imparcialidad y neutralidad”. Según el sandinismo, la institución de Nicaragua “actuó contra esos principios” en 2018, cuando ocurrieron las masivas protestas contra el régimen instaurado en el país por Ortega y Morillo. Por aquel entonces, realmente la organización se encargó de atender y curar a los miles de heridos que dejaban las fuerzas del régimen. 

“En los actos acontecidos en el año 2018 que atentaron contra la paz y estabilidad de la nación, algunas filiales de esta Asociación actuaron en contra de estos principios y de su Acta Constitutiva y Estatutos; y la Asociación misma transgredió las leyes del país al desentenderse y hasta apoyar este actuar de sus filiales”, destaca el documento aprobado por los legisladores.

El Ejecutivo también sostiene que la organización ha incumplido “sus deberes y obligaciones establecidas en la Ley N° 1115, Ley General de Regulación y Control de Organismos sin Fines de Lucro (OSFL)”, al no presentar “estados financieros, balance contable, declaración fiscal, falta de verificación de sus donantes y proveedores de fondos, información desactualizada en el registro del Ministerio de Gobernación”. 

Nada de esto es nuevo. El régimen de Ortega ya ha blandido estos mismo argumentos contra 3.290 Organizaciones no Gubernamentales (ONG) que se negaron a someterse ante la Ley de Agentes Extranjeros. Desde 2018, el régimen ha intentado que todas estas ONG se amparen bajo esta ley que básicamente buscar acallarlas y desarticular sus funciones principales. 

Robo o "traspaso"

Una de las ordenazas, estipulada en el artículo 3 de la ley de derogación, el Ejecutivo ordena la confiscación de los bienes de la Cruz Roja de Nicaragua, bajo el supuesto de “traspaso de bienes”. “Todo el Patrimonio, bienes y acciones que a la fecha pertenezcan a la Asociación Nacional llamada Cruz Roja Nicaragüense pasarán a ser propiedad del Estado, y serán administrados por la Cruz Roja Nicaragüense, ente descentralizado adscrito al Ministerio de Salud (MINSA)”, destacan los legisladores.

Tras disolver la ONG, los diputados procedieron a crear una figura que será controlada por el Estado: “Desde el año 2007 el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional ha venido fortaleciendo el Modelo de Salud Familiar y Comunitario (MOSAFC), garantizando un abordaje integral, con el protagonismo de las familias, asegurando la salud desde el inicio de la vida, la niñez, adolescencia y adultez, volviendo a las familias sujetos activos en la construcción social de su propia salud. Este es el espíritu que asegura la salud de los nicaragüenses en Nicaragua desde un Modelo Cristiano, Socialista y Solidario”.

Desde que el gobierno de Daniel Ortega empezó a adquirir y monopolizar el poder, la Cruz Roja empezó a actuar como mediador entre las partes. Sin embargo, al no ser conveniente para la hegemonía Ortega-Murillo, ha sido apartada. Antes de ser disuelta, en marzo 2022, el régimen ya había expulsado al jefe de misión Thomas Ess, sin llegar a confirmar los motivos. 

Ortega y Murillo no se ocultan, han convetido a Nicaragua en su paraíso personal donde han perseguido a los opositores, muchos de los cuales fueron expulsados y desnacionalizados; a la Iglesia y las ONG's que se atrevan a ayudar a lo que ellos consideran como sus enemigos. Líderes históricos del sandinismo han sido relegados y en el poder solo hay espacio para Ortega y su vicepresidenta. @mundiario

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