¿Interesa al hostelero el uso de la barra? No nos engañemos

Barra de un bar. / David Mark. / Pixabay
Barra de un bar. / David Mark. / Pixabay

Anunciado por Gobierno y Hostelería a bombo y platillo, la utilización de las barras a partir de la Fase 3 de la desescalada el próximo lunes no será rentable para los bares.

¿Interesa al hostelero el uso de la barra? No nos engañemos

En los bares, donde la barra está autorizada  a partir de fase 3, se podrá utilizar, con sus limitaciones de espacio (persona o grupos cada dos metros), pero puede que no sea nada provechosa para los hosteleros, teniendo en cuenta que cuando el aforo interior de un local es un 50% de su aforo anterior (a la pandemia) - con suerte - y si las CCAA legislan un 66,67% en fase 3, no es beneficioso que parte de ese aforo lo tengamos pegado a la barra.

La barra es muy española y muy perseguida por el cliente, pero si nos fijamos en las condiciones actuales y las restricciones existentes de distanciamiento, dudo mucho que el hostelero la ponga en servicio.

Está claro que si el cliente se sienta en mesa, le apetecerá  más comer, y con ello que el ticket medio suba, que es lo que en definitiva le interesa al negocio. Las mesas son el lugar ideal para relajarse, comer y beber, además se pueden poner condiciones, como ya  muchos están haciendo como un horario de reserva y turnos cada 60/75 minutos, obligación de consumo de platos o raciones en mesa, etc. Soluciones más o menos agradables para el consumidor, pero entendibles, eso sí, para garantizar la supervivencia del negocio hostelero.

Pero ahora “aparecen las barras”, con todas sus limitaciones de espacio, ya que, al fin y al cabo, las barras, en donde pueden estar desde una persona a 20 personas en grupo de pie y separadas por 2 metros, es aforo que se reducen de las mesas, ósea ruinoso. La filosofía de la barra es consumo rápido y normalmente de bebida y alguna que otra tapa, muchas veces con unas aceitunitas o altramuces van ya sobrados, y eso no es lucrativo. El negocio quiere consumo, sí, pero no de pie, restando aforo a las mesas, verdadero filón actualmente de la  caja. ¿Prohibirán en este caso los bares la utilización de la barra? ¿Obligarán a consumir platos de la carta para poder estar en ella? Habrá que ir viendo las estrategias que irán poniendo en prácticas los empresarios, ya que evidentemente la rentabilidad del establecimiento debe prevalecer sobre cualquier costumbre.

Hay clientes míos, restauradores, que me comentan que la única solución para que la barra de beneficio es el autoservicio, ya que con esto se ahorran personal y el beneficio puede compensar. Pides en barra (que ya estará permitido) y te lo llevas tú a la mesa que previamente “has pillado”. Es incomodo, puede ser más lento, pero resultará más ventajoso a la gerencia del local.

Sea como fuere, no tiren las campanas al aire, con los grandes titulares que nos esperan en la prensa, de 'la vuelta a las barras'. Piensen que el hostelero deberá estudiar su negocio, él sabe el tipo de cliente, consumo, costumbres  y barrio que tiene y actuará, como es lógico, según sus intereses  económicos, y nosotros, los usuarios, debemos aceptar en esta “nueva normalidad” sus reglas de juego, entendiendo que deben ir paliando esta mala situación que están atravesando.

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