El Departamento de Justicia de EE UU comprueba que no hay evidencia de fraude en las presidenciales

El fiscal general de EE UU William Barrizda y el vicefiscal general Rod Rosenstein en rueda de prensa en Washington. / RR SS
El fiscal general de Estados Unidos, William Barr (izq.) / Diario Las Américas.
El fiscal general de Estados Unidos, William Barr, se suma a la gama de instituciones que echan por tierra las acusaciones de fraude de Donald Trump. En términos matemáticos, electorales, políticos y jurídicos, es prácticamente imposible que el actual inquilino de la Casa Blanca logre frenar la transición y llevar al país a un escenario de bloqueo constitucional.
El Departamento de Justicia de EE UU comprueba que no hay evidencia de fraude en las presidenciales

La retórica del fraude que el presidente más polémico en la historia de la primera potencial mundial busca expandir, comienza a debilitarse a medida que el terreno electoral, político, jurídico y administrativo se le cierra a Donald Trump, quien está en una deriva antidemocrática con la que no logrará frenar el indetenible proceso de transición en Estados Unidos, probablemente el más importante para recuperar la estabilidad económica, social y política del país en su era moderna. 

Y es que el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, se sumó a la gama de instituciones que echan por tierra las acusaciones de fraude del actual inquilino de la Casa Blanca y ha asegurado, en una entrevista con la agencia AP este martes, que “el Departamento de Justicia no ha descubierto evidencia alguna de fraude en las elecciones del pasado 3 de noviembre”. “Hasta la fecha, no hemos visto fraude a una escala que pudiera haber cambiado el resultado de las elecciones”, dijo el fiscal Barr.


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Esto implica que la llamada batalla legal emprendida por el presidente saliente para intentar, sin éxito y sin pruebas, revertir el triunfo de Joe Biden (presidente electo de EE UU) ha entrado en una fase de decadencia donde los argumentos ya han sido gastados pese a que Trump asegura que él tiene y que presentará pruebas muy importantes sobre ese presunto fraude sobre el que el republicano planea contradecir el Estado de derecho norteamericana y el sólido sistema institucional de esa potencia mundial. 

Las reacciones del equipo de Trump no tardaron en llegar. A pesar de que 19 de 26 demandas introducidas por el equipo legal del magnate con gastos superiores a los 20 millones de dólares, los discursos ofensivos contra los funcionarios del Estado demuestran la debilidad política actual del Gobierno de Trump. En un comunicado Rudy Giuliani y Jenna Ellis, abogados del presidente, han desautorizado al fiscal Barr y contravinieron su profesionalismo judicial. “Con el debido respeto al fiscal general, no ha habido nada parecido a una investigación del Departamento de Justicia (...) “Una vez más, con el mayor de los respetos al fiscal general, su opinión parece ser sin conocimiento ni investigación de las irregularidades sustanciales y evidencia de fraude sistémico”, han advertido en el documento.

Cuando ya Pensilvania, el estado que le dio la victoria a Biden, confirmó ese triunfo del demócrata y la ausencia de irregularidades electorales, este lunes las autoridades de los estados de Arizona y Wisconsin habían confirmado también la victoria de Biden en las elecciones del pasado 3 de noviembre. La derrota reciente del presidente Donald Trump en estos dos últimos estados, cierra entonces aún más la puerta a su ofensiva judicial para tratar de revertir el resultado de las elecciones.

En términos matemáticos, electorales, políticos y jurídicos, es prácticamente imposible que Trump logre frenar la transición y llevar al país a un escenario de bloqueo constitucional para que sean la Corte Suprema o el Senado (ambos de mayoría republicana influenciados por el presidente) quienes determinen la infundada y falsa victoria que Trump alega tener en las elecciones. Estados Unidos espera su nueva era y la entrada a un nuevo sistema mucho más liberal y mucho menos aislacionista. @mundiario

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