La Corte Internacional de Justicia se declara competente en la disputa por el Esequibo

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La forma geográfica del territorio Esequibo, mayoritariamente de Venezuela, pero administrado por Guyana desde 1966. En la imagen, las banderas de Guyana y Venezuela / El Nacional.
Para Guyana es una perla del crecimiento que ha logrado con su boom petrolero, pero para Venezuela sería un motor de recuperación en medio de su extrema crisis económica, si no lo pierde.
La Corte Internacional de Justicia se declara competente en la disputa por el Esequibo

El extenso y poco poblado Esequibo aún no tiene nacionalidad definida. Uno de los conflictos geopolíticos y territoriales más antiguos de América ha vuelto a resonar en la agenda pública regional por el impacto que puede tener para un país con una economía devastada y para otro país que, por el contrario, está inmerso en una senda de crecimiento emergente.

Esas naciones son Venezuela y Guyana, que desde 1966 mantienen un constante pulso por el control de una vasta zona con inmensos recursos naturales potencialmente beneficiosos para ambas. El problema es que ninguna quiere ni pretende ceder ni siquiera un palmo de terreno a su contraparte, lo que eleva las tensiones diplomáticas a niveles que podrían dirimir este litigio en la justicia extranjera y extraterritorial.


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Y es que la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con 12 votos a favor y 4 en contra, se declaró este viernes “competente para conocer la disputa” por el territorio Esequibo que mantienen Venezuela y Guyana desde hace más de 100 años.

Si bien los dos países firmaron en 1966 un acuerdo por medio del cual se comprometieron a emplear mecanismos pacíficos para la división del territorio, cuyo mapeo establece que la mayoría de la zona corresponde a Venezuela, el conflicto data de hace un siglo por la llegada del Imperio Británico a tierras sudamericanas en el año 1920.

La Guayana Esequiba, nombre oficial de esa zona, contempla una enorme gama de riquezas como oro, coltán, diamante, petróleo, entre otras. He ahí la razón estratégica y geopolítica de Georgetown para intentar desplazar a Caracas de un pulso donde, diplomáticamente, la ventaja la tendrán los guyaneses si esgrimen sus argumentos de presencia de transnacionales petroleras en el Esequibo con la justificación del crecimiento económico, mientras que Venezuela no ha hecho esfuerzos militares, diplomáticos ni políticos para luchar por la retención de su control en la llamada ‘zona en reclamación’.

Venezuela considera suyo este territorio y alega que le fue “arrebatado de forma ilegal por Gran Bretaña”, por lo que mantiene su política exterior de que es parte del territorio venezolano. No obstante, los Gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro hicieron y han hecho poco o nada para llevar a Guyana a una mesa de negociación que evite un despojo territorial violatorio del derecho internacional en contra de los intereses económicos venezolanos en esa región que, geográfica e históricamente, es suya.

Este viernes, 18 de diciembre, la Corte Internacional de Justicia decidió que discutirá “sobre a quién le corresponde el territorio tras una petición por parte de Guyana que considera el territorio de 159.542 km² como suyo y lo administra desde hace más de un siglo”.

La Corte Internacional de Justicia, que tiene su sede en La Haya (Holanda), es el principal órgano judicial de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y se encarga de resolver disputas legales de carácter territorial, diplomático, político y de derechos humanos a escala internacional. 

Los dos países firmaron en 1996 el Acuerdo de Ginebra para dirimir el conflicto sobre la soberanía del Esequibo, pero luego Venezuela consideró “írrito” el Laudo Arbitral de París de 1899, que concedió el territorio a Gran Bretaña y su colonia la Guayana Esequiba, que actualmente es Guyana, una nación soberana e independiente.

Este país incluyó en su constitución de 1986 al Esequibo como parte de su territorio, pero Venezuela lo reclama y lo mantiene también dentro de su Carta Magna como parte del país. Es decir, ambos países alegan en sus respectivas constituciones y leyes máximas que el Esequibo es suyo, una clara polarización que se prolonga bajo la incertidumbre del posible impacto económico que tendrá para Venezuela la pérdida definitiva de ese territorio. 

Para Guyana es una perla del crecimiento que ha logrado con su boom petrolero, pero para Venezuela sería un motor de recuperación en medio de la extrema recesión que lo convirtió en el país con la inflación más alta del mundo y la tercera más larga y elevada de la historia. @mundiario 

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