Explotaciones intensivas: su necesidad y sus controles
España tiene más de 45 millones de habitantes, y resulta que es recomendable comer carne en nuestra dieta y por norma general, a los españoles nos gusta mucho hacerlo. El intensivo es la solución.
El ministro Garzón ha abierto, y desde el extranjero, el debate de las granjas industriales grandes. (Por cierto, ¿dónde está el ministro de Sanidad cuando más lo necesitamos?) Son éstas las bautizadas por la obre ultra ecologistas como macrogranjas.
Soy veterinaria hace ya muchos años y nunca había oído esta nomenclatura de nuevo acuñamiento dedicada a las granjas industriales grandes. Pero vamos a lo que nos interesa.
España tiene más de 45 millones de habitantes, esto es un número objetivo, no hay duda. Y resulta que los personas, necesitamos y es recomendable además, comer carne en nuestra dieta (por más que le pese a mucho ultra vegetariano/ecologista nato), y por norma general, a los españoles nos gusta mucho hacerlo.
Se debe de producir carne suficiente para alimentar a todo un país, que tiene la extraña costumbre de gustarle coger el cuchillo y tenedor y engullirse un buen filete de carne.
Díganme ustedes, con el crecimiento exponencial de población en nuestro país, si no se produce carne en cantidad, ¿cómo demonios vamos a abastecer a toda una población (que lo demanda y no pertenece al grupo ultra ecologista)?
La producción llamada intensiva debe existir, nos guste o no. Es necesario abastecer a mucha gente y sin estas granjas industriales, la carne sería un autentico artículo de lujo, solo accesible a un rango de personas con alto poder adquisitivo.
¿Qué le decimos a la gente trabajadora con rentas bajas? ¿Por qué no os hacéis vegetarianos?
Claro que seguro estarían los macro ecologistas encantados de que la dieta mayoritaria de la clase más desfavorecida consistiese solo de verduras… pero va a ser difícil, ya os lo auguro.
Que todos (desgraciadamente para el planeta tierra) tenemos parecidos gustos y apetencias a la hora de sentarnos en la mesa, que nos gusta la carne y mucho, mejor si es de extensivo y mejor aún si es ibérico. También nos gusta el pescado, fuente, tan rica como la carne, de proteínas, vitaminas y minerales al mejor nivel, y nos encanta tanto si es o no de piscifactoría.
Claro que también si nos dan a elegir pescado, preferimos una lubina o un salmón salvaje , pero siento mucho recordaros que son bastante más caros que los criados en piscifactoría , y que como no todos somos la élite económica, seguiremos comiendo los criados en intensivo.
Lo que no sé si saben es que tanto el ganado de carne criado en intensivo (dígase por ejemplo el cerdo blanco) como los pescados criados en piscifactorías (intensivo controlado, como por ejemplo la dorada, mejillones…) son tan nutritivas como las carnes en extensivo (y por ende más caras) o como los productos de la pesca y marisqueo tradicional.
Y no solo eso, es que la seguridad alimentaria, que es muy importante, está más que garantizada, por todos los veterinarios sanitarios, que somos muchos y muy mal reconocidos. Quizás en eso tengamos nosotros algo de culpa. Y es que, la labor del veterinario tanto en ganaderías como bromatólogos (puntos últimos de la cadena alimentaria), es fundamental.
Así que, se comerá carne y pescado según bolsillo y (a veces gusto) de cada consumidor, que podemos estar al menos seguros que serán nutricionalmente buenos y sanitariamente estupendos.
Otro debate, y de mucha importancia, será la contaminación al medio ambiente derivados de residuos de la producción en intensivo, del que hay que hablar mucho y de manera seria y rigurosa, pero eso será en otro artículo.