No tiene fiebre alta, no tiene ébola: ¡váyase usted para su casa, alarmista!

Teresa Romero, junto al perro de la pareja, en una foto colgada por su marido en el Facebook de la Asociación Protectora Villa Pepa. / Facebook
Teresa Romero, junto al perro de la pareja, en una foto colgada por su marido en el Facebook de la Asociación Protectora Villa Pepa. / Facebook

Para evitar estos casos, se supone que tenemos un Ministerio de Sanidad que vela por la salud de todos los españolitos. Visto esto... en buenas manos estamos. ¿O no?

 

No tiene fiebre alta, no tiene ébola: ¡váyase usted para su casa, alarmista!

Para evitar estos casos, se supone que tenemos un Ministerio de Sanidad que vela por la salud de todos los españolitos. Visto esto... en buenas manos estamos. ¿O no?

A mediodía, mientras comía con mi familia como siempre, no he sido capaz ni de comer, ni siquiera de escuchar el telediario. Lo dice mi hermana, soy una tía visceral, por eso me he pasado los cuarenta minutos vociferando con mi televisión roja; qué culpa tendrá el pobre presentador, digo yo. Ya bastante tendrá con tener que contarnos a toda España tanta - perdón por la palabra, pero es la única que lo define como es - mierda.  Casi prefería oír las típicas noticias de corrupción… Ébola. La palabra más escuchada y leída en España desde esta semana. Aunque la corrupción tampoco para, ahí están las tarjetas opacas, pero ése ya es otro tema.

A Teresa, una de las técnico auxiliar de enfermería que había atendido al misionero enfermo de ébola, después de cinco días con fiebre, no se le ha tomado en serio porque su temperatura no llegaba a 38,6º. Yo no soy médico, ni me tengo por una persona especialmente inteligente, pero hay cosas que caen de cajón. Todos hemos tenido gripe o algún tipo de virus parecido. La fiebre no aparece de repente, va subiendo; a veces rápido, pero no da un salto de 36º a 39º.

Evidentemente, el personal sanitario sigue un protocolo. No tiene fiebre alta, no tiene ébola, váyase usted para su casa, ¡alarmista! Está claro que el problema viene de más atrás: los protocolos. Para eso tenemos un Ministerio de Sanidad que, se supone, vela por la salud de todos los españolitos. Visto esto… en buenas manos estamos.

Cuando, hace unos años - no muchos -, España estaba también en vilo pendiente de la gripe A, la Señora Mato, de aquellas en la oposición, dijo muy convencida que si una ministra no podía controlar una enfermedad debía dimitir. Escucho la voz de mi hermana alta y clara: “no se puede escupir hacia arriba…”. Como siempre, tiene más razón que un santo.

Pero todo esto no acaba aquí, están dando palos de ciego y, con razón, se les está echando todo el país encima. Me imagino la declaración de nuestra ministra de Sanidad en el Congreso:

- Españoles, españolas, ¿cómo que no hemos hecho nada? ¡Hemos matado al perro!

Escálibur, el ya famoso perro de la enferma, va a pagar la incompetencia de quien debería haber impedido esto. Su propio dueño, esposo de Teresa, desde su cuarentena en el hospital de Madrid, ha movilizado las redes sociales intentando impedirlo.

“Si tanto les preocupa este problema, creo que se pueden buscar otro tipo de soluciones alternativas, como por ejemplo poner al perro en cuarentena y observación como se ha hecho conmigo. ¿O acaso hay que sacrificarme a mi por si acaso?. Pero claro, un perro es mas fácil ,no importa tanto”, dice en su publicación en las redes sociales.

Ahora parece que Escálibur va a propagar la enfermedad por todo el mundo. Si, por lo menos, supieran que está infectado… Quizá él haya corrido la misma suerte que, parece, ha tenido su dueño - por ahora asintomático - o no; pero no lo sabemos, ni lo vamos a saber. Es la única medida que han decidido tomar y así será. Da igual que sea parte de la familia, da igual. Muerto el perro, muerto la rabia, parece ser. @reipardorguez

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