Apuntes y antecedentes de la crisis venezolana

Nicolás Maduro. / Anamaría Tudorica
Nicolás Maduro. / Anamaría Tudorica
Este será el peor año de la economía venezolana en más de 100 años, tras experimentar el colapso económico más severo en la historia documentada de la región, según Francisco J. Monaldi, director del Programa Latinoamericano de Energía en el Center For Energy Studies – Baker Institute.
Apuntes y antecedentes de la crisis venezolana

En 1998, antes del chavismo, el 45% de los hogares eran pobres en Venezuela. En 2020, el chavismo madurismo consiguió que un 87% de los hogares venezolanos esté en condición de pobreza a pesar de los ingentes recursos que obtuvo el régimen por cuenta de los altos precios del petróleo desde su arribo al poder. Chávez recibió más de un millón de millones de dólares en ingresos petroleros, multiplicó la deuda por cinco, se benefició del auge de precios más grande de la historia y de más de un millón de barriles diarios de producción de los proyectos de la apertura petrolera. Con los precios más altos de la historia acumuló déficits fiscales de 20% del PIB. La producción propia de PDVSA cayó a la mitad en su mandato. De hecho, la producción subió mucho menos que el promedio regional. Hubo, en cambio, un auge gigantesco de consumo que redujo temporalmente la pobreza, sin pensar en el futuro. Todo esto demuestra que Hugo Chávez —y la cúpula chavista— es tan responsable como Maduro de la destrucción de la economía venezolana. Los economistas y expertos lo advirtieron durante años, así reconstruye Francisco J. Monaldi, director del Programa Latinoamericano de Energía en el Center For Energy Studies – Baker Institute.

El declive político, económico e institucional de Venezuela evidentemente comenzó con Hugo Chávez. Mientras la prensa advertía del avance populista y autoritario del mandatario venezolano sobre las instituciones del país, algunas universidades y facultades, encandiladas con el carismático presidente, teorizaban acerca de la ola progresista en América Latina y otorgaban premios y reconocimientos a los presidentes populistas latinoamericanos. Recuérdese, por ejemplo, que la Universidad Nacional de La Plata galardonó a Chávez y, posteriormente, a otros presidentes del ALBA, por su defensa y compromiso con la libertad de expresión, los derechos humanos y los valores democráticos. Entre tanto, el país se hundía.

“Chávez sembró y Maduro cosechó, con las mismas políticas”, afirma Monaldi. Pese al boom petrolero, Chávez multiplicó la deuda externa, no aumentó la producción petrolera, tampoco ahorró y, a través de controles y expropiaciones, golpeó al sector privado. El mandatario inició la destrucción de PDVSA. En 1997 llegó a haber 119 taladros petroleros operando en Venezuela, hoy no hay ni uno solo. Confluyeron algunos factores en la crisis de este año: por un lado, la caída de la demanda y del precio del petróleo; y, por el otro, el endurecimiento de las sanciones. El colapso de la producción petrolera de Venezuela resultó peor de lo previsto. Hoy no hay un solo taladro operando y la producción está llegando a niveles de hace 90 años. Las exportaciones de petróleo se hundieron en junio al mínimo registrado en 77 años. El mes pasado Venezuela produjo apenas 280 mil barriles diarios. Esa es la producción que tenía el país en 1929 y per cápita a la que tenía hace casi 100 años, documenta Monaldi, quien subraya que Venezuela debería estar produciendo más de cuatro millones de barriles diarios. Lo anterior significa que Venezuela produce menos del 10% de lo que debería. A tal punto ha llegado el desabastecimiento que Caracas debe importar gasolina de Teherán. En mayo buques petroleros iraníes abastecieron de combustible al país andino. Lo anterior no ha de sorprender toda vez que el régimen de Maduro depende cada vez más del auxilio que le pueden prestar los regímenes de Rusia, Cuba, Irán y China.

