Restauración en otoño, la vida debe seguir

En una terraza de Sevilla. / Mundiario
En una terraza de Sevilla. / Mundiario

Estamos en el mes de septiembre y poco a poco iremos alcanzando el otoño, la gente está saturada de noticias de la Covid-19, y los restauradores temen que el miedo y la incertidumbre de los clientes, además de las posibles medidas más restrictivas en un futuro, asfixie al sector.

Restauración en otoño, la vida debe seguir

Septiembre, junto con octubre, son meses magníficos para salir y tomar algo en las terrazas, bares o restaurantes, dentro o fuera, cerveza o vino…el clima español acompaña y los reencuentros después de la época estival se multiplican, siendo la mayoría de ellos de gran agrado y satisfacción.

En realidad septiembre para la restauración no es un mes “para echar cohetes”, máxime en un año donde la Covid-19 está siendo como una gran sombra que lo desluce por entero, llenando de incertidumbre y miedo todas las reuniones, fiestas, bodas, comuniones, … y ni que decir tiene en la reducción drástica de invitados a todos estos eventos, mal año para grandes reuniones, congresos, bodas… una lástima.

Las noticias, bien en prensa o medios audiovisuales, en mi opinión, son actualmente demasiado recalcitrantes, han centrado todos sus titulares en la Covid-19 (rebrotes, positivos, ingresados,muertos…), y más concretamente los medios españoles, dándole una notoriedad que nos ha angustiado a todos hasta la saciedad, y que conste que no pienso en que se deba minimizar, ocultar u obviar el tema(¡¡¡), pero si leemos las noticias internacionales, los países a nuestro alrededor están con los mismos problemas, sufriendo la misma “segunda ola”, y son más precavidos en airear sus contagios, no desean alarmar innecesariamente a la población!.

El sector de la restauración está soportando, como muchos otros, este nefasto año que estamos soportando, pero es un sector valiente y comprometido, que ha querido salir adelante (aunque con menos personal, en la mayoría de los locales) y se ha comprometido a cumplir todas las medidas anti-covid que el Ministerio de Sanidad y las distintas CCAA, han ido legislando (menos comensales por mesa, horarios, limpiezas, no fumar…). Es de lamentar en cómo se demoraron las Autoridades pertinentes, en cerrar los locales “de copas” y discotecas, que tanto daño ha hecho en la propagación del virus y han arrastrado con ello a la hostelería, cosa que no es lo mismo ni ha contribuido a ello, asociándolos a focos de contagio.

Nunca  este tipo de locales llamados de “ocio nocturno” se debieron permitir después del estado de Alarma. Hoy, los bares y restaurantes de barrio, se ven con movimiento (que ya para muchos es algo), por las temperaturas, más de noche que de día, pero la animación existe, pese a todas las malas noticias de la evolución de la pandemia.

La vida sigue, hay que protegerse, hay que tomar medidas eficaces higiénicas y de seguridad, pero tenemos que seguir la vida. Las CCAA comienzan a estrechar el número de comensales y hasta reducir las horas de apertura, en algunos casos se está hablando de prohibir la barra o de reducir aforo, según vayan los rebrotes de la enfermedad en cada Comunidad, es un duro varapalo que el hostelero deberá aguantar (el que pueda, claro, no podemos asfixiar más al sector), como ya viene haciendo desde el pasado mes de marzo.

Pero, en contraposición, si que vemos imágenes en donde vemos llenos los metros, autobuses, Aves…repletos con los asientos pegados¡¡! Abogo desde estas líneas a acudir de manera racional, cumpliendo protocolos, a bares y restaurantes, porque no me negaran que no hay mayor placer que después de estar toda una jornada con la mascarilla puesta (incomoda, pongas la que te pongas) llegues a un local de restauración, te sientes (previa desinfección de mesa y sillas) y te pidas una cerveza fría (o un tinto) y te quites la mascarilla.

Una buena charla, algo para comer y el día cambia de gris a color, necesitamos socializar, quedar y disfrutar de nuestros bares y restaurantes, y ellos nos necesitan.

Los aperitivos, comidas o cenas, reunidos con amigos, con muchas o pocas cosas que contarse y con la debida separación y medidas anti-covid, es el mejor bálsamo del día, y de la pandemia, lo recomiendo. @mundiario

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