Hostelería y restauración están cumpliendo las medidas impuestas

Una terraza en Sevilla. / Mundiario
Una terraza en Sevilla. / Mundiario
En estudios sobre el contagio del coronavirus, este sector representa un bajo índice de focos de contagio.
Hostelería y restauración están cumpliendo las medidas impuestas

Los peores augurios se están cumpliendo en estos días en  las distintas comunidades autónomas. Se está  legislando sobre  la obligatoriedad de  restringir aforos y horarios  a bares y restaurantes en el mejor de los casos , ya que hay zonas en los que directamente se ha obligado a cerrar toda la hostelería (Cataluña) como consecuencia del crecimiento exponencial de la Covid-19. La Junta de Andalucía ya dio una rueda de prensa anunciando medidas a imponer a partir del próximo domingo;  limitación de aforos al 50%, prohibición de la barra, grupos de máximo 6 personas y  cierre a las 22 horas, a  excepción de servicios de entrega de comida a domicilio –vuelve a animar a enviar comida a domicilio–, a lo que se se suma el uso de mascarilla mientras no se esté comiendo o bebiendo. Son medidas muy restrictivas, con vigencia (en principio) de 14 días naturales.

El Ministerio de Sanidad notificó 20.986 nuevos casos de coronavirus, 7.953 en las últimas 24 horas. De esta forma, en total ya se han diagnosticado de Covid-19 a 1.026.281 personas en toda España. Se comprenden las medidas restrictivas para tal curva exponencial en la que estamos inmersos, pero bien es verdad que hasta ahora, la hostelería y restauración están cumpliendo las medidas impuestas y en estudios sobre el contagio del coronavirus, este sector representa  un bajo índice de focos de contagio. Los trenes, metros, buses y aviones, andan llenos a reventar, con mascarillas, sí, pero pegados unos a otros. Parece discriminatorio.

La botellona –alias reuniones de amigos en zonas o casas particulares– de los jóvenes que sólo se divierten  en modo “rebaño” y tan confiados todos  en la premisa de  que sus amigo/as o colegas no tienen ni pueden contagiar el virus –una aseveración que nos alucina a los adultos– exige un control por parte de las autoridades.

Flaco favor  han hecho las autoridades sanitarias a la restauración, que se ahoga y no es capaz de salir a flote. Las medidas son ruinosas para la gran mayoría de establecimientos y  probablemente aboquen al cierre temporal de algunos y al total de otros.

Los españoles confiábamos en un toque de queda desde las 00 a las 06 horas, que a todas luces sería más efectivo que estas medidas parcheadas que está adoptando cada comunidad autónoma. Con ello  tendríamos a la juventud (y a los no tan  jóvenes) en casa a buena hora para no organizar festejos y reuniones nocturnas (tan favorecedoras a contaminaciones) y dejaríamos de estrangular  a la restauración, a la postre, a un sector empresarial que no levanta cabeza y que está intentando sobrevivir cumpliendo las normas.

Es injusto e indignante que tiremos por tierra este tejido empresarial que sustenta a tantos puestos de trabajo. Los suyos y los de todos los que les rodean: taxis, buses, proveedores, fabricantes, transportistas, bodegueros… El paro subirá y los chavales –sin restricción horaria para su recogida– estarán de botellona  a nuestra salud. @mundiario

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