Maduro, el líder venezolano que gobierna a golpe de pasión mal entendida

Nicolás Maduro en chándal en Firma de convención colectiva de Cantv 2015-2017. / nicolasmaduro.org.ve
Nicolás Maduro en chándal en Firma de convención colectiva de Cantv 2015-2017. / nicolasmaduro.org.ve

La tergiversación de la realidad suele ser algo constante en la política del presidente venezolano, hasta el punto de creer real lo que en gran medida es irreal, paranoia o sueño.

Maduro, el líder venezolano que gobierna a golpe de pasión mal entendida

La tergiversación de la realidad suele ser algo constante en su política, hasta el punto de creer real lo que en gran medida es irreal, paranoia o sueño.

Nicolás Maduro cuenta con un gran logro que pocos, o ninguno, han conseguido. En el período de tiempo de 22 años ha pasado de ser autobusero a presidente de gobierno. ¿Podría haberlo conseguido en menos? Imposible sin Hugo Chávez, quien le fue regalando puestos en la política venezolana hasta el mismo día de su muerte. ¿Su carrera profesional estaría teñida de menos polémica si hubiera seguido brindando el necesario servicio de transportar a las personas de un lugar concreto a otro? ¿Dónde está llevando ahora al pueblo que lidera?, ¿a un futuro incierto?

El actual choque que se está viviendo entre Venezuela y Colombia, en Táchira, Estado perteneciente al país venezolano y que hace frontera al oeste con el colombiano, deja entrever cómo se producen las tomas de decisiones del mandatario venezolano, bajo el dominio de una pasión mal entendida.

Un enfrentamiento entre bandas de la droga en este territorio ha terminado con miles de colombianos, residentes en Venezuela, siendo expulsados a la fuerza de sus precarios hogares. Tanta es su precariedad que no han dudado en irse frigorífico, horno o cerdo en mano, sus pertenencias de más valor.

Nicolás Maduro justificó estas deportaciones de colombianos ilegales (muchos no lo son) a causa de un enfrentamiento entre miembros del Ejército venezolano y presuntos contrabandistas o paramilitares colombianos. Pero según fuentes a las que hacen referencia en El Nuevo Herald, este enfrentamiento se produjo entre organizaciones delictivas que operan desde dentro del Ejército venezolano (el conocido Cartel de los Soles - fuerzas de seguridad de Venezuela que trafican con cocaína y en cuya cúpula presuntamente se encuentra Diosdado Cabello, mano derecha de Nicolás Maduro y presidente de la Asamblea Nacional-),  y cárteles del narcotráfico colombiano.

Bajo la opaca presidencia de Maduro no habrá luz ante estas afirmaciones pues nunca habrá pruebas que las sustenten como tampoco las hay sobre “el plan para matar a Maduro”, esa socorrida teoría conspirativa a la que el mandatario se agarra tenazmente desde que tomó el cargo de presidente en abril de 2013, y antes también.

La tergiversación de la realidad suele ser algo constante en su política, hasta el punto de creer real lo que en gran medida es irreal, paranoia, sueño… La democracia de la que hablaba Luis F. Clemente en un reciente artículo en este medio, esa que América Latina se merece, nunca menos, parece estar aún lejos de presentarse en Venezuela y de presentársele a Maduro.

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