Monaldi también advierte de que este será el peor año de la economía venezolana en más de 100 años, luego de experimentar el colapso económico más severo en la historia documentada de la región. Estas cifras e indicadores son producto de la mala gestión económica del régimen bolivariano. Y, con estos antecedentes, ¿alguien puede creer, todavía hoy, que el chavismo puede ganar unas elecciones competitivas, respetando las reglas del juego democrático? Las “reformas” ilegales del sistema electoral que está realizando el CNE están diseñadas para que el PSUV obtenga dos tercios en la Asamblea Nacional, al mismo tiempo que promoverá a la oposición ficticia para que obtenga suficientes curules y reciba su estipendio, apunta el experto. A finales de junio, Luis Almagro, secretario de la OEA, señaló que «la dictadura sigue oprimiendo y cooptando los poderes en Venezuela» y es preciso proteger las prerrogativas de la Asamblea Nacional o poder Legislativo, como último vestigio democrático en el país. Nada de esto, sin embargo, parece tener suficiente peso cuando algunos gobiernos latinoamericanos distraen a la opinión y dicen posicionarse de manera «neutral» respecto a Venezuela. ¿Se puede ser indiferente, como latinoamericano, al drama de los venezolanos? En las actuales circunstancias parecería que lo de «neutral» es sólo un eufemismo para matizar la simpatía por la dictadura venezolana.

Venezuela hoy es el país más pobre de América Latina. Esta obra llevará la rúbrica indeleble de la revolución bolivariana. La pobreza de ingreso ascendió al 96%; el 79% de la población no está en condición de costear alimentos; el PIB sufrió una caída del 70% entre 2013 y 2019; el ingreso diario promedio es de 0.72 dólares. La población cayó a 28.4 millones. Nótese que 4,8 millones de venezolanos han huido de la crisis política y económica de su país. De hecho, casi dos millones de venezolanos emigraron a Colombia en la última década y el 90% vive de la economía informal. A finales de junio se contabilizaron 424 presos políticos. Venezuela ha registrado 757 desapariciones forzadas desde el 1 de enero de 2018 hasta el 31 de mayo (2020). El presidente de la Argentina, Alberto Fernández, quien últimamente se declaró nostálgico de Hugo Chávez, debiera valorar las cifras e indicadores de la gestión bolivariana antes de lanzarse a tan absurda emotividad.

Venezuela: definición, percepciones y perspectivas. / YouTube

Venezuela, en los medios internacionales

Los titulares y contenidos de prensa resumen, en buena medida, los eventos recientes en relación con Venezuela. Semana sugiere que la captura de Alex Saab hace unas semanas en Cabo Verde, territorio insular del continente africano, va generar un escándalo al estilo “Odebrecht” por las relaciones e información que posee Saab y que involucra a diferentes países, regiones, gobiernos y personajes políticos. Las relaciones de Saab no se limitan a la cúpula chavista en Venezuela. En Colombia atraviesan el espectro político-ideológico. Alex Saab es un ciudadano colombiano, nacionalizado venezolano y testaferro de Nicolás Maduro que resultó capturado cuando se dirigía a Irán. Sus relaciones políticas y económicas, así como sus vínculos legales e ilegales atraviesan fronteras. En los medios se habla de Turquía, de algunos países árabes y del régimen iraní, entre otros.

El diario español El País cuestiona últimamente el liderazgo del líder de la oposición venezolana: «Juan Guaidó, el hombre de la transición frustrada. El entusiasmo por el líder venezolano, considerado presidente interino por 50 países, se resquebraja». Por su parte, la BBC retoma las declaraciones del presidente de los Estados Unidos: «Trump dice estar dispuesto a reunirse con Maduro sólo para discutir una “salida pacífica del poder”». The Wall Street Journal documenta que un gurú de la oposición venezolana dirigió la planificación para derrocar a Maduro. El diario norteamericano apunta a Leopoldo López y a sus aliados que, presuntamente, habrían pagado mercenarios antes del intento fallido para derrocar al régimen de Nicolás Maduro. El escenario de las reuniones entre opositores y mercenarios habría sido Bogotá (Colombia). El Espectador recoge las declaraciones del ministro de Defensa y comandante de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), Vladimir Padrino López, quien llamó a la oposición política «facción de maleantes, politiqueros». El general Padrino López se dirigió a la oposición para indicar que: «nunca podrán ejercer el poder político […] No serán poder político en Venezuela jamás en la vida (…) mientras exista una Fuerza Armada como la que hoy tenemos, antiimperialista, revolucionaria, bolivariana, nunca podrán ejercer el poder político en Venezuela». @mundiario

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