Fernando Simón, el puntillero del sector hostelero

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Terrazas en Sevilla. / María J. Zambrano
Fernando Simón declaraba que "la medida que ha tenido un impacto mayor [para frenar la Covid-19] ha sido el cierre del interior de los bares". Los hosteleros critican tal afirmación sin estudios que avalen dicha aseveración.
Fernando Simón, el puntillero del sector hostelero

El pasado año España tenía, o gozaba, de unos 300.000 establecimientos abiertos entre bares y restaurantes. A fecha de hoy ya son unos 200.000 los que malviven y subsisten. Tenemos mar revuelto, es indudable, y entre ola y ola, el país ha perdido un tercio de su entramado económico más característico: su hostelería. Para colmo, se suma alrededor de un millón de personas trabajadoras en este sector que han ido al paro (o al ERTE) desde que comenzó la pandemia.

A esto se suma que Fernando Simón, director desde 2012 del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, comenta en rueda de prensa que el mayor alivio para la pandemia está siendo el cierre de los interiores de bares y restaurantes. La pregunta es obvia para muchos: ¿en qué estadística, estudio, comisión investigadora, balance de contagios… se fundamenta esta afirmación? ¿No estábamos en que los mayores contagios, contrastados, se producían en el ámbito familiar en los domicilios? ¿Cómo un Director de Coordinación Nacional del Ministerio de Sanidad se le ocurre decir tamaña aseveración? ¿Se ha metido a puntillero (dícese de la persona que da la puntilla a los toros en el ruedo) y no nos hemos enterado? Que el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias afirme sin pruebas que los culpables del aumento de las contaminaciones por Covid-19 son los interiores de los bares es condenar a muerte a el sector.

Las Comunidades Autónomas no dejan de anunciar nuevas restricciones en su territorio para tratar de frenar la tercera ola que se ha desbordado después de Navidades, con un Gobierno de España prácticamente ausente, y  nos hemos encontrado ahora con los  descoordinados planes de las  distintas comunidades que son, sin duda, la mejor forma de marear a la población y de que ésta incumpla normas que se cambian de un día para otro.

Mientras en numerosas autonomías adelantan los cierres de hostelería y comercio, otras prohiben entrar en bares y restaurantes, otras cierran por completo,e tc. en la Comunidad de Madrid, su presidenta Díaz Ayuso, con más criterio empresarial que otros, saca pecho y parece decir algo más coherente, rechazando adelantar más la hora de inicio del toque de queda, que algunas autonomías insisten en fijar a las 20.00 horas, aseverando: "Para arruinar más a la hostelería en España, conmigo que no cuenten".

Hay que buscar la fina línea que separa la contención de la pandemia con la supervivencia de nuestro entramado empresarial, no es fácil, pero estos dos representantes (Simón y Ayuso) son, en sus declaraciones, la cara y la cruz de una moneda que difícilmente se puede quedar de canto.

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