He aquí por qué nunca debes lavar el pollo antes de cocinarlo

Pollo crudo. / Mundiario
Pollo crudo. / Pexels.com.
Si siempre has lavado tu pollo, puede ser hora de reconsiderar esta práctica potencialmente peligrosa.
He aquí por qué nunca debes lavar el pollo antes de cocinarlo

Es el problema más polarizador en las aves de corral: ¿debes lavar tu pollo antes de cocinarlo? Los profesionales de salud y seguridad alimentaria están desaconsejando esta práctica, ya que puede aumentar la propagación de bacterias y el riesgo de contaminación cruzada. Además de evitar estos otros errores de cocción que pueden hacer que tu comida sea tóxica, manipular cuidadosamente tu pollo crudo durante la preparación es clave para evitar la intoxicación alimentaria.

La mayoría de las personas que limpian sus pollos piensan que están lavando gérmenes o delgadez del pollo y, aunque tienen razón al suponer que el pollo crudo a menudo está repleto de bacterias, como campylobacter o salmonella, lavarlo con agua no hace nada para combatir esto. De hecho, lavar el pollo en realidad empeora este problema, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, porque el agua que corre y salpica puede propagar bacterias alrededor de los fregaderos, encimeras e incluso tu ropa.

El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) sostiene que la única forma segura de eliminar las bacterias es cocinar el pollo a la temperatura adecuada, y estas reglas también se extienden a otros tipos de carne y pescado. La temperatura mínima del pollo cocido debe ser de 165 grados, y una buena manera de determinar esa temperatura es usar un termómetro de carne o de lectura instantánea.

Incluso los cocineros profesionales se han dividido sobre este tema. Julia Child fue una firme defensora del lavado de pollo, mientras que Ina Garten recientemente apareció en su programa para reforzar que no hay necesidad de lavarlo ni otras carnes. El lado de Garten tiene la ciencia para respaldarlo, y, a pesar de los peligros potenciales de lavar el pollo, no hay realmente ninguna razón para hacerlo que no sea el apego a los hábitos cultivados durante mucho tiempo. 

Sin embargo, si sigues siendo fiel al lavado de tu pollo, intenta no lavarlo al menos una vez para ver si realmente puedes notar una diferencia. Si la delgadez es un problema, intenta acariciar el pollo con una toalla de papel. Si decides continuar con tu hábito de lavado, deberás tomar medidas para desinfectar adecuadamente cualquier superficie con la que el líquido o las salpicaduras hayan estado en contacto para evitar la contaminación cruzada, y lávate bien las manos después de tocar carne cruda o cualquier alimento o herramienta que ha entrado en contacto con ellas. El manejo y la preparación cuidadosos de las aves crudas son esenciales para mantenerse saludable.   @mundiario