El tabaquismo es un factor de riesgo para la salud pero fumar es un riesgo evitable

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Fumar es un riesgo evitable.

En España unas 55.000 personas mueren al año como consecuencia del hábito de fumar. Esto es como si cada día se estrellase un avión con 150 pasajeros a bordo y ninguno sobreviviese.

El tabaquismo es un factor de riesgo para la salud pero fumar es un riesgo evitable

En España unas 55.000 personas mueren al año como consecuencia del hábito de fumar. Esto es como si cada día se estrellase un avión con 200 pasajeros a bordo y ninguno sobreviviese.

El humo del tabaco contiene unos 4000 productos químicos, alguno como la nicotina provienen directamente de la hoja de la planta del tabaco “Nicotiana tabacum”, y otros se generan en la combustión que tiene lugar al fumar un cigarro.

Unos 200 de estos productos que se forman en la combustión son venenosos, y alrededor de 50 son cancerígenos o susceptibles de provocar cáncer. Entre estas sustancias generadas en la combustión se encuentran los alquitranes que son los más cancerígenos, cadmio y níquel relacionados con el incremento de la presión arterial, arsénico, polonio 210 que es radioactivo, formaldehído, cloruro de vinilo, amoníaco que es un compuesto corrosivo y aumenta el poder adictivo de la nicotina, acetona, acroleína y acetaldehído que destruyen la pared alveolar, ácido cianhídrico, monóxido de carbono, metanol, naftalina, tolueno, mercurio, butano, benceno, metano, DDT que es un conocido insecticida y plomo, entre otros muchos. De entre todos ellos, tres compuestos destacan por su capacidad nociva para la salud:

Alquitrán

El alquitrán es una materia negra y pegajosa obtenida en la combustión del tabaco, y que se compone de una mezcla de numerosos compuestos orgánicos, como los hidrocarburos aromáticos, nitrosaminas, benzopirenos, etc;  algunos de ellos son sustancias cancerígenas, es decir con potente capacidad para producir cáncer.

Al fumar, el alquitrán recubre todos los epitelios con los que entra en contacto y un consumo repetido puede producir distintos tipos de cánceres, entre ellos cáncer de vejiga debido a que el alquitrán se elimina por vía urinaria.

El alquitrán es responsable de enfermedades respiratorias ya que al quedar depositado en los pulmones obstruye los bronquios y dificulta la respiración.

Si dividimos un cigarro en tres partes, la parte más cercana al filtro que es el último tercio del cigarrillo, es la parte más dañina por su mayor contenido en alquitrán.

Monóxido de carbono

Es un gas incoloro y muy venenoso, con gran capacidad tóxica, que al llegar a la sangre se une a la hemoglobina desplazando al oxígeno de los glóbulos rojos, lo que acaba produciendo hipoxia al impedirse la oxigenación de los tejidos y órganos corporales.

La disminución de la oxigenación de la pared de los vasos sanguíneos impide que haya cantidades de oxígeno suficientes para un normal funcionamiento de las células, permitiendo así que los lípidos o grasas circulantes en la sangre se depositen en las paredes de los vasos y formen placas de ateroma, provocando daños vasculares que pueden dar lugar a tromboembolismos.

El monóxido de carbono es responsable de la patología cardiovascular asociada al tabaquismo.

Recientemente la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica SEPAR, ha alertado que los fumadores de tabaco de liar aspiran mas monóxido de carbono, ya que en cada calada se quema más papel. La combustión del papel produce cantidades importantes  de monóxido de carbono.

Nicotina

El tabaco contiene el alcaloide nicotina, sustancia tóxica que el fumador absorbe rápidamente en sus pulmones llegando al cerebro en solo unos 8 segundos, de ahí su gran poder adictivo. La nicotina es la responsable de la dependencia física provocada por el tabaco.

La acción de la nicotina sobre el sistema nervioso  central se relaciona con los “circuitos de placer-recompensa”, e influye en los estados de ánimo y en las sensaciones placenteras, y por eso cuando se abandona el tabaco provoca el llamado “síndrome de abstinencia” con episodios de irritabilidad, ansiedad, nerviosismo, deseo imperioso de fumar...

La nicotina es culpable de los efectos cardiovasculares provocados por el tabaco, ya que modifica los niveles de lípidos plasmáticos aumentando el LDL y disminuyendo el HDL. La nicotina incrementa la frecuencia cardiaca y eleva la presión arterial, produce vasoconstricción cutánea y coronaria, potenciando así el riesgo de trombosis debido a este efecto vasoconstrictor. Tiene cierta acción sobre el páncreas lo que provoca un aumento de los niveles de glucosa en sangre. Con efectos adversos a nivel digestivo, ya que provoca diarrea, náuseas, vómitos e incrementa la acidez gástrica.

Un factor de riesgo para la salud
El humo del tabaco contiene unos 4000 productos químicos.
Según Regina Dalmau, representante de la Sociedad Española de Cardiología en el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, “la mitad de los fumadores morirán por causas relacionadas por el hábito de fumar”.
El tabaquismo es por sí mismo un factor de riesgo para la salud, pero es un riesgo evitable, y por eso debemos caminar hacia un mundo sin tabaco, en el que leyes como la ley  42/2010, de 30 de diciembre de 2010, más conocida como ley antitabaco han sido claves para  reducir la prevalencia del consumo de tabaco de manera significativa, lo que nos hace avanzar mas rápido en la prevención. Y hay que continuar trabajando.

 

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