Hostelería y los manipuladores, “la mano que mece la cuna”

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No cabe duda que son “las manos que mueven la cuna” en restauración, e indudablemente ellos son los responsables en último lugar de la seguridad alimentaria del establecimiento donde desarrollan su labor.

Hostelería y los manipuladores, “la mano que mece la cuna”

Los manipuladores de alimentos, son todas las personas que de una u otra forman, manipulan, elaboran, transforman y nos sirven los alimentos en los establecimientos de hostelería (también en fábricas, almacenes, transporte… de alimentos).

Nos vamos a centrar en el personal que trabaja en la hostelería, que es mi campo y el que domino. Son esas personas que tienen la responsabilidad de elaborar y servir, de manera higiénica, los alimentos que tomamos en bares y restaurantes (amén de catering, eventos y celebraciones).

No cabe duda que son “las manos que mueven la cuna” en restauración, e indudablemente  ellos son  los responsables en último lugar de la seguridad alimentaria del establecimiento donde desarrollan su labor.

Tener un curso que les acredite que han realizado una formación en esta materia (seguridad e higiene), es obligatorio para todo el personal que manipule alimentos. Hasta hace muy pocos años, debían asistir físicamente a un curso (con profesorado acreditado por las distintas administraciones sanitarias españolas). Hoy la formación en este campo, ha cambiado mucho, y con la entrada de las nuevas tecnologías, se permite hacer el curso “on line” (virtual), leyendo o viendo un temario y superando una prueba del mismo. Desgraciadamente en muchas ocasiones, considerándolo un “papelito inútil”

Como profesional de la higiene y seguridad alimentaria, siempre le he dado una importancia fundamental a que todo el personal de un establecimiento hostelero realice dicho curso, no ya como cuestión obligatoria legalmente (que se les exige presentar a las autoridades sanitarias que se lo requiera), sino que deben cumplir y poner en practica todos los conocimientos adquiridos en dicha formación.

De nada sirve hacer un curso de éste tipo, y que después se trabaje como a uno le sea más cómodo o como le dé la gana. Jugamos con la salud de nuestros clientes, y eso es lo primero en restauración.

Tener un restaurante decorado magnífico, con un servicio esperado y atento, viandas extraordinarias, si el personal que elabora y sirve no cumple con las más mínimas cuestiones higiénicas. Y en ésto tienen mucho que decir los gerentes.

El manipulador de alimentos debe adquirir y poner en práctica, los conocimientos sobre el manejo de los alimentos. Pero no solo eso, es de vital importancia,  inculcarles (que es aún más difícil) el sentido de responsabilidad hacia los demás. En ellos sin duda está la manera  de garantizar la seguridad alimentaria.

Pero ¿Cómo han de desarrollar actitudes que beneficien el sentido de responsabilidad hacia los demás?, esta es muy buena pregunta.

Cuando imparto un curso de éste tipo, intento concienciar al alumno de la responsabilidad moral y ética de su trabajo. Esto no es fácil.

Siempre les digo que trabajan con alimentos, y que a veces, por mala praxis, estos pueden ser peligrosos o letales para la salud del consumidor, que deben pensar que están elaborando para  en sus hogares, en cómo elaborarían los alimentos para sus padres, parejas o hijos. Concienciar muchas veces, como digo es un arduo trabajo. Y estamos en sus manos.

Desde aquí, reitero en la importancia de estos cursos, a veces infravalorados, incluso por los gerentes de los establecimientos, que es aún más grave.

Recordando a todos que además de las dolencias que causan en la salud de las personas, las enfermedades de transmisión alimentaria, también desprestigian a los negocios y a quienes trabajan en ellos, lo que se traduce en una pérdida de confianza por parte del cliente, y la ruina del local. @mundiario

